Síntomas de la Esclerosis Múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que afecta el sistema nervioso, cuyos síntomas varían de una persona a otra y pueden ser muy diversos. Esta enfermedad provoca que el sistema inmunológico ataque la mielina de los nervios, lo que dificulta la conducción de los impulsos nerviosos y provoca diversas disfunciones corporales. Los pacientes pueden experimentar síntomas leves y fluctuantes o sufrir discapacidades severas, por lo que reconocer tempranamente las características de los síntomas es crucial para el diagnóstico y tratamiento.

La manifestación de los síntomas está estrechamente relacionada con las etapas de la enfermedad; en las fases iniciales, pueden presentarse síntomas leves y intermitentes, que pueden agravarse progresivamente o aparecer nuevos síntomas a medida que avanza la enfermedad. Los síntomas comunes incluyen debilidad en las extremidades, visión borrosa y problemas de equilibrio, aunque estos también pueden ser causados por otras enfermedades, por lo que una evaluación médica profesional es esencial para un diagnóstico preciso. Comprender la diversidad y los patrones de cambio de los síntomas ayuda a los pacientes y al equipo médico a desarrollar estrategias de tratamiento adaptativas.

Síntomas y signos tempranos

Los síntomas tempranos de la esclerosis múltiple suelen ser leves y no específicos, y pueden confundirse con otros problemas de salud. Aproximadamente el 50% de los pacientes experimentan su primer síntoma en el sistema visual, como visión borrosa en un ojo o en ambos, destellos de luz en el campo visual, o dolor al mover los ojos. Además, algunos pacientes sienten sensaciones de pinchazos, entumecimiento o ardor en las extremidades, que suelen afectar los dedos, los pies o la cara.

Los signos tempranos también pueden incluir problemas de equilibrio y coordinación, como sensación de inestabilidad al caminar, tendencia a tropezar o temblores en las manos al realizar movimientos finos (como escribir). Alrededor del 30% de los pacientes experimentan fatiga inexplicada, que difiere del cansancio normal y no se alivia completamente incluso tras descansar. Es importante notar que estos síntomas pueden durar días o semanas y luego desaparecer por sí solos, lo que puede llevar a los pacientes a subestimar la gravedad de la enfermedad.

Síntomas comunes

Disfunciones motoras y sensoriales

La alteración de la función motora es uno de los síntomas principales de la esclerosis múltiple. Los pacientes pueden experimentar una pérdida progresiva de fuerza muscular, especialmente en las extremidades inferiores, lo que puede dificultar la caminata y requerir el uso de ayudas para la movilidad. Algunos pacientes presentan el signo de Lhermitte, que consiste en una sensación de descarga eléctrica que recorre la columna vertebral desde la nuca hacia abajo al inclinar la cabeza hacia adelante.

  • Temblores musculares: movimientos involuntarios en los músculos, especialmente en las extremidades distales
  • Problemas de coordinación: marcha inestable, movimientos lentos o alteraciones en la forma de caminar
  • Reflejos anormales: reflejos exagerados, que pueden ir acompañados de tensión muscular

Alteraciones sensoriales y problemas cognitivos

El daño en el sistema sensorial suele manifestarse como entumecimiento, pinchazos o sensación de aguja en las extremidades, que pueden agravarse con los cambios de posición. Aproximadamente el 50% de los pacientes presentan «alteraciones en la percepción espacial», como dificultad para juzgar distancias o percepciones de profundidad, lo que aumenta el riesgo de caídas. La disfunción cognitiva puede incluir pérdida de memoria, dificultad de concentración y disminución en la capacidad para resolver problemas, síntomas que pueden aparecer progresivamente en la etapa media de la enfermedad.

Síntomas relacionados con el sistema nervioso autónomo

Aproximadamente el 80% de los pacientes experimentan alteraciones en la función de la vejiga, como urgencia urinaria, frecuencia o sensación de vaciado incompleto. Algunos presentan lentitud en el tránsito intestinal, causando estreñimiento crónico o diarrea. Las mujeres pueden experimentar disfunciones sexuales, como disminución del deseo o sequedad vaginal. Estos síntomas del sistema nervioso autónomo a menudo son subestimados, pero tienen un impacto significativo en la calidad de vida.

Progresión de la enfermedad y cambios en los síntomas

El desarrollo de los síntomas de la esclerosis múltiple varía mucho entre individuos, y generalmente se dividen en dos categorías principales: «recurrente-remitente» y «progresiva». Durante las fases de recaída, los síntomas pueden agravarse repentinamente y durar varias semanas, seguidos de remisiones parciales o completas. Sin embargo, las lesiones nerviosas recurrentes eventualmente conducen a una acumulación de daño, resultando en déficits neurológicos irreversibles.

En las etapas avanzadas, los pacientes pueden presentar «parálisis pseudoparalítica», que se manifiesta con dificultades para tragar y problemas del habla. La pérdida visual puede volverse permanente, y en casos severos, puede ser necesario el uso de ayudas para la movilidad. La deterioración cognitiva en las etapas finales puede progresar a un deterioro cognitivo leve, afectando la toma de decisiones y la gestión del tiempo en la vida diaria.

Cambios temporales en los síntomas

La frecuencia y la gravedad de los síntomas pueden estar relacionadas con factores ambientales, como el calor, que puede agravar temporalmente la debilidad muscular y la fatiga. Estudios muestran que el 60% de los pacientes reportan empeoramiento de los síntomas en ambientes calurosos, aunque la refrigeración puede aliviar parcialmente estos efectos. Este cambio en los síntomas según la temperatura es una característica clínica distintiva de la esclerosis múltiple.

Cuándo acudir al médico

Se debe buscar atención médica inmediata si aparecen debilidades inexplicadas en un lado del cuerpo, visión borrosa repentina o dolor ocular al mover los ojos. Si los síntomas cumplen con los tres criterios principales de la «Criterios de McDonald» (lesiones múltiples en el tiempo y en el espacio), el médico puede ordenar una resonancia magnética (RM) y análisis del líquido cefalorraquídeo para confirmar el diagnóstico.

En caso de una agravación súbita de los síntomas, como incapacidad repentina para controlar la vejiga, deterioro severo en la coordinación de las manos o aparición de desequilibrio agudo, se debe tratar como una emergencia. Aunque los síntomas mejoren temporalmente, es necesario un seguimiento continuo, ya que lesiones ocultas pueden seguir dañando el sistema nervioso.

 

Preguntas frecuentes

¿Los síntomas de la esclerosis múltiple cambian de forma regular con el tiempo?

Sí, los síntomas de la esclerosis múltiple pueden ser fluctuantes, con períodos de remisión (mejora de los síntomas) y recaídas (empeoramiento). Esta variabilidad está relacionada con la localización de las lesiones nerviosas y la actividad del sistema inmunológico, por lo que uno de los objetivos del tratamiento es retrasar este proceso de recaídas y remisiones.

¿Existen tratamientos actuales que puedan reparar directamente la mielina nerviosa dañada?

Actualmente, no existen medicamentos que puedan reparar directamente la mielina nerviosa dañada, pero algunos tratamientos pueden ralentizar la progresión de la enfermedad, como los inmunomoduladores que suprimen la respuesta inmunitaria contra los nervios. La investigación más reciente explora el potencial de terapias con células madre o medicina regenerativa, aunque aún no son de uso rutinario.

¿Qué comportamientos cotidianos pueden desencadenar la empeoramiento de los síntomas?

El estrés, las infecciones (como resfriados o fiebre) y las bajas temperaturas pueden desencadenar un empeoramiento de los síntomas. Se recomienda que los pacientes practiquen técnicas de relajación, hagan ejercicio regularmente y mantengan una vida social adecuada, además de protegerse del frío para evitar la exacerbación de los síntomas.

¿Realizar ejercicio de alta intensidad puede agravar la enfermedad en pacientes con esclerosis múltiple?

El ejercicio moderado es beneficioso, pero debe evitarse el agotamiento excesivo. Se sugieren actividades de bajo impacto como natación o yoga para mantener la fuerza muscular y el equilibrio. El ejercicio excesivamente intenso puede aumentar la fatiga, por lo que se recomienda diseñar un plan de ejercicio en conjunto con el médico, adaptado a la condición individual.

¿Es necesario seguir realizando controles regulares durante la fase de estabilidad de la enfermedad?

Incluso en remisión, los pacientes deben someterse a evaluaciones neurológicas y estudios de imagen cada 6 a 12 meses para monitorear posibles cambios en las lesiones. La detección temprana de nuevas lesiones permite ajustar la medicación oportunamente y reducir el riesgo de discapacidades futuras, por lo que el seguimiento regular es fundamental.

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