La adrenalectomía es un procedimiento quirúrgico utilizado para remover total o parcialmente las glándulas suprarrenales. Este procedimiento se emplea principalmente para tratar tumores suprarrenales, trastornos por exceso hormonal o complicaciones severas causadas por disfunciones en la función adrenal. Las técnicas quirúrgicas se dividen en laparoscópica y convencional abierta, seleccionándose la más adecuada según la condición del paciente y la extensión de la lesión adrenal.
El objetivo principal de este tratamiento es controlar la secreción excesiva de hormonas mediante la eliminación del tejido afectado, como en casos de hiperaldosteronismo o síndrome de Cushing. Tras la cirugía, generalmente se observa una mejora significativa en síntomas como hipertensión y alteraciones metabólicas, además de reducir el riesgo de metástasis en tumores malignos. Sin embargo, es necesario realizar una evaluación preoperatoria detallada, incluyendo análisis hormonales y estudios de imagen, para confirmar la indicación quirúrgica adecuada.
La adrenalectomía se clasifica en dos tipos principales: laparoscópica y abierta. La cirugía laparoscópica implica pequeñas incisiones de 0.5 a 1 cm para insertar un endoscopio y instrumentos, ofreciendo ventajas como menor trauma y recuperación rápida. La cirugía abierta se reserva para tumores grandes o casos con anatomía compleja. El mecanismo consiste en la remoción precisa del tejido adrenal para bloquear la fuente de hormonas anómalas, como en el síndrome de Cushing, donde la eliminación de la glándula detiene la producción excesiva de cortisol.
En algunos casos, los cirujanos optan por resección parcial para preservar la función residual de la glándula. Tras la operación, es fundamental el seguimiento a largo plazo de los niveles hormonales y, en algunos casos, la terapia de reemplazo hormonal para suplir la deficiencia de aldosterona o cortisol.
Este procedimiento está indicado en las siguientes condiciones:
Además, está indicado en casos de síndrome de Conn resistente a medicamentos o complicaciones graves como hipertrofia cardíaca por exceso hormonal. La decisión de cirugía dependerá del tamaño, localización y estado general del paciente.
La cirugía generalmente se realiza bajo anestesia general. La laparoscopía requiere 2-3 pequeñas incisiones en el abdomen. La duración suele ser de 2 a 4 horas, con una pérdida de sangre promedio menor a 100 ml. La resección total implica remover toda la glándula, mientras que la parcial preserva tejido sano para mantener funciones residuales.
El período postoperatorio incluye hospitalización de 3 a 7 días y monitoreo continuo de electrolitos y niveles hormonales. Es posible que se prescriba terapia con corticosteroides, ajustando la dosis según los niveles hormonales preoperatorios, y se realiza una titulación gradual en 6 a 12 meses para alcanzar necesidades fisiológicas normales.
Los principales beneficios incluyen:
La técnica laparoscópica ofrece ventajas como heridas pequeñas, menor dolor y una reducción del 40% en el tiempo de hospitalización comparado con la cirugía tradicional. Estudios a largo plazo muestran que el 90% de los pacientes con hiperaldosteronismo primario controlan su hipertensión mejor tras la operación que con medicación.
Los riesgos inmediatos incluyen:
Los riesgos a largo plazo comprenden:
Preparaciones previas incluyen:
Contraindicaciones: Trastornos de coagulación no corregidos, enfermedades cardíacas o pulmonares severas que impidan la anestesia, o tumores que invadan grandes vasos y no puedan resecarse de forma segura. Postoperatoriamente, se debe vigilar estrechamente por hipotensión y hipoglucemia agudas.
El manejo farmacológico antes y después de la cirugía requiere ajustes:
En cuanto a la interacción con radioterapia, si el tumor es maligno, puede ser necesaria quimioterapia postoperatoria, pero se debe evitar en las primeras 4 semanas para reducir complicaciones.
Estudios multicéntricos muestran que la tasa de supervivencia a 5 años tras adrenalectomía laparoscópica en tumores benignos alcanza el 98%, y el control de la presión arterial en pacientes con síndrome de Cushing alcanza el 85% en el primer año. La imagenología confirma que más del 95% de los tumores son completamente removidos. Comparado con medicación, la cirugía ofrece un control más duradero de la hiperaldosteronismo, con una tasa de recurrencia del 3% frente al 40% en medicados a los 5 años.
Opciones no quirúrgicas incluyen:
Los tratamientos farmacológicos son adecuados para pacientes con alto riesgo quirúrgico, aunque con efectos a largo plazo limitados. La radioterapia puede tardar de 6 a 12 meses en mostrar resultados y tiene menor eficacia en tumores funcionales. La elección del tratamiento alternativo depende de la benignidad o malignidad del tumor, tamaño y estado general del paciente.
Es necesario realizar exámenes detallados, incluyendo análisis de sangre, estudios de imagen y evaluación de la función cardiopulmonar para valorar riesgos. Se recomienda ayuno de 8 horas antes de la operación y ajustar medicamentos en uso, como anticoagulantes. El médico explicará el método quirúrgico (laparoscópico o abierto) y posibles complicaciones, asegurando que el paciente comprenda y firme el consentimiento informado.
¿Por qué es necesario tomar hormonas de reemplazo a largo plazo después de la cirugía?Tras la adrenalectomía, puede haber pérdida de la producción natural de cortisol o aldosterona, causando un síndrome de deficiencia hormonal. El médico prescribirá corticosteroides o mineralocorticoides para mantener el metabolismo y el equilibrio electrolítico, con controles periódicos para ajustar las dosis y evitar la interrupción espontánea del tratamiento.
¿Qué cuidados dietéticos se deben tener después de la cirugía?Al principio, se recomienda una dieta blanda y fácil de digerir, evitando esfuerzos físicos que puedan causar sangrado. A largo plazo, se debe mantener un equilibrio en la ingesta de sodio (especialmente en casos de deficiencia de aldosterona) y controlar la presión arterial (en hiperaldosteronismo). En pacientes con diabetes, se debe seguir una dieta baja en carbohidratos y realizar monitoreo regular de la glucosa.
¿Cuáles son los criterios para elegir entre cirugía laparoscópica y abierta?La cirugía laparoscópica es adecuada para tumores menores de 6 cm, sin invasión extensa ni complicaciones severas. Si el tumor invade vasos sanguíneos o el paciente ha tenido cirugías abdominales previas, puede ser preferible la cirugía abierta. La decisión depende de las características del tumor, la condición del paciente y la experiencia del cirujano, tras discusión con el equipo médico.
¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse y volver a la vida normal?Los pacientes con cirugía laparoscópica suelen reanudar actividades leves en 1-2 semanas y volver al trabajo en 4-6 semanas. La recuperación tras cirugía abierta puede tardar de 4 a 8 semanas. Es importante evitar levantar objetos pesados hasta la completa cicatrización y realizar controles periódicos para monitorear los niveles hormonales y la recuperación general.