La cistectomía es una intervención quirúrgica utilizada para remover total o parcialmente la vejiga, principalmente en el tratamiento del cáncer de vejiga u otras enfermedades graves de la vejiga. Esta operación permite eliminar completamente el tejido tumoral maligno, prevenir la diseminación de las células cancerosas y, en algunos casos, reconstruir el sistema urinario para restaurar la función de micción. Dependiendo de la gravedad de la condición, el alcance de la cirugía puede incluir ganglios linfáticos circundantes u órganos relacionados.
Este tratamiento es común en pacientes con cáncer de vejiga en etapas avanzadas, especialmente cuando el tumor ha invadido la capa muscular de la vejiga o no responde a otros tratamientos. Tras la cirugía, puede ser necesario combinar quimioterapia o radioterapia para mejorar la eficacia global.
La cistectomía se divide principalmente en tres tipos: cistectomía radical (remoción total de la vejiga), cistectomía parcial (solo eliminación de parte del tejido) y cistectomía ampliada (incluye tejidos circundantes y ganglios linfáticos). La técnica puede realizarse mediante cirugía abierta (a través de una incisión grande) o mediante laparoscopía/robótica (minimamente invasiva).
La cirugía asistida por robot utiliza imágenes de alta resolución y instrumentos precisos, permitiendo una eliminación más exacta del tejido y reduciendo el daño tisular. Después de la operación, generalmente se realiza una reconstrucción del sistema urinario, como la creación de un conducto ileal o un reservorio continente, para restaurar la función de micción.
Las principales indicaciones incluyen:
La cirugía generalmente requiere anestesia general, con una duración que puede variar de 6 a 12 horas dependiendo del alcance. Los pacientes deben hospitalizarse de 7 a 14 días para recuperación, y se realiza un seguimiento regular mediante marcadores tumorales y estudios de imagen. Si se realiza reconstrucción urinaria, el paciente debe aprender a usar bolsas de orina o un nuevo sistema de micción.
Los principales beneficios incluyen:
Los métodos de reconstrucción urinaria postoperatorios pueden ofrecer una mejor calidad de vida, y algunas técnicas incluso conservan funciones similares a la micción normal.
Los principales riesgos incluyen:
La cirugía mínimamente invasiva reduce el riesgo de infecciones, pero las reconstrucciones complejas pueden aumentar el tiempo quirúrgico y la probabilidad de complicaciones. El seguimiento a largo plazo muestra que aproximadamente del 5 al 10% de los pacientes experimentan dolor crónico o estrechez uretral.
Las contraindicaciones incluyen:
Antes de la cirugía, se realiza una evaluación detallada de la función renal y estado cardiopulmonar, además de estudios de imagen para confirmar si el cáncer se ha diseminado. Después de la operación, se deben seguir estrictamente las indicaciones de cuidado, evitando levantar objetos pesados o realizar ejercicios intensos durante al menos seis semanas.
Este procedimiento a menudo se combina con quimioterapia neoadyuvante, que puede reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía. Si el paciente ha recibido radioterapia, esto puede aumentar la fibrosis tisular, dificultando la realización de la procedimiento.
Según los datos del Registro de Cáncer de EE. UU., la tasa de supervivencia a 5 años para pacientes con cáncer de vejiga localizado que se someten a cistectomía radical puede alcanzar entre el 60% y el 70%. Un estudio de 2018 en la revista New England Journal of Medicine indica que la cirugía asistida por robot reduce en un 34% el riesgo de metástasis cerebral y acorta la estancia hospitalaria en 2.5 días en comparación con la cirugía abierta tradicional.
Las alternativas incluyen:
Sin embargo, estas opciones pueden no eliminar completamente el tumor y son solo adecuadas para casos en etapas tempranas o pacientes con alto riesgo quirúrgico. El médico elegirá la opción más adecuada según el estadiaje del tumor y la salud general del paciente.
El paciente debe someterse a una evaluación completa para valorar la función cardiopulmonar y el alcance del tumor, además de discutir con el médico las opciones de derivación urinaria (como la creación de vejiga ileal o ileostomía). Tres días antes de la operación, puede ser necesario limpiar el intestino y comenzar con antibióticos para prevenir infecciones, además de planificar con un nutricionista la dieta postoperatoria.
¿Cómo manejar posibles problemas de micción después de la cirugía de derivación urinaria?Si se realiza una ileostomía, el paciente debe aprender a usar bolsas de recolección de orina y cambiarlas regularmente para evitar infecciones. Si se opta por la vejiga ileal, se debe adaptar al nuevo patrón de micción, que puede requerir entrenamiento en cateterismo o tratamientos periódicos de dilatación vesical. El médico proporcionará un plan para recuperar la función de micción según cada caso.
¿Qué restricciones dietéticas o de actividad a largo plazo deben seguirse después de la cistectomía radical?El paciente debe limitar alimentos ricos en fibra para reducir el riesgo de obstrucción del conducto ileal y aumentar la ingesta de líquidos para prevenir cálculos urinarios. Se recomienda evitar levantar objetos pesados o realizar ejercicio intenso durante al menos 3 meses, para evitar que las suturas se abran. También es importante monitorear regularmente los niveles de potasio en sangre, ya que la vejiga ileal puede afectar el equilibrio electrolítico.
¿Cuál es la frecuencia y qué pruebas se deben realizar en los controles postoperatorios?Durante el primer año, se recomienda realizar análisis de orina, estudios de imagen y seguimiento de marcadores tumorales cada 3-6 meses, y posteriormente de forma anual. Si aparecen síntomas como dolor al orinar, fiebre o secreciones anormales en la estoma, se debe acudir inmediatamente al médico para evaluar posibles infecciones u obstrucciones.
¿De qué factores depende el éxito de la cistectomía radical?El diagnóstico precoz (como cáncer que no ha invadido la capa muscular) puede lograr una tasa de supervivencia a 5 años superior al 70%. La quimioterapia neoadyuvante previa y la extirpación completa (R0) también aumentan significativamente las probabilidades de éxito. La adherencia del paciente a los controles postoperatorios y los cambios en el estilo de vida son factores clave para el éxito a largo plazo.