La endarterectomía arterial (Endarterectomy) es una intervención quirúrgica utilizada principalmente para eliminar placas y coágulos en la pared interna de las arterias, con el fin de restaurar el flujo sanguíneo y prevenir complicaciones graves. Este procedimiento es común en pacientes con obstrucción de la arteria carótida o arterias periféricas, y mediante la remoción directa de las obstrucciones, puede reducir significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio o isquemia en las extremidades. La cirugía generalmente se indica en casos de estenosis arterial superior al 70% o en presencia de síntomas agudos.
La endarterectomía arterial se divide en dos grandes categorías: endarterectomía de la arteria carótida (CEA) y endarterectomía de arterias periféricas. El mecanismo consiste en que el cirujano, tras exponer la adventicia arterial, utiliza instrumentos especializados para desprender las placas ateroscleróticas en la pared interna del vaso, y luego repara la estructura vascular para restablecer el flujo normal.
En comparación con otros tratamientos intervencionistas, este procedimiento remueve directamente el tejido patológico, no solo mejorando la estenosis sino también eliminando la fuente de ruptura de las placas. La cirugía de la arteria carótida generalmente se realiza bajo anestesia local, mientras que la cirugía de arterias periféricas puede requerir anestesia general.
Se indica principalmente en las siguientes condiciones:
También es adecuada para pacientes con accidente cerebrovascular agudo, si la obstrucción vascular es clara y ocurrió en las últimas 24 horas, pudiendo considerarse una cirugía de emergencia para salvar la función neurológica.
La cirugía generalmente consta de tres pasos: 1. incisión y exposición de la arteria tras anestesia; 2. disección y remoción de la placa en la íntima; 3. reparación de la estructura vascular con suturas. La duración varía según la localización de la arteria, siendo de aproximadamente 2-3 horas para la arteria carótida y potencialmente más larga para arterias periféricas.
No hay dosis de medicamentos involucradas, pero se requiere el uso concomitante de anticoagulantes. Después de la cirugía, es necesario monitorear regularmente la presión arterial y la dinámica del flujo sanguíneo, ajustando el tratamiento según la recuperación del paciente.
Las principales ventajas incluyen:
Para pacientes con obstrucción arterial en las extremidades inferiores, la cirugía puede mejorar significativamente la distancia de caminata y la supervivencia tisular, con un período de recuperación relativamente estable.
Las complicaciones posibles incluyen:
Riesgos graves: la embolización de trombos durante la cirugía puede causar un accidente cerebrovascular inmediato, y la formación de trombos o la ruptura arterial postoperatoria requieren atención urgente. Los pacientes mayores o con diabetes tienen mayor riesgo, por lo que la indicación quirúrgica debe evaluarse cuidadosamente.
Las contraindicaciones incluyen:
Antes de la cirugía, se debe realizar una evaluación detallada de la función cardíaca y de las imágenes vasculares. En las 24 horas posteriores, se requiere un monitoreo estrecho de la presión arterial y la función neurológica. Los pacientes deben evitar actividades intensas durante al menos 4 semanas.
Debe realizarse en conjunto con medicamentos anticoagulantes (como warfarina), pero estos deben suspenderse 7 días antes de la cirugía para reducir el riesgo de hemorragia. En comparación con la angioplastia, después de la cirugía se recomienda el uso de medicamentos para reducir los lípidos, con el fin de prolongar la salud arterial.
Si el paciente está en tratamiento con antiplaquetarios (como aspirina), el momento de la medicación debe ajustarse para evitar hemorragias durante la operación.
Según grandes ensayos clínicos, la endarterectomía de la arteria carótida puede reducir la tasa de accidente cerebrovascular en 5 años del 13% al 6%. En pacientes con isquemia severa en las extremidades inferiores, la mejora en la marcha supera el 80% tras la cirugía.
El seguimiento a largo plazo muestra que los pacientes operados requieren un 30% menos de cirugías secundarias en comparación con los que reciben angioplastia, demostrando ventajas en la reparación estructural.
Las principales alternativas incluyen:
Al elegir una alternativa, se deben considerar factores como la edad del paciente, la anatomía arterial y las comorbilidades. Por ejemplo, en pacientes mayores, la angioplastia puede ser preferible para reducir riesgos anestésicos.
El tiempo de recuperación varía según la constitución del paciente y la ubicación de la cirugía. En general, los pacientes permanecen hospitalizados de 1 a 3 días, y algunas actividades (como caminar distancias cortas) pueden comenzar unos días después. La recuperación completa suele tomar entre 2 y 6 semanas, siguiendo las indicaciones médicas para aumentar gradualmente la actividad y evitar levantar objetos pesados o realizar ejercicio intenso.
¿Qué debo hacer si experimento mareo o debilidad en las extremidades después de la cirugía?Estos síntomas pueden ser causados por cambios en el flujo sanguíneo o compresión neurológica temporal, pero deben ser informados inmediatamente al equipo médico. El médico puede ordenar estudios de imagen para verificar la condición vascular y ajustar medicamentos o recomendar terapia física según sea necesario. No se debe autodiagnosticar ni retrasar la consulta médica.
¿Es necesario tomar anticoagulantes a largo plazo después de la endarterectomía arterial?El médico decidirá si se prescriben antiplaquetarios o anticoagulantes según el grado de obstrucción arterial y los riesgos de complicaciones. Algunos pacientes necesitan medicación a largo plazo para prevenir coágulos, pero la dosis y el tipo de fármaco deben ser evaluados periódicamente. Durante el tratamiento, se deben realizar controles de coagulación y evitar medicamentos que puedan aumentar el riesgo de sangrado.
¿Cómo prevenir la reestenosis arterial después de la cirugía?Es fundamental controlar estrictamente la hipertensión, la hipercolesterolemia y la diabetes, además de dejar de fumar para reducir el riesgo de reestenosis. Se recomienda una dieta baja en grasas y rica en fibra, ejercicio regular y seguimiento mediante ecografías vasculares periódicas. En caso de diabetes o hiperlipidemia, se debe complementar con medicación y cambios en el estilo de vida.
¿Cuál es la tasa de daño nervioso durante la cirugía y cómo reducir este riesgo?La incidencia de daño nervioso es aproximadamente del 1-3%, pudiendo ser causada por interrupciones en el flujo sanguíneo o fragmentos de placa desplazados durante la procedimiento. Tecnologías modernas, como catéteres de flujo o circulación extracorpórea, ayudan a reducir estos riesgos. La selección de un equipo experimentado y la evaluación previa mediante angiografía vascular para determinar la estructura arterial también son fundamentales para minimizar complicaciones.