La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por una secreción anormal o una acción deficiente de la insulina, lo que conduce a niveles elevados de glucosa en sangre a largo plazo. Sus síntomas pueden variar significativamente dependiendo del grado de control glucémico, siendo leves o pasados por alto en las etapas iniciales, pero con la progresión de la enfermedad, las complicaciones relacionadas se vuelven evidentes. Comprender los patrones de cambio en los síntomas clave ayuda a un diagnóstico y tratamiento tempranos.
Los síntomas de la diabetes se dividen en dos categorías principales: típicos y atípicos. Los síntomas típicos, como poliuria, polidipsia y pérdida de peso inexplicada, están directamente relacionados con niveles elevados de glucosa en sangre. Los síntomas atípicos, como fatiga o visión borrosa, pueden confundirse con otros problemas de salud. La frecuencia y gravedad de estos síntomas dependen de la velocidad con la que aumenta la glucosa y de las diferencias individuales.
Las etapas iniciales de la diabetes pueden manifestarse solo con cambios fisiológicos leves, a menudo confundidos con fatiga general o mala alimentación. Los signos tempranos típicos incluyen sed frecuente, donde el paciente puede beber repetidamente en poco tiempo y seguir sintiendo sequedad, conocido como «polidipsia». Otro signo común es el aumento en la frecuencia de micción nocturna, especialmente cuando la glucosa no está controlada, ya que los riñones deben eliminar el exceso de azúcar, causando poliuria.
En esta etapa, puede acompañarse de pérdida de peso inexplicada, incluso con apetito normal o aumentado, ya que el cuerpo descompone grasa para obtener energía debido a la incapacidad de las células para utilizar eficazmente la glucosa. Algunos pacientes sienten fatiga constante, incluso después de descansar adecuadamente. Es importante notar que los pacientes con diabetes tipo 1 pueden presentar estos síntomas rápidamente en semanas, mientras que en la diabetes tipo 2, el desarrollo puede ser lento y sin síntomas evidentes durante años.
Algunos pacientes pueden experimentar sequedad o picazón en la piel, especialmente en la zona genital o alrededor del área genital, relacionada con infecciones bacterianas o fúngicas debido a la hiperglucemia. Las mujeres pueden tener infecciones vaginales recurrentes, y los hombres pueden presentar picazón en el pene o balanitis. Estos síntomas a menudo se confunden con problemas cutáneos simples, retrasando la detección de la glucosa en sangre.
Cuando los niveles de glucosa en sangre superan continuamente los 10 mmol/L, los síntomas centrales de la diabetes se vuelven evidentes. La poliuria es el síntoma más frecuente, con pacientes adultos que pueden orinar más de 8 veces al día, y la nocturia que afecta la calidad del sueño. La polidipsia es una respuesta natural a la deshidratación, y los pacientes pueden consumir más de 3 litros de agua al día sin aliviar la sed.
Los cambios de peso muestran fenómenos contradictorios: los pacientes con diabetes tipo 1 suelen perder entre un 5 y un 10% de su peso en poco tiempo, mientras que en la tipo 2, puede haber aumento de peso debido a la resistencia a la insulina. Esta contradicción está relacionada con las diferencias en la función de secreción de insulina. Además, aproximadamente el 50% de los pacientes con diabetes tipo 2 no presentan síntomas claros en el momento del diagnóstico, destacando la importancia de los controles regulares de glucosa en sangre.
La hiperglucemia crónica puede afectar todo el organismo, causando:
Algunos pacientes pueden presentar signos de cetoacidosis, como respiración profunda y rápida, y olor afrutado en el aliento, síntomas de complicaciones agudas en la diabetes tipo 1 que requieren atención médica inmediata.
La diabetes no tratada pasa por tres fases de deterioro progresivo de los síntomas. La primera fase presenta síntomas leves, como sed ocasional o poliuria. La segunda fase incluye síntomas persistentes, como pérdida de peso significativa y problemas visuales. La tercera fase puede complicarse con arteriosclerosis o daño renal, manifestándose en dolor torácico, edema en las extremidades y otros signos nuevos.
Los cambios en las microvascularidades son los más evidentes: en la retinopatía, la visión puede fluctuar inicialmente y luego deteriorarse hasta producir desprendimiento de retina y ceguera permanente. La neuropatía puede comenzar con hormigueo en las extremidades y progresar a pérdida completa de la sensibilidad, aumentando el riesgo de úlceras en los pies. La nefropatía puede evolucionar desde microalbuminuria hasta hematuria microscópica.
Durante picos de glucosa en sangre, los síntomas pueden cambiar rápidamente. La cetoacidosis diabética (CAD) puede pasar de náuseas leves a confusión en horas, con olor a fruta en el aliento. La síndrome de hiperosmolaridad hipertónica (HHS) puede causar deshidratación severa, con síntomas como boca seca y pérdida de elasticidad de la piel.
Las complicaciones crónicas suelen tener síntomas más sutiles, pero su impacto es mayor. Los síntomas cardiovasculares pueden progresar de claudicación intermitente a angina. La nefropatía puede comenzar con aumento nocturno de la diuresis y avanzar a insuficiencia renal terminal que requiere diálisis. La evolución de estos síntomas varía entre personas y requiere monitoreo regular de glucosa y exámenes periódicos.
Debe acudir inmediatamente al médico si presenta alguno de los siguientes síntomas: respiración rápida con olor a fruta, confusión o pérdida de conciencia, caída brusca de la presión arterial con vómitos severos. Estos pueden ser signos de cetoacidosis diabética en urgencias, que requiere insulina en menos de 2 horas.
Otros síntomas que no son urgentes pero requieren evaluación oportuna incluyen: pérdida de peso inexplicada superior al 5% en dos semanas, visión borrosa que dura más de tres días, heridas en los pies que no cicatrizan en más de dos semanas. Se recomienda realizar una prueba de glucosa en ayunas o hemoglobina glucosilada en las primeras 48 horas tras la aparición de los síntomas.
En niños, los síntomas pueden ser difíciles de describir, por lo que los padres deben vigilar aumentos en la frecuencia de enuresis o disminución del rendimiento escolar. En ancianos, los síntomas pueden ser inespecíficos, como fiebre inexplicada o alteración del estado mental, que pueden confundirse con accidentes cerebrovasculares, por lo que es importante realizar controles de glucosa.
Las mujeres embarazadas con diabetes gestacional pueden experimentar infecciones vaginales recurrentes en el tercer trimestre o hipoglucemia neonatal tras el parto. Aunque estos síntomas no afectan directamente a la madre, tienen un impacto profundo en la salud materno-infantil, por lo que se realiza una prueba de tolerancia a la glucosa oral a las 24 semanas de gestación para seguimiento.
Si la sed es frecuente y acompañada de un aumento notable en la cantidad de orina, y beber agua no alivia la sensación de sequedad, puede estar relacionado con niveles elevados de glucosa que hacen que los riñones eliminen excesivamente azúcar. Se recomienda monitorear continuamente la glucosa en sangre, registrar la frecuencia urinaria y la cantidad de agua consumida, y realizar una prueba de tolerancia a la glucosa oral si es necesario para confirmar.
¿Es suficiente evitar completamente el azúcar en la dieta para controlar la diabetes?Evitar solo los azúcares refinados no es suficiente; es necesario controlar la ingesta total de carbohidratos y prestar atención al índice glucémico (IG) de los alimentos. Se recomienda dividir las comidas para distribuir mejor la absorción de calorías, incluir alimentos ricos en fibra para retrasar la elevación de la glucosa, y consultar a un nutricionista para un plan alimenticio personalizado.
¿Qué precauciones deben tomar los pacientes diabéticos durante el ejercicio?El ejercicio aumenta el consumo de glucosa por los músculos, lo que puede provocar hipoglucemia, especialmente en quienes usan insulina o medicamentos para la diabetes. Se recomienda medir la glucosa antes y después del ejercicio, evitar hacer ejercicio en ayunas y llevar alimentos con azúcar para emergencias. El ejercicio aeróbico moderado, como caminar rápido, puede mejorar la sensibilidad a la insulina, pero la intensidad debe ajustarse a la condición de salud individual.
¿Los síntomas iniciales de las complicaciones de la diabetes pueden desaparecer por sí solos?Por ejemplo, la neuropatía que causa hormigueo o la visión borrosa por retinopatía generalmente no desaparecen y pueden empeorar con el tiempo. El tratamiento temprano con medicamentos o láser puede retrasar el daño, pero es fundamental mantener un control estricto de glucosa, presión arterial y lípidos, y realizar revisiones periódicas en oftalmólogos y podólogos.
¿Son seguros los alimentos con edulcorantes para los diabéticos?Los edulcorantes (como aspartame o stevia) no elevan directamente la glucosa en sangre, pero su consumo excesivo puede afectar la microbiota intestinal o aumentar el apetito, influyendo indirectamente en el control glucémico. Se recomienda usar edulcorantes naturales, como la estevia, en cantidades controladas y no depender exclusivamente de productos con edulcorantes, manteniendo una dieta equilibrada.