La celulitis es una inflamación profunda de la piel causada por una infección bacteriana, que generalmente afecta la dermis y el tejido subcutáneo. Esta infección es común en las extremidades inferiores, pero puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, especialmente en presencia de heridas, cicatrices quirúrgicas o daño en la barrera cutánea. El diagnóstico y tratamiento tempranos son cruciales, ya que una gestión inadecuada puede conducir a complicaciones graves.
La manifestación de los síntomas varía según la ubicación de la infección, la gravedad y el estado inmunológico del paciente. Los síntomas iniciales pueden parecerse a una inflamación cutánea común, pero a medida que progresa la enfermedad, aparecen características más específicas. Si los síntomas empeoran rápidamente o se acompañan de síntomas sistémicos, como fiebre o escalofríos, se debe acudir de inmediato al médico. Comprender los cambios en los síntomas de la celulitis ayuda a identificarla tempranamente y a tomar las medidas terapéuticas adecuadas.
Los síntomas tempranos de la celulitis suelen aparecer entre unas horas y varios días después de la infección, concentrándose en la zona afectada. Los signos más comunes incluyen enrojecimiento, calor y sensibilidad al tacto en la piel afectada. La piel puede presentar un eritema uniforme, que puede expandirse rápidamente en un corto período.
Al palpar, el paciente puede sentir una hinchazón evidente, y la piel puede presentar una textura «de piel de naranja» o «de caucho» endurecida. Algunos pacientes pueden experimentar solo una ligera sensación de ardor o picazón en las etapas iniciales, pero estos síntomas pueden agravarse rápidamente. Es importante notar que aproximadamente el 30% de los pacientes tienen antecedentes de daño cutáneo previo, como cortes, quemaduras o heridas quirúrgicas.
Cuando la infección se extiende a los tejidos profundos, los síntomas se agravan progresivamente. Los signos típicos incluyen la tríada de enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor, donde el eritema puede ser brillante o de color rojo púrpura, con bordes difusos. La superficie de la piel puede presentar pequeñas ampollas o exudado seroso, y en casos severos, puede formarse absceso.
Aproximadamente el 60% de los pacientes presentan la «signo de apretón de puño» (el enrojecimiento se expande al cerrar el puño), lo cual ayuda a diferenciarla de otras enfermedades cutáneas similares. La intensidad del dolor puede estar relacionada con la profundidad de la infección; las infecciones profundas pueden limitar el movimiento articular, por ejemplo, una infección en la pierna puede afectar la flexión de la rodilla.
Si no se trata, la infección puede agravarse rápidamente en 72 horas. La extensión del eritema puede aumentar en 2-3 cm por día, y la temperatura de la piel puede superar los 40°C. El dolor puede volverse intenso, afectando las actividades diarias. Aproximadamente el 15% de los pacientes desarrollan infecciones sistémicas, en cuyo caso los síntomas trascienden la zona local.
La aparición de síntomas sistémicos indica que la infección ha alcanzado una etapa grave. Los signos típicos incluyen fiebre alta (más de 39°C), palpitaciones, mareos y escalofríos. En pacientes inmunodeprimidos, pueden presentarse síntomas neurológicos como confusión, que pueden estar relacionados con sepsis. Entre el 5 y el 10% de los casos, puede ocurrir necrosis tisular, con piel que presenta manchas oscuras o negras.
Fase inicial: bordes difusos del eritema, temperatura de la piel ligeramente elevada
Fase media: expansión del eritema a más de 10 cm, sensación de calor en la palpación
Fase final: posible necrosis de la piel, formación de úlceras o costras necróticas
Elevación anormal de los leucocitos (generalmente más de 15,000/μL)
Frecuencia cardíaca superior a 100 latidos por minuto acompañada de respiración acelerada
Se debe acudir de inmediato al médico si presenta alguno de los siguientes síntomas:
1. La extensión del eritema aumenta en más de 2 cm en 8 horas
2. Fiebre alta (más de 38.5°C) y escalofríos
3. Confusión o alteración de la orientación
4. Ulceración de la piel o secreción purulenta
Grupos especiales como diabéticos, inmunodeprimidos o pacientes recientes quirúrgicos deben buscar atención médica incluso con síntomas leves. Si los síntomas no mejoran en 48 horas tras el uso de antibióticos o empeoran, se debe reevaluar para ajustar el tratamiento.
Buscar atención temprana ayuda a reducir el riesgo de complicaciones, incluyendo sepsis o infecciones profundas. El médico puede realizar un examen físico y solicitar análisis de sangre o estudios de imagen para evaluar la extensión y gravedad de la infección.
La celulitis bacteriana suele expandirse rápidamente, acompañada de calor, dolor y fiebre en la zona afectada. Si se confunde con eccema o alergia cutánea, observe si los síntomas empeoran en 24-48 horas o si hay malestar general, y consulte al médico para descartar infecciones.
¿Es seguro dejar de tomar antibióticos una vez que los síntomas mejoran?Incluso si los síntomas desaparecen, es importante completar todo el ciclo de antibióticos para evitar resistencia bacteriana o recurrencias. Si no hay mejoría en 3 días o aparecen fiebre alta o escalofríos, consulte al médico para ajustar el tratamiento.
¿Qué hábitos diarios aumentan el riesgo de celulitis?Las heridas crónicas como úlceras o heridas en pies diabéticos aumentan el riesgo de infección. Mantener la piel limpia, evitar rascarse y cuidar las heridas menores con apósitos estériles ayuda a reducir el riesgo de infección.
¿La celulitis bacteriana es contagiosa?Generalmente, el contacto directo (como tocar la piel del paciente) no transmite la infección, pero si se entra en contacto con objetos contaminados o secreciones de heridas, y luego se toca la piel dañada, puede aumentar el riesgo de infección. Es importante no compartir objetos personales con el paciente.
¿Qué hacer si aparecen ampollas o exudado en la piel durante el tratamiento?Si hay formación de ampollas o secreción de líquido amarillento, puede ser signo de agravamiento de la infección. Evite pinchar las ampollas, cúbralas con un apósito limpio y consulte al médico para evaluar si es necesario ajustar el tratamiento o intensificar el cuidado.