La reanimación cardiopulmonar (Reanimación Cardiopulmonar, RCP) es una técnica crucial para la atención de emergencia en pacientes con paro cardíaco. Cuando el paciente deja de latir o respirar, la RCP mediante compresiones torácicas y respiración artificial mantiene temporalmente la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno, ganando tiempo para tratamientos médicos posteriores. Esta técnica es aplicable en emergencias tanto en hospitales como en exteriores, como infartos, ahogamientos o traumatismos severos que causan insuficiencia respiratoria y circulatoria.
El objetivo principal de la RCP es restaurar inmediatamente la perfusión cerebral y de órganos vitales, reduciendo daños permanentes por hipoxia. Los estándares modernos de RCP enfatizan la prioridad en las compresiones torácicas, especialmente cuando la realiza personal no médico, permitiendo realizar compresiones sin insistir en la respiración boca a boca para aumentar la disposición a salvar vidas.
La RCP se divide principalmente en "Compresiones torácicas" y "Respiración de rescate". Las compresiones consisten en presionar el esternón hacia abajo al menos 5 cm, simulando la función de bombeo del corazón, para mantener el flujo sanguíneo hacia el cerebro y el cuerpo. La respiración artificial se realiza mediante boca a boca o máscara, insuflando aire en los pulmones del paciente, proporcionando oxígeno necesario.
En entornos médicos, puede combinarse con desfibrilación eléctrica (Desfibrilación) formando un "ciclo de RCP con desfibrilación". El mecanismo fisiológico consiste en que: las compresiones mantienen la circulación de los órganos centrales, y la respiración artificial reabastece la carga de oxígeno en la sangre, combinándose para retrasar la muerte celular y esperar la llegada de ayuda profesional.
Aplicable a todos los pacientes que presenten paro cardíaco con insuficiencia respiratoria ineficaz. Situaciones comunes incluyen fibrilación ventricular, paro cardíaco, estado de pulso ausente por hipotensión severa, o insuficiencia respiratoria por traumatismos. También es aplicable en niños y bebés, aunque las técnicas de compresión deben ajustarse en profundidad y proporción.
No debe realizarse en pacientes que aún tengan respiración espontánea o pulso. Si el paciente presenta solo respiración rápida pero mantiene pulso, se debe priorizar la atención a obstrucción de las vías respiratorias o administración de oxígeno, en lugar de realizar RCP. El rescatista debe verificar que el paciente esté inconsciente y sin respiración normal antes de comenzar.
Para no profesionales, la RCP debe centrarse en las compresiones: colocar ambas manos superpuestas en la parte inferior del esternón, comprimir a una frecuencia de 100-120 veces por minuto, con una profundidad de 5-6 cm en adultos, aproximadamente 5 cm en niños y 2-3 cm en bebés. Si es seguro, se puede agregar un ciclo de 30 compresiones seguido de 2 respiraciones artificiales.
El personal médico debe seguir estrictamente la proporción "compresiones:respiraciones=30:2", rotando cada 2 minutos para mantener la calidad de las compresiones. Tras la llegada del DEA, se debe administrar la descarga eléctrica inmediatamente y alternar con RCP. La ejecución debe continuar hasta que el paciente recupere circulación espontánea, llegue ayuda profesional o el entorno sea inseguro.
La RCP puede restaurar inmediatamente parte de la circulación hacia el cerebro y el corazón, aumentando significativamente las tasas de éxito en tratamientos posteriores como la desfibrilación eléctrica. Estadísticamente, realizar RCP de inmediato puede triplicar la supervivencia en casos de paro cardíaco. Sus ventajas incluyen alta difusión y la capacidad de ser iniciada por personas entrenadas en el primer momento.
Esta técnica puede ejecutarse sin equipos especiales, y la simple acción de compresión torácica reduce la barrera operativa. Comenzar la RCP en los primeros 4 minutos de la emergencia puede retrasar eficazmente la muerte de las células cerebrales, ganando un tiempo crucial para intervenciones médicas posteriores.
Las complicaciones posibles incluyen fracturas de costillas, fractura del esternón, daño pulmonar o hemorragias internas. La compresión excesiva puede causar fracturas en el rango del 10-30%, pero este riesgo se prioriza sobre la necesidad de salvar vidas. En bebés y niños, debido a la fragilidad ósea, se debe controlar cuidadosamente la fuerza aplicada.
Precauciones importantes: una ejecución incorrecta puede dañar las vías respiratorias o retrasar el tratamiento correcto. Si el paciente no presenta un estado de inconsciencia por problemas cardíacos (como coma por hipoglucemia), la RCP puede no mejorar la condición y se deben aplicar otras medidas de emergencia.
Las contraindicaciones incluyen deformidades severas del tórax, presencia conocida de muerte irreversible (como en casos de cáncer terminal avanzado) o instrucciones médicas anticipadas que rechacen la RCP. Antes de actuar, se debe asegurar que el entorno sea seguro, evitando realizar la maniobra en vehículos en movimiento o en lugares inestables.
Contraindicaciones específicas incluyen fracturas de esternón, anomalías severas del tórax o daño cerebral irreversible conocido. En pacientes con sobrepeso o antecedentes de cirugía torácica, se debe informar a los servicios de emergencia para evaluar riesgos. Durante la ejecución, se debe monitorear continuamente el pulso y la respiración del paciente, evitando prolongar innecesariamente una RCP infructuosa.
La RCP debe combinarse con el uso de desfibriladores automáticos externos (DEA), formando la combinación "RCP + DEA" en la atención de emergencia. Si se combina con tratamiento farmacológico (como adrenalina), se debe administrar rápidamente durante las compresiones para asegurar la circulación del medicamento. Cuando se usa junto con técnicas de manejo de vías respiratorias como intubación traqueal, se deben ajustar los tiempos de compresión y ventilación.
Las interacciones adversas incluyen la realización de compresiones excesivas antes de confirmar la arritmia, lo que puede interferir con la interpretación del ritmo cardíaco. En casos de depresión respiratoria por medicamentos como sedantes en exceso, la RCP es la única medida efectiva y debe priorizarse.
Estudios muestran que realizar RCP de inmediato puede aumentar la tasa de supervivencia en pacientes con paro cardíaco en 30 días del 6% al 20-30%. La Asociación Americana del Corazón indica que cada minuto de retraso en la RCP reduce la supervivencia en un 7-10%. La RCP centrada en compresiones ha demostrado ser tan efectiva como la tradicional, además de ser más fácil de aprender para el público general.
Ensayos clínicos a gran escala confirman que la correcta ejecución de la RCP puede mantener el flujo de sangre coronaria y la oxigenación cerebral en niveles adecuados. En casos de paro cardíaco fuera del hospital, la realización de RCP por testigos puede triplicar la tasa de supervivencia en el hospital.
En instituciones médicas, puede combinarse con dispositivos de soporte vital como el desfibrilador automático o sistemas de circulación extracorpórea, pero estos no sustituyen la RCP en el lugar. Si la causa es reversible (como desequilibrio electrolítico), se debe tratar simultáneamente la causa principal. En bebés, puede usarse la técnica de compresiones con dos dedos en lugar de las técnicas para adultos.
No existe una alternativa completa en la actualidad; todos los casos de paro cardíaco deben abordarse primero con RCP. Otras medidas de soporte, como intubación traqueal o medicamentos vasoactivos, deben realizarse simultáneamente durante la RCP para ser efectivas.
Antes de realizar la reanimación, asegúrese de que el lugar tenga buena ventilación y espacio suficiente para moverse, retire objetos duros del cuerpo del paciente (como llaves o cinturones) para evitar lesiones. El ejecutante debe retirar rápidamente la ropa del paciente para exponer el tórax y confirmar que alguien haya llamado a emergencias y preparado el DEA. En lugares públicos, designar a una persona para coordinar y evacuar a los espectadores para mantener la circulación de aire.
¿Qué hacer si el paciente presenta fracturas de costillas tras la RCP?Las fracturas de costillas pueden ocurrir por la fuerza excesiva durante la RCP. Si el paciente presenta dolor en el pecho o dificultad para respirar, debe detenerse inmediatamente las compresiones y notificar a los profesionales médicos. Se puede usar una bolsa de arena o un peso para estabilizar el tórax y reducir el movimiento, y posteriormente realizar radiografías o tomografías para evaluar la gravedad. El médico puede recetar analgésicos o recomendar reposo, y en casos severos, derivar a ortopedia para evaluación quirúrgica.
¿Qué cambios en el estilo de vida son necesarios durante la recuperación tras la RCP?Durante la recuperación, el paciente debe evitar levantar objetos pesados durante al menos 4 semanas y seguir las recomendaciones del cardiólogo para reanudar actividades físicas gradualmente. Si la causa fue un problema cardíaco, se deben controlar la presión arterial y el colesterol con medicación y evitar fumar y consumir alcohol. Se recomienda realizar caminatas ligeras diarias, evitando actividades que puedan inducir palpitaciones.
¿Cuál es la diferencia clave en el orden de uso entre la RCP y el DEA?Cuando el paciente no respira ni tiene pulso, se debe comenzar con las compresiones torácicas (RCP) en lugar de buscar inmediatamente el DEA. Si se encuentra el DEA en menos de 2 minutos, se debe usar inmediatamente. Si no, continuar con la RCP hasta que llegue ayuda profesional. El DEA debe usarse en turnos, y no se debe retrasar la ayuda esperando el dispositivo, que debe usarse en los primeros 4-6 minutos para maximizar las posibilidades de supervivencia.
¿Qué complicaciones pueden surgir al realizar RCP por personas sin entrenamiento?Las personas no entrenadas pueden causar fracturas de costillas o lesiones en el esternón por una presión inadecuada, o comprimir órganos internos como el hígado o el bazo si colocan las manos en la posición incorrecta. Se recomienda que la población general participe en cursos de reanimación cardiopulmonar para aprender la técnica correcta, como la "técnica de doble palma" y mantener un ritmo de 100-120 compresiones por minuto. Legalmente, en Taiwán existe la "Ley de ayuda benevolente" que protege a quienes ayudan, pero una técnica incorrecta puede aumentar el riesgo de complicaciones en el paciente.