La prueba de ferritina es un análisis de sangre que se utiliza principalmente para evaluar las reservas de hierro y el estado del metabolismo del hierro en el cuerpo. Esta prueba mide la concentración de ferritina en la sangre, ayudando a los médicos a determinar si el paciente tiene anemia por deficiencia de hierro, sobrecarga de hierro u otras alteraciones en el metabolismo del hierro. La ferritina es una proteína producida por las células hepáticas, cuya concentración refleja directamente la cantidad de hierro almacenado en el hígado, por lo que es un indicador clave del estado nutricional del hierro.
Esta prueba se realiza comúnmente junto con otros indicadores como la hemoglobina y la ferritina sérica para ofrecer un diagnóstico más completo. En comparación con otras pruebas de metabolismo del hierro, la prueba de ferritina tiene alta sensibilidad y puede detectar desequilibrios en el metabolismo del hierro en etapas tempranas, siendo especialmente útil en pacientes con enfermedades crónicas o en evaluaciones nutricionales.
La prueba de ferritina es un examen de laboratorio diagnóstico que se realiza mediante la obtención de muestras de sangre por venopunción o punción en el dedo. Su mecanismo se basa en la relación positiva entre la concentración de ferritina y las reservas de hierro: cuando las reservas de hierro en el cuerpo son adecuadas, la ferritina aumenta; si las reservas son deficientes, disminuye. Este indicador puede distinguir eficazmente entre deficiencia de hierro nutricional y otros tipos de anemia.
Los resultados generalmente se expresan en nanogramos por mililitro (ng/mL), con rangos normales que varían según el laboratorio, pero típicamente entre 20 y 200 ng/mL en adultos. Los resultados deben interpretarse junto con los síntomas clínicos y otros datos de laboratorio para evitar diagnósticos erróneos.
La prueba de ferritina es principalmente útil para diagnosticar anemia por deficiencia de hierro, alteraciones en el metabolismo del hierro causadas por enfermedades crónicas, y en sospechas de hemocromatosis (sobrecarga de hierro) genética. Por ejemplo, pacientes con inflamación crónica prolongada pueden presentar anomalías en la concentración de ferritina debido a la regulación alterada del hierro; esta prueba ayuda a los médicos a evaluar el estado del metabolismo del hierro.
Además, esta prueba se utiliza para monitorear la eficacia del tratamiento con suplementos de hierro, o para evaluar las reservas de hierro en pacientes sometidos a diálisis o múltiples transfusiones. En embarazadas, mujeres en período de lactancia y en evaluaciones nutricionales infantiles, la concentración de ferritina puede servir como un indicador objetivo del estado nutricional del hierro.
El método de prueba consiste en la extracción de sangre por venopunción o punción en el dedo, sin necesidad de preparaciones especiales, aunque se recomienda evitar ejercicio intenso o consumo excesivo de alcohol en las 24 horas previas a la prueba. El laboratorio generalmente requiere entre 3 y 5 mililitros de muestra de sangre, y el resultado suele estar disponible en 1 a 3 días hábiles.
Esta prueba no tiene problemas de dosificación, pero si el paciente presenta alteraciones en la coagulación, debe informar al personal médico para usar métodos de presión para detener el sangrado. La frecuencia de repetición de la prueba dependerá de la condición clínica, y en seguimiento de tratamientos, puede repetirse cada 2 a 4 semanas.
El riesgo asociado a la prueba es extremadamente bajo, aunque puede presentarse hematoma o dolor temporal en el sitio de punción. En casos muy raros, los pacientes pueden tener alergia a anticoagulantes como la heparina, por lo que deben informar previamente al personal médico.
Riesgos graves: en pacientes con trastornos de la coagulación, puede haber sangrado persistente tras la extracción; los pacientes con hemofilia deben ajustar el procedimiento para evitar complicaciones.
Las contraindicaciones incluyen trastornos graves de la coagulación o infecciones en el sitio de punción. Las mujeres embarazadas deben informar al médico para evaluar la necesidad, ya que los niveles de ferritina pueden variar debido a cambios metabólicos durante el embarazo.
Antes de realizar la prueba, se debe informar al médico sobre los medicamentos en uso, como suplementos de hierro o inmunosupresores, ya que pueden interferir en los resultados.
La prueba de ferritina en sí no interactúa directamente con otros tratamientos, pero las siguientes condiciones pueden afectar los resultados:
Numerosos estudios clínicos han demostrado que la concentración de ferritina está significativamente correlacionada con las reservas de hierro en la médula ósea (r>0.8). La Organización Mundial de la Salud recomienda usar ferritina <30 ng/mL como uno de los indicadores diagnósticos de anemia por deficiencia de hierro.
En el monitoreo de enfermedades de sobrecarga de hierro, niveles de ferritina >1000 ng/mL son comunes en pacientes con hemocromatosis hereditaria. La mayoría de los estudios indican que la sensibilidad de esta prueba para detectar deficiencia de hierro supera el 90%, con una especificidad superior al 85%.
Las pruebas alternativas incluyen:
Sin embargo, estos métodos tienen limitaciones, como la interferencia de la inflamación en TIBC, o la naturaleza invasiva de la punción de médula ósea. Por ello, la prueba de ferritina sigue siendo la herramienta de cribado no invasiva preferida en la práctica clínica.
Se recomienda evitar ejercicio intenso en las 24 horas previas y ayunar de 8 a 12 horas antes de la extracción para garantizar la precisión de los resultados. Si está tomando medicamentos que puedan interferir, como heparina, anticonceptivos orales o antiinflamatorios no esteroideos, debe informar al médico con anticipación para evaluar si es necesario suspenderlos.
¿Un resultado anormal en la prueba de ferritina significa necesariamente que hay anemia?Los valores anormales de ferritina pueden reflejar reservas de hierro insuficientes o excesivas, pero deben interpretarse junto con otros indicadores como la hemoglobina y la saturación de transferrina. Por ejemplo, una ferritina baja puede estar relacionada con mala ingesta nutricional o pérdida crónica de sangre, pero no necesariamente indica anemia por deficiencia de hierro, por lo que se requiere análisis adicional para determinar la causa.
¿Por qué el médico puede solicitar repetir la prueba de ferritina?Si los resultados iniciales no coinciden con los síntomas clínicos (por ejemplo, ferritina baja sin fatiga evidente), o si el paciente está en tratamiento con suplementos de hierro, el médico puede solicitar repetir la prueba para monitorear la respuesta al tratamiento. Además, condiciones como inflamación aguda o enfermedad hepática pueden causar fluctuaciones en los niveles, por lo que se recomienda realizar varias mediciones para confirmar los valores reales.
¿Qué factores cotidianos pueden afectar los resultados de la prueba de ferritina?Infecciones recientes, inflamación, disfunción hepática o obesidad pueden elevar los niveles de ferritina, mientras que dietas estrictas o consumo excesivo de alcohol pueden reducirlos. Realizar la extracción en la mañana en ayunas generalmente proporciona los resultados más estables.
¿En qué se diferencia la prueba de ferritina de un hemograma completo?El hemograma analiza principalmente los niveles de glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas, mientras que la prueba de ferritina se centra en evaluar las reservas de hierro en el cuerpo, siendo útil para diagnosticar enfermedades relacionadas con la deficiencia o exceso de hierro. Ambos exámenes se complementan, por ejemplo, cuando un paciente con anemia tiene hemoglobina normal pero ferritina baja, lo que indica la necesidad de ajustar la ingesta de hierro o el tratamiento.