La azitromicina es un antibiótico de amplio espectro que pertenece a la clase de los macrólidos. Se utiliza principalmente para tratar infecciones causadas por bacterias, incluyendo infecciones respiratorias, otorrinolaringológicas y enfermedades de transmisión sexual. Este medicamento inhibe la síntesis de proteínas bacterianas, eliminando o suprimiendo eficazmente el crecimiento de los patógenos.
Debido a su larga vida media, la azitromicina permite intervalos de dosificación más largos, lo que aumenta la adherencia del paciente al tratamiento. En la práctica clínica, se emplea comúnmente para tratar neumonía adquirida en la comunidad, otitis media aguda y infecciones del tracto urinario no complicadas. También puede usarse como alternativa en pacientes alérgicos a la penicilina.
El nombre científico de este medicamento es azitromicina. En Taiwán y Hong Kong, sus nombres comerciales más comunes incluyen:
En diferentes regiones, puede haber otros nombres comerciales. Antes de usar, se debe verificar el nombre correcto en la etiqueta del medicamento.
Los medicamentos genéricos contienen el mismo principio activo que los de marca, aunque pueden variar en forma farmacéutica o dosis. Los pacientes deben seguir las indicaciones del médico o farmacéutico para escoger la forma adecuada y no cambiar la presentación por cuenta propia.
La azitromicina pertenece a la clase de los macrólidos, junto con la eritromicina y la claritromicina. Estos antibióticos actúan bloqueando la subunidad 50S del ribosoma bacteriano, inhibiendo la síntesis de proteínas. Su estructura química particular les confiere una penetración más efectiva en ciertos tipos de bacterias, actuando dentro de las células bacterianas.
A diferencia de los antibióticos β-lactámicos, la azitromicina es estable frente a las β-lactamasas, siendo útil en infecciones por cepas resistentes. Además, se clasifica como un antibiótico de liberación prolongada, que mantiene su efecto en los tejidos por más tiempo.
Las principales indicaciones incluyen:
En ciertos casos, también se usa para prevenir la neumocistosis en pacientes con VIH.
Este medicamento es efectivo contra infecciones por micoplasmas, clamidias y algunas bacterias grampositivas. Sin embargo, no tiene efecto contra infecciones virales como la gripe o el resfriado común, por lo que no debe usarse indiscriminadamente.
Los efectos secundarios leves más frecuentes incluyen:
Aparecen en aproximadamente el 10-15% de los casos y generalmente desaparecen en unos días tras la suspensión del medicamento. Algunos pacientes pueden experimentar sequedad bucal o alteraciones en el gusto.
Efectos adversos graves pero poco frecuentes incluyen:
En caso de presentar dolor en el pecho, palpitaciones o ictericia, se debe suspender el medicamento y acudir al médico inmediatamente.
Contraindicaciones incluyen:
Existen reportes que indican que este medicamento puede prolongar el intervalo QT en el electrocardiograma, por lo que los pacientes con enfermedad cardíaca deben evaluar el riesgo antes de su uso.
Durante el embarazo, solo debe usarse si es estrictamente necesario. El uso en el tercer trimestre puede aumentar el riesgo de sordera en el recién nacido. Las mujeres en lactancia deben evitar su uso, ya que el fármaco puede pasar a la leche materna. Los mayores de 65 años y los pacientes con peso muy bajo requieren ajuste de dosis.
El uso conjunto con los siguientes medicamentos puede aumentar riesgos:
Estas combinaciones pueden aumentar la toxicidad cardíaca o alterar las concentraciones en sangre. La administración conjunta con teofilina puede prolongar su vida media, por lo que se recomienda monitorizar los niveles en sangre. Durante el tratamiento, se debe evitar el consumo de alcohol, ya que puede aumentar las molestias gastrointestinales. Antes de usar cualquier medicamento, informar al médico si se está tomando azitromicina.
Para adultos con infecciones respiratorias, la dosis habitual es de 500 mg el primer día, seguido de 250 mg diarios durante 3 a 5 días. La dosis en niños se calcula por peso, generalmente 10 mg/kg/día. Puede tomarse con o sin alimentos, aunque su ingesta junto con comida puede reducir molestias estomacales.
En casos de insuficiencia hepática grave, se debe reducir la dosis: 500 mg el primer día, seguido de 250 mg diarios, sin exceder los 3 días de tratamiento. La forma intravenosa requiere seguir estrictamente las indicaciones médicas respecto a la velocidad de infusión, ya que una administración rápida puede causar reacciones alérgicas. En infecciones severas con mala absorción gastrointestinal, puede considerarse la vía intravenosa.
Si se olvida una dosis y han pasado menos de 6 horas, tomarla lo antes posible y ajustar la próxima dosis en consecuencia. Si está cerca de la hora de la siguiente dosis, saltar la dosis olvidada y continuar con el esquema habitual, sin duplicar la dosis. En tratamientos fraccionados, seguir estrictamente el horario indicado por el médico.
Si se omiten varias dosis y esto interrumpe el tratamiento, consultar inmediatamente al médico para revaluar el plan de medicación. No aumentar la dosis por cuenta propia, ya que puede causar acumulación del fármaco o efectos adversos.
Una sobredosis aguda puede causar síntomas graves gastrointestinales, arritmias o alteraciones neurológicas. Se debe acudir de inmediato a un centro médico para lavado gástrico o administración de carbón activado. En casos severos, se requiere hospitalización para monitoreo del ECG y niveles sanguíneos del fármaco.
En caso de pérdida de conciencia, visión borrosa o convulsiones, se considera una emergencia médica. El personal médico puede administrar medicamentos antiarrítmicos o electrolitos, y monitorear de cerca la función cardíaca.
¿Qué puedo hacer si experimento molestias estomacales o náuseas durante el tratamiento con azitromicina?
La azitromicina puede causar molestias gastrointestinales. Se recomienda tomarla después de las comidas para reducir la irritación. Si los síntomas persisten o son severos, puede intentarse triturar la pastilla y mezclarla con poca comida, o ajustar la dosis bajo indicación médica. En caso de vómitos severos o diarrea, suspender el medicamento y consultar al médico.
¿La combinación de azitromicina con inhibidores de la bomba de protones (como omeprazol) afecta su eficacia?
Sí, los inhibidores de la bomba de protones pueden reducir la absorción de azitromicina, disminuyendo su eficacia. Si se requiere uso conjunto, el médico puede recomendar ajustar los horarios de administración o elegir otros medicamentos que no interfieran con la absorción del antibiótico. Es importante informar al médico de todos los medicamentos que se estén tomando.
¿Es necesario limitar la dieta o consumir nutrientes específicos durante el tratamiento con azitromicina?
Generalmente no es necesario restringir la dieta, pero se recomienda evitar tomar el medicamento con el estómago vacío para reducir molestias gastrointestinales. Una dieta rica en fibra puede aliviar el estreñimiento, y los alimentos con probióticos (como yogures) pueden mejorar la flora intestinal. Las bebidas con cafeína o alcohol pueden aumentar las náuseas, por lo que se aconseja consumir con moderación.
¿Puedo extender el tratamiento por mi cuenta si los síntomas no desaparecen completamente tras completar la dosis?
¡Nunca extienda el tratamiento sin consultar al médico! Prolongar el uso sin autorización puede causar resistencia bacteriana o efectos adversos. Si los síntomas persisten, acudir al médico para una reevaluación, que puede incluir cultivo de esputo u otras pruebas, y ajustar el tratamiento según sea necesario.
¿Qué precauciones deben tener los pacientes con antecedentes de arritmias al usar azitromicina?
La azitromicina puede prolongar el intervalo QT en el electrocardiograma. Los pacientes con antecedentes de arritmias deben realizarse un ECG antes de iniciar el tratamiento. Si se usan junto con otros medicamentos que prolongan QT, se requiere monitoreo estricto. Ante síntomas como palpitaciones, mareos o dificultad para respirar, se debe suspender el medicamento y acudir al médico inmediatamente.