La terapia de movimiento por restricción (Constraint-induced movement therapy, CIMT) es una técnica avanzada de rehabilitación diseñada específicamente para mejorar la función motora en pacientes con daño neurológico. Este método se dirige principalmente a pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales o parálisis cerebral, restringiendo el uso de la extremidad sana y forzando al paciente a practicar repetidamente con la extremidad afectada, con el fin de promover la neuroplasticidad y la recuperación funcional. Su principio fundamental consiste en romper la dependencia del paciente en la extremidad no afectada y restablecer la memoria neuromuscular en el lado lesionado.
Este método fue desarrollado por académicos estadounidenses en la década de 1990 y ahora se ha convertido en uno de los tratamientos estándar para la hemiplejía post-ictus. El proceso de tratamiento generalmente combina entrenamiento intensivo con intervenciones conductuales, y debe realizarse bajo supervisión de un terapeuta profesional para garantizar la seguridad y la eficacia.
La CIMT se divide principalmente en la modalidad tradicional y en versiones modificadas. La modalidad tradicional implica restringir la extremidad sana con dispositivos de sujeción (como guantes especiales o arneses) y realizar entrenamiento dirigido a objetivos durante varias horas diarias. Su mecanismo involucra la reorganización de las sinapsis neuronales, reforzando las señales nerviosas en el lado lesionado y suprimiendo los mecanismos de compensación en el lado no afectado.
Las versiones modificadas pueden incluir realidad virtual o entrenamiento gamificado para aumentar la participación del paciente. Estudios muestran que esta terapia puede estimular la neuroplasticidad en la corteza motora cerebral y mejorar las funciones ejecutivas de la corteza prefrontal, lo que resulta en una mejor coordinación de los movimientos cotidianos.
Este tratamiento es adecuado para pacientes con discapacidad en la extremidad superior debido a daño cerebral, incluyendo:
Es importante que los pacientes tengan una capacidad básica para el movimiento y no presenten contraindicaciones como artritis severa o lesiones en tendones. Antes del tratamiento, un médico especialista en rehabilitación debe evaluar la función motora para confirmar la idoneidad.
El tratamiento estándar de CIMT suele durar 2 semanas con entrenamiento intensivo, con un total de 6 horas diarias y 90 horas de entrenamiento en total. El paciente debe usar la extremidad no afectada en un dispositivo de restricción y realizar tareas diarias con la extremidad afectada (como agarrar o escribir). El terapeuta diseña tareas escalonadas, desde movimientos simples hasta entrenamientos de funciones complejas.
Las versiones modificadas pueden incluir entrenamiento en el hogar, con dispositivos electrónicos que monitorean el progreso. Para pacientes pediátricos, la intensidad y duración del entrenamiento se ajustan, generalmente de 3 a 4 horas diarias, incorporando elementos lúdicos para mantener la motivación.
Los principales beneficios incluyen:
En comparación con tratamientos tradicionales, las ventajas de la CIMT son:
Los posibles malestares incluyen:
Contraindicaciones graves incluyen: heridas abiertas, inestabilidad articular severa, dolor no controlado. Si se presenta hinchazón o dolor neural, se debe ajustar inmediatamente la intensidad del entrenamiento.
Las contraindicaciones incluyen:
Al realizar el tratamiento, se deben tener en cuenta:
La CIMT se combina frecuentemente con:
Debe evitarse su uso simultáneo con:
Estudios multicéntricos muestran que:
Las evidencias de neuroimagen muestran que la densidad de la materia gris en la corteza motora aumenta entre un 12-15% tras el tratamiento, confirmando su efecto en la neuroplasticidad.
Si la CIMT no es adecuada, se pueden considerar las siguientes alternativas:
Al elegir una alternativa, se deben considerar la motivación del paciente, la función residual y el apoyo familiar. Por ejemplo, pacientes con rigidez articular severa pueden necesitar primero tratamiento con toxina botulínica antes de realizar CIMT.
El tratamiento generalmente se divide en tres fases: primero, restringir el uso de la extremidad no afectada (por ejemplo, usando férulas especiales), para obligar al paciente a usar más la extremidad lesionada; luego, realizar un programa intensivo de entrenamiento durante varios días, varias horas al día, practicando repetidamente movimientos específicos; finalmente, se implementa un plan de entrenamiento en el hogar. El paciente debe comunicar previamente al terapeuta sobre heridas o dolor, y preparar ropa cómoda y un espacio seguro para practicar.
¿Qué hacer si durante el tratamiento se experimenta dolor muscular o fatiga?El malestar leve es normal, pero si el dolor afecta las actividades diarias, se debe informar inmediatamente al equipo de tratamiento. El médico puede ajustar la intensidad del entrenamiento o aumentar los períodos de descanso. Se recomienda aplicar hielo o realizar estiramientos suaves para aliviar el malestar, pero se debe evitar tomar analgésicos por cuenta propia, siguiendo las indicaciones médicas.
¿Qué ajustes en las actividades diarias se deben hacer durante el tratamiento?Se recomienda reducir la dependencia de la extremidad no afectada, por ejemplo, usando la extremidad lesionada para cepillarse los dientes o abrir puertas. Si el paciente trabaja o va a la escuela, debe coordinar con empleadores o profesores para asegurar períodos adecuados de descanso. Es útil llevar un diario de progreso diario para que el terapeuta pueda ajustar el plan de tratamiento.
¿Cuál es la tasa de éxito de la terapia de movimiento por restricción y cuánto duran sus efectos?Según estudios clínicos, aproximadamente el 70-80% de los pacientes con ictus muestran mejoras significativas en la función de la extremidad después del tratamiento, y algunos efectos pueden durar varios años o más. Sin embargo, los resultados específicos varían según cada individuo, por lo que se recomienda continuar con rehabilitación posterior para mantener los beneficios. Es importante que la familia siga apoyando y realizando seguimientos periódicos.
¿Por qué esta terapia enfatiza la restricción del uso de la extremidad sana? ¿No provocará que la función de la extremidad sana se deteriore?El núcleo de esta terapia es el principio de neuroplasticidad, que mediante la restricción del uso de la extremidad sana, obliga al cerebro a reorganizar las rutas neuronales y promover la recuperación de la extremidad afectada. El terapeuta controlará estrictamente el tiempo de uso de la extremidad sana y diseñará programas de entrenamiento protectores. Esto no conducirá a una pérdida permanente de función en la extremidad sana, sino que evitará que el paciente dependa excesivamente de ella en un ciclo vicioso, favoreciendo la recuperación global.