El plan de tratamiento de la artritis tiene como objetivo aliviar la inflamación, reducir el dolor y retrasar la progresión del daño articular. La estrategia terapéutica combina medicamentos, fisioterapia y ajustes en el estilo de vida, desarrollando planes personalizados para diferentes tipos como la artritis reumatoide y la osteoartritis. El objetivo no solo es controlar los síntomas, sino también mantener la función articular a largo plazo y prevenir complicaciones.
Los principios de tratamiento incluyen el uso de fármacos antiinflamatorios, la regulación inmunitaria y la evaluación quirúrgica. Los médicos seleccionan terapias individuales o combinadas según la causa de la enfermedad, la etapa del proceso y la salud general del paciente. El seguimiento regular y los ajustes en el tratamiento son clave para garantizar la eficacia.
El tratamiento farmacológico se divide en antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), medicamentos modificadores de la enfermedad (DMARDs) y biológicos. Los AINEs reducen el dolor e hinchazón mediante la inhibición de la síntesis de prostaglandinas; los DMARDs, como el metotrexato, suprimen la activación inmunitaria anormal y retrasan la destrucción articular.
Los biológicos bloquean factores inflamatorios específicos (como TNF-α, IL-6) y requieren inyección subcutánea o intravenosa. La fisioterapia incluye terapia térmica, hidroterapia y entrenamiento en movilidad articular, mejorando la fuerza muscular y la flexibilidad para facilitar las actividades diarias.
Principalmente indicados para la artritis reumatoide, espondiloartritis axial y manejo del dolor en osteoartritis. Los DMARDs y biológicos son específicos para artritis activa, mientras que los AINEs se usan para el control del dolor en episodios agudos.
La cirugía es adecuada para pacientes con destrucción severa de las articulaciones, como reemplazo articular. Algunos biológicos requieren marcadores biológicos específicos (como positividad para anti-CCP) y deben ser prescritos tras evaluación médica.
Los AINEs orales generalmente se toman 1-2 veces al día, pero su uso prolongado requiere monitoreo de la función gastrointestinal y renal. Los DMARDs, como el metotrexato, se administran una vez a la semana y deben acompañarse de ácido folico para reducir efectos secundarios. Los biológicos suelen ser inyectados subcutáneamente, ajustando la dosis según peso o gravedad de la enfermedad.
Precaución importante: Los biológicos deben almacenarse en refrigeración, alternar los sitios de inyección para reducir irritación cutánea. Todas las dosis deben ajustarse según la función hepática y renal, y los pacientes no deben modificar la dosis por sí mismos.
El tratamiento temprano puede reducir el riesgo de deformidades articulares, y la terapia combinada con biológicos permite que el 80% de los pacientes alcancen la remisión clínica. La mayoría experimenta mejoría en 6-12 semanas.
Los AINEs pueden causar úlceras gástricas, hipertensión y alteraciones en la función renal. Los DMARDs pueden elevar enzimas hepáticas y reducir glóbulos blancos, requiriendo análisis de sangre periódicos. Los biológicos pueden aumentar el riesgo de infecciones, especialmente la reactivación de tuberculosis.
Advertencias sobre efectos secundarios graves: Los biológicos pueden agravar enfermedades autoinmunes; si aparecen fiebre o infecciones inexplicadas, se debe suspender inmediatamente. El uso prolongado de corticosteroides puede causar osteoporosis y alteraciones en la glucosa sanguínea.
Contraindicaciones incluyen insuficiencia hepática o renal severa, infecciones no controladas o insuficiencia cardíaca. Mujeres embarazadas o en lactancia deben evaluar cuidadosamente el uso de biológicos, ya que algunos pueden atravesar la placenta o la leche materna y afectar al bebé.
Los pacientes en tratamiento con biológicos deben descartar infecciones latentes de tuberculosis mediante pruebas cutáneas y radiografía de tórax. La cirugía está contraindicada en pacientes con diabetes no controlada o trastornos de la coagulación.
La combinación de biológicos y AINEs puede incrementar el riesgo de infecciones, por lo que se recomienda ajustar las dosis tras evaluación médica.
Los ensayos clínicos muestran que el tratamiento inicial con DMARDs logra que el 60% de los pacientes con artritis reumatoide alcancen criterios de remisión. La terapia combinada con biológicos reduce la destrucción articular en más del 40% a los 3 años. La fisioterapia aumenta la capacidad de realizar actividades en el 80% de los pacientes.
La cirugía tiene una tasa de éxito del 95% en pacientes con destrucción severa, aunque requiere un período de recuperación de 6-12 meses. La efectividad del tratamiento depende del cumplimiento del paciente, siendo más efectivo en quienes siguen las indicaciones médicas regularmente.
Las terapias no farmacológicas incluyen terapia térmica, ultrasonido y soporte con ortesis articulares. La medicina tradicional china, como acupuntura y hierbas (como雷公藤), puede usarse como complemento, pero siempre informando al médico sobre su uso.
El control del peso y ejercicios de bajo impacto (como natación) ayudan a reducir la carga en las articulaciones degenerativas. La medicina regenerativa, como inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico, puede mejorar temporalmente la lubricación articular, pero requiere repetirse cada 6 meses.
Se recomienda consultar a un médico antes de combinar tratamientos, evaluando los componentes de los medicamentos. Por ejemplo, las hierbas que promueven la circulación pueden interactuar con anticoagulantes, requiriendo ajuste de dosis o tiempos de administración. Monitorear regularmente la función hepática y renal, y registrar cambios en los síntomas, ayuda a garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento.
¿Qué restricciones dietéticas deben seguirse durante el uso de antiinflamatorios?Se recomienda reducir el consumo de alimentos altos en azúcar, grasas y procesados para evitar agravar la inflamación. Limitar la ingesta de sal a menos de 6 gramos diarios puede ayudar a reducir la hinchazón. Además, aumentar el consumo de pescados grasos, verduras de hoja verde y nueces puede potenciar el efecto antiinflamatorio.
¿Cómo cuidar la articulación después de una inyección?Evitar calor local y ejercicio intenso durante las primeras 24 horas, y aplicar hielo durante 15-20 minutos para reducir la hinchazón. Durante las siguientes dos semanas, realizar movimientos suaves y actividades acuáticas, evitando levantar objetos pesados o mantener posturas prolongadas para proteger la zona inyectada.
¿Qué hacer si los síntomas empeoran repentinamente durante el tratamiento?Si se presentan pérdida de peso inexplicada, fiebre persistente o dolor articular mucho mayor que antes, acudir inmediatamente al médico. La decisión de ajustar el tratamiento debe basarse en marcadores inflamatorios en sangre (como CRP, ESR) y cambios en imágenes, no solo en síntomas subjetivos.
¿Cómo equilibrar el uso de analgésicos y la protección de la función renal y hepática en tratamientos prolongados?Realizar análisis de función hepática y renal cada 3-6 meses, siguiendo el principio de la dosis mínima efectiva. Complementar con fisioterapia, calor y ejercicios de bajo impacto (como Tai Chi) para aliviar el dolor, y aumentar el consumo de frutas y verduras antioxidantes para apoyar el metabolismo de los órganos. En caso de alteraciones en los análisis, el médico puede ajustar el tipo de medicación o recomendar suspender temporalmente.