La dilatación y curetaje uterino (Dilatación y Curettaje, abreviado como D&C) es una intervención ginecológica común que consiste en dilatar el cuello uterino y raspar el revestimiento uterino para diagnosticar o tratar enfermedades relacionadas. Este procedimiento se aplica frecuentemente en la limpieza uterina tras un aborto, diagnóstico de hemorragias anormales o remoción de restos uterinos. Su objetivo principal es asegurar la eliminación completa del tejido endometrial, reduciendo el riesgo de infecciones o complicaciones posteriores.
La cirugía generalmente se realiza en hospitales o clínicas, con anestesia local o general, y dura aproximadamente entre 30 y 45 minutos. El personal médico dilata primero el cuello uterino y luego utiliza curetas o aspiradores para remover el tejido, observando después sangrado y dolor. Este procedimiento puede realizarse de forma aislada o en combinación con otros tratamientos, como la medicación para el aborto.
La dilatación y curetaje se divide en dos tipos: "diagnóstico" y "terapéutico". La D&C diagnóstica se emplea para obtener muestras del endometrio y confirmar patologías como hiperplasia o cáncer; la terapéutica elimina directamente el tejido residual, como restos placentarios tras un aborto o para detener hemorragias. El mecanismo consiste en dilatar mecánicamente el cuello uterino, usando dilatadores metálicos para abrir progresivamente el canal cervical, y luego remover el tejido con curetas o aspiradores.
Con ayuda de medicamentos, como misoprostol, se puede ablandar el cuello uterino para reducir traumatismos durante la dilatación. Este procedimiento combina técnicas físicas con análisis patológicos, permitiendo observar directamente los cambios en el endometrio y ofrecer diagnósticos y tratamientos inmediatos. El tejido obtenido se envía a patología para detectar posibles células anormales.
Este tratamiento es adecuado en las siguientes situaciones:
En ciertos casos, como hemorragias persistentes tras medicación abortiva o presencia de restos en imágenes, el médico puede recomendar este procedimiento. La decisión debe basarse en la edad de la paciente, tamaño uterino y causa del sangrado, evaluando los riesgos y beneficios del procedimiento.
El procedimiento consta de tres fases:
No existe un concepto fijo de "dosis"; la duración y alcance de la cirugía se ajustan a cada paciente. Puede requerirse antibióticos preoperatorios para prevenir infecciones o medicamentos como prostaglandinas para suavizar el cuello uterino antes del procedimiento.
Las principales ventajas incluyen:
Este procedimiento puede realizarse en consulta, sin necesidad de hospitalización prolongada. Los pacientes recuperan rápidamente sus actividades diarias y la precisión diagnóstica es alta, siendo decisivo en casos de limpieza uterina post-aborto o detección de malignidades.
Los efectos adversos posibles incluyen:
Complicaciones graves, aunque raras, requieren evaluación cuidadosa:
Antes del procedimiento, se debe tener en cuenta:
Contraindicaciones incluyen:
Si la paciente está tomando anticoagulantes (como aspirina o warfarina), debe suspenderlos antes del procedimiento y usar anticoagulantes de acción corta. Al combinarse con analgésicos, se debe tener en cuenta el riesgo de dependencia o molestias gastrointestinales.
En caso de tratamiento hormonal (como progesterona), informar al médico para ajustar los tiempos de medicación. Los antibióticos utilizados postoperatoriamente deben evitar interacciones con otros fármacos, como la posible reducción de eficacia con anticonvulsivantes.
Según estudios clínicos, la tasa de éxito inmediata en la eliminación del tejido uterino con D&C supera el 90%, especialmente en casos de limpieza post-aborto. La precisión diagnóstica para cáncer de endometrio alcanza entre el 85 y 95%, permitiendo distinguir lesiones benignas de malignas.
Sin embargo, no se puede garantizar la eliminación completa del tejido, y aproximadamente entre el 5 y 10% de los casos requieren una segunda intervención. Las guías clínicas recomiendan combinar ultrasonido o pruebas de sangre HCG para confirmar que el útero esté limpio tras la cirugía.
Las alternativas no quirúrgicas incluyen:
La elección de la alternativa depende de la situación específica de la paciente. Por ejemplo, en casos de endometrio delgado o fibrosis tisular, la cirugía puede ser más efectiva; en cambio, la medicación es adecuada si el embarazo es menor a 9 semanas.
Generalmente, se requiere una ecografía uterina, análisis de sangre y pruebas de detección de infecciones para evaluar el estado del útero y descartar riesgos. Si se toman anticoagulantes o se tienen enfermedades crónicas, se debe informar al médico para ajustar la medicación. Además, se recomienda ayuno y abstinencia de líquidos 8 horas antes del procedimiento para reducir riesgos anestésicos.
¿Es normal tener sangrado o dolor abdominal después de la cirugía? ¿Cómo aliviarlo?El sangrado leve o molestias en el abdomen bajo son respuestas comunes a corto plazo, generalmente durando de 1 a 2 semanas. Si el sangrado supera una menstruación normal, viene acompañado de dolor severo o fiebre, puede indicar infección o que el útero no quedó completamente limpio, por lo que se debe acudir al médico. Se pueden recetar analgésicos o antibióticos y evitar levantar objetos pesados para facilitar la recuperación.
¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse y qué acciones debo evitar?Las actividades leves, como caminar, suelen retomarse en 1 a 2 días, pero se deben evitar ejercicios intensos o levantar peso durante al menos 2 semanas. Se recomienda no tener relaciones sexuales ni usar tampones en las primeras 2 semanas para prevenir infecciones o desgarros en la herida. La recuperación puede variar según cada paciente, siguiendo siempre las indicaciones médicas.
¿Cuál es la tasa de éxito y los riesgos aproximados de la dilatación y curetaje?Este procedimiento tiene una tasa de éxito superior al 90% en la eliminación de patologías uterinas y en la limpieza post-aborto, aunque puede presentar riesgos como perforación uterina, infecciones o lesiones cervicales, con una incidencia del 1-2%. En pacientes mayores o con anomalías uterinas, el riesgo puede ser ligeramente mayor. La evaluación previa ayuda a reducir complicaciones.
¿Es necesario realizar seguimiento después de la cirugía? ¿Qué incluye?Se recomienda una revisión en 4 a 6 semanas, con ecografía uterina o análisis de sangre para verificar la recuperación y descartar hemorragias persistentes. Si la cirugía fue diagnóstica, puede ser necesario revisar los resultados del análisis del tejido y planear tratamientos posteriores según los hallazgos.