Diphtheria

Resumen del tratamiento

La difteria es una enfermedad infecciosa aguda causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae, que se transmite principalmente por gotas respiratorias y puede provocar infecciones respiratorias o lesiones cutáneas. El objetivo del tratamiento es neutralizar rápidamente la toxina, eliminar el microorganismo y prevenir complicaciones. La terapia estándar combina antitoxina y antibióticos para reducir la mortalidad y el riesgo de secuelas. El diagnóstico y tratamiento tempranos son clave para evitar complicaciones graves como miocarditis o daño al sistema nervioso.

Tipos y mecanismos de tratamiento

El tratamiento principal incluye dos categorías: 1. Antitoxina: proveniente de suero equino o plasma humano, capaz de neutralizar la toxina diftérica no unida. 2. Antibióticos como penicilina o eritromicina, que matan directamente la bacteria causante. Ambos deben usarse en conjunto para bloquear la acción de la toxina y la proliferación bacteriana.

Indicaciones

Se recomienda para pacientes con diagnóstico confirmado o sospecha alta de difteria, incluyendo: 1. Faringitis con membranas pseudomembranosas gris blancas características 2. Úlceras cutáneas con cultivo positivo para Corynebacterium diphtheriae 3. Contactos con fiebre inexplicada y tumefacción cervical. Incluso en casos sospechosos sin confirmación de cultivo, se recomienda tratamiento inmediato para evitar retrasos.

Modo de administración y dosis

La antitoxina se administra por vía intravenosa o intramuscular, con dosis habitual para adultos de 20,000 a 40,000 unidades internacionales, ajustadas según la gravedad. En cuanto a los antibióticos, la penicilina se administra a 50,000 unidades por kilogramo de peso corporal al día, en 2-3 dosis, durante 10-14 días. Las lesiones cutáneas requieren limpieza local y tratamiento sistémico.

Beneficios y ventajas

  • Neutraliza rápidamente las toxinas en circulación, previniendo daños a órganos
  • Los antibióticos eliminan la fuente de infección, cortando la cadena de transmisión
  • La terapia dual aumenta la tasa de éxito por encima del 90%

Riesgos y efectos secundarios

La antitoxina puede causar reacciones alérgicas, incluyendo shock anafiláctico en casos severos. Los efectos adversos comunes de los antibióticos incluyen diarrea y alteración de la microbiota intestinal; el uso prolongado puede llevar a resistencia. Algunos pacientes pueden desarrollar anticuerpos contra la antitoxina (HRP), por lo que se requiere monitoreo cercano.

Precauciones y contraindicaciones

Contraindicaciones: Personas con alergia conocida a suero equino o componentes de los antibióticos. Se debe realizar prueba de sensibilidad cutánea antes de su uso. Durante el embarazo, se evalúa cuidadosamente el riesgo-beneficio, y las mujeres lactantes deben suspender la lactancia. En casos de insuficiencia hepática o renal grave, se ajustan las dosis de antibióticos.

Interacciones con otros tratamientos

El uso concomitante con anticoagulantes puede aumentar el riesgo de hemorragia, y con aminoglucósidos puede potenciar la ototoxicidad. Los vacunados contra la difteria deben reevaluar su inmunidad tras el tratamiento, ya que la antitoxina puede neutralizar los antígenos de la vacuna.

Efectividad y evidencia

El tratamiento oportuno reduce la mortalidad del 10% a menos del 1%, mientras que sin tratamiento puede llegar al 20%. La combinación de antitoxina y antibióticos en los años 50 estableció un gran descenso en la incidencia. Los datos epidemiológicos muestran que la adherencia completa al tratamiento se correlaciona con una recuperación más rápida.

Alternativas

En caso de alergia a la antitoxina equina, se puede usar inmunoglobulina humana, aunque su disponibilidad puede ser limitada. En regiones con recursos escasos, se puede usar solo antibióticos en dosis altas, con vigilancia estrecha de síntomas relacionados con la toxina. Los casos graves pueden requerir soporte en unidades de cuidados intensivos, como asistencia respiratoria o monitoreo cardíaco.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué precauciones o pasos a seguir en la administración de antitoxina y antibióticos para la difteria?

Al tratar la difteria, la antitoxina debe administrarse primero para neutralizar la toxina bacteriana, seguido del uso de antibióticos (como penicilina o eritromicina) para inhibir el crecimiento del patógeno. Los pacientes deben seguir estrictamente las indicaciones médicas y completar todo el ciclo de antibióticos (generalmente 7-10 días), incluso si los síntomas mejoran, para evitar resistencia bacteriana. En caso de alergia a la penicilina, el médico indicará un antibiótico alternativo y explicará las opciones.

¿Es normal presentar fiebre o enrojecimiento en el sitio tras la administración de antitoxina? ¿Qué hacer?

Algunos pacientes pueden experimentar fiebre leve, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de inyección como reacción alérgica, que generalmente se puede aliviar con antipiréticos (como paracetamol) y compresas frías. Si aparecen dificultad respiratoria o erupción cutánea extensa, se debe acudir inmediatamente a evaluación para posible uso de antihistamínicos o corticosteroides. Durante el tratamiento con antibióticos, si la diarrea persiste o empeora, se debe informar al médico para evaluar desequilibrio de la microbiota.

¿Es necesario modificar la dieta o las actividades diarias durante el tratamiento para facilitar la recuperación?

Se recomienda una dieta alta en proteínas y fácil de digerir, como papillas de arroz o pescado al vapor, evitando alimentos irritantes para reducir molestias en la garganta. El descanso completo hasta que desaparezca la fiebre y evitar esfuerzos físicos intensos para reducir el riesgo de aumento de la obstrucción respiratoria. Los secreciones de contacto, como esputo, deben desinfectarse adecuadamente para reducir la transmisión.

¿Qué controles de seguimiento son necesarios después del tratamiento para confirmar la recuperación?

Tras el alta, se debe realizar un cultivo de garganta en 14 días para verificar la eliminación de la bacteria. Si el resultado aún es positivo, puede ser necesario extender el tratamiento con antibióticos. El médico evaluará el riesgo de secuelas cardíacas o neurológicas, y puede solicitar electrocardiogramas o estudios neurológicos. Las medidas de aislamiento deben mantenerse hasta que tres cultivos consecutivos sean negativos y se confirme que los contactos han recibido las dosis adicionales de la vacuna.

¿El riesgo de reinfección disminuye tras haber sido tratado previamente? ¿Qué medidas preventivas deben tomarse?

Incluso después de la recuperación, quienes no hayan sido vacunados aún pueden reinfectarse, ya que la inmunidad proporcionada por la antitoxina es temporal. Se recomienda completar la vacunación con 3 dosis de toxoide diftérico en los 6 meses posteriores al tratamiento para establecer inmunidad a largo plazo. Los contactos con pacientes deben vacunarse o recibir inmunoglobulina inmediatamente. Es importante evitar el contacto con personas con síntomas respiratorios febriles y asegurarse de que los contactos hayan recibido la vacunación completa para bloquear la transmisión.