La anafilaxia es una reacción alérgica sistémica potencialmente mortal, cuyo objetivo es aliviar inmediatamente síntomas críticos como la obstrucción de las vías respiratorias y la caída de la presión arterial, además de prevenir recurrencias. El tratamiento principal es la inyección de adrenalina en emergencia, que puede contraer rápidamente los vasos sanguíneos, aliviar el broncoespasmo y suprimir la liberación de mediadores alérgicos, siendo actualmente la primera línea de tratamiento comprobada para reducir la mortalidad.
El tratamiento debe seguir el principio de “el tiempo es vida”: el paciente o un testigo debe administrar adrenalina en los primeros 15 minutos tras la aparición de los síntomas y acudir inmediatamente a un centro médico. Los cuidados posteriores pueden incluir antihistamínicos, corticosteroides y monitoreo de signos vitales para prevenir recaídas.
El tratamiento se divide en manejo agudo y gestión a largo plazo. La fase aguda se centra en la inyección intramuscular de adrenalina, que actúa mediante:
La gestión a largo plazo implica evitar los alérgenos, educación en autoadministración y el uso de autoinyectores de adrenalina prellenados (como EpiPen) para reducir el riesgo de recurrencia.
Aplicable a pacientes diagnosticados con anafilaxia, que presentan síntomas como dificultad respiratoria, hinchazón de la garganta, hipotensión y erupciones cutáneas extensas. Los desencadenantes comunes incluyen:
Este tratamiento no es adecuado para la hipotensión no alérgica o reacciones alérgicas no sistémicas; la decisión debe ser evaluada por un médico según la gravedad de los síntomas.
En la fase aguda, administrar 0.01-0.3 mg de adrenalina mediante inyección intramuscular en el muslo externo, repitiendo la dosis cada 5-15 minutos hasta que los síntomas mejoren. La dosis en niños se calcula por peso, pero en emergencias se administra primero y se ajusta según sea necesario.
Para la gestión a largo plazo, los pacientes deben portar un autoinyector prellenado y almacenarlo a temperatura ambiente. Tras su uso, deben acudir inmediatamente a un centro médico y permanecer en observación hospitalaria por al menos 4 horas para prevenir reacciones rebote.
La adrenalina puede mejorar significativamente la presión arterial y la respiración en 3-5 minutos, reduciendo la tasa de mortalidad en más del 90%. Sus ventajas incluyen:
El plan de gestión a largo plazo puede reducir en más del 70% las recurrencias.
Los efectos adversos posibles incluyen taquicardia, mareo y dolor de cabeza, generalmente temporales y reversibles. Riesgos graves:
Contraindicaciones: El uso en shock por hipovolemia no evaluado por un médico y en pacientes con enfermedad coronaria severa debe ser cauteloso. Antes de usar, confirmar que los síntomas son realmente por alergia y evitar su uso en otras condiciones similares (como ataques de pánico).
Los portadores de autoinyectores deben revisar periódicamente la fecha de caducidad y recibir entrenamiento en su uso correcto cada año. Los pacientes con asma deben informar a su médico, ya que puede ser necesario ajustar la dosis.
El uso combinado con bloqueadores beta (como metoprolol) puede intensificar los efectos adversos cardiovasculares, ya que la adrenalina puede no contrarrestar completamente el bloqueo. Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) pueden aumentar la variabilidad de la presión arterial y deben ser informados al médico.
Estudios multicéntricos muestran que el uso oportuno de adrenalina reduce la mortalidad del 6.7% al 1.2%. Una revisión sistemática de 2019 indica que la tasa de hospitalización en pacientes que no usaron adrenalina fue 3.2 veces mayor que en los que sí la usaron. Sin embargo, retrasar su administración más de 30 minutos disminuye significativamente su eficacia.
El seguimiento a largo plazo muestra que, combinado con inmunoterapia (como la terapia SLIT para alergia a cacahuetes), puede reducir las recurrencias en un 40%, aunque siempre en combinación con adrenalina como primera línea de respuesta.
En caso de contraindicación a la adrenalina, se pueden considerar:
Pero se enfatiza que: estas alternativas no son la primera opción y solo se usan en condiciones médicas específicas.
Sí. Incluso si los síntomas mejoran tras el uso de adrenalina, se debe acudir a un hospital para evaluación adicional. La anafilaxia puede recurrir, y el personal médico necesita determinar si se requieren medicamentos adicionales o monitoreo de signos vitales para prevenir una segunda reacción.
¿Cómo verificar que el autoinyector de adrenalina sigue siendo efectivo durante el uso a largo plazo?Revisar periódicamente que el líquido no esté turbio, que el envase no tenga grietas y que la fecha de caducidad no haya pasado. La temperatura también afecta la eficacia, por lo que no debe almacenarse en ambientes calurosos o fríos extremos (como dentro de un coche o en un congelador). Los medicamentos caducados deben ser reemplazados inmediatamente para garantizar su seguridad en emergencias.
¿Qué actividades deben evitar los pacientes con anafilaxia en su vida diaria para prevenir desencadenantes?Se deben evitar los alérgenos conocidos, como ciertos alimentos o medicamentos. Además, actividades intensas, ambientes calurosos o estrés emocional pueden desencadenar síntomas. Se recomienda establecer un rango seguro de actividades con la orientación del médico y portar una tarjeta de advertencia médica que indique su historial alérgico.
¿Qué efectos secundarios pueden ocurrir tras la inyección de adrenalina y cómo manejarlos?Los efectos comunes incluyen palpitaciones, temblores o mareos, que generalmente desaparecen en minutos u horas. En casos de molestias severas como dolor en el pecho o dificultad para respirar, se debe acudir a un centro médico. Antes de usar, confirmar que el paciente no tenga antecedentes de enfermedades cardiovasculares para reducir riesgos.
¿Qué precauciones deben tener los pacientes con anafilaxia al recibir vacunas?Antes de vacunarse, informar al personal médico sobre antecedentes alérgicos y medicamentos en uso. Algunas vacunas (como la antitetánica) pueden contener alérgenos como proteínas de calcio, por lo que deben administrarse bajo supervisión médica. Después de la vacunación, observar durante 30 minutos y asegurarse de que no haya reacciones agudas antes de abandonar el centro.