La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a las articulaciones, pero puede involucrar todo el cuerpo. Sus síntomas generalmente aparecen de manera progresiva, y las señales tempranas pueden confundirse con otros problemas articulares, lo que lleva a retrasos en el diagnóstico. Reconocer tempranamente las características de los síntomas es crucial para la efectividad del tratamiento.
Esta enfermedad se caracteriza por afectar de manera simétrica las articulaciones, es decir, inflamación simultánea en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo. La gravedad de los síntomas varía entre las personas, y algunos pacientes pueden experimentar brotes agudos (fases de exacerbación) y períodos de remisión. La inflamación prolongada puede causar daño estructural en las articulaciones y discapacidad, por lo que entender los patrones de cambio en los síntomas ayuda a realizar intervenciones tempranas.
Los síntomas iniciales pueden confundirse con artritis común o fatiga muscular, pero presentan características únicas, como:
Aproximadamente el 20-30% de los pacientes experimentan pérdida de peso inexplicada o alteraciones en el apetito antes de que aparezcan los síntomas articulares. Estas señales sistémicas a menudo se pasan por alto, pero deben considerarse cuando se presentan junto con síntomas articulares simétricos.
Los síntomas típicos siguen el «principio de las tres S»: bilateralidad simétrica, preferencia por las articulaciones proximales y afectación de pequeñas articulaciones. Las articulaciones más comúnmente afectadas son:
El proceso inflamatorio provoca hinchazón en los tejidos circundantes de las articulaciones (como la membrana sinovial y los ligamentos), que se puede palpar como calor y sensibilidad. La inflamación prolongada puede llevar a deformidades, como desviación en varo o en cuello de cisne en los dedos.
Más del 60% de los pacientes experimentan síntomas sistémicos, incluyendo:
Estos síntomas empeoran junto con los síntomas articulares, indicando que la enfermedad está activa. Los síntomas sistémicos pueden aliviarse tras el control de la enfermedad, pero el daño articular puede ser irreversible.
Durante los períodos de actividad, los pacientes pueden experimentar fluctuaciones en los síntomas:
La progresión puede causar cambios como:
Aproximadamente el 25% de los pacientes desarrollan nódulos reumatoides, generalmente en los codos o debajo de la piel del talón, reflejando la gravedad de la enfermedad. Los síntomas extraarticulares pueden aparecer entre 5 y 10 años después del inicio.
Se debe buscar atención médica de inmediato en los siguientes casos:
La diferencia clave con la osteoartritis radica en:
La presencia de síntomas sistémicos (como tos seca con dificultad respiratoria) puede indicar afectación pulmonar, por lo que se requiere una evaluación integral. Un diagnóstico precoz puede reducir en un 30-50% el riesgo de daño articular, por lo que el monitoreo de los síntomas debe combinarse con exámenes clínicos y análisis de sangre.
Los cambios en temperatura y humedad pueden afectar la dilatación de las articulaciones, y algunos pacientes reportan mayor dolor o rigidez en ambientes húmedos y fríos. Estudios indican que la baja presión atmosférica o el clima frío pueden aumentar la viscosidad del líquido sinovial, por lo que se recomienda a los pacientes mantenerse abrigados, usar compresas calientes o ajustar la temperatura del ambiente para aliviar las molestias.
¿La dieta puede ayudar a aliviar la inflamación?Una alimentación rica en componentes antiinflamatorios (como pescados de aguas profundas, nueces y aceite de oliva) puede ayudar a reducir los síntomas. Se recomienda aumentar la ingesta de ácidos grasos Omega-3 y reducir el consumo de azúcares refinados y alimentos procesados para disminuir los índices inflamatorios sistémicos. Además, mantener niveles adecuados de vitamina D mediante la exposición solar puede mejorar la salud ósea.
¿Es necesario tomar medicamentos a largo plazo?Actualmente no existe una cura para esta enfermedad, pero el control de la inflamación con medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs) o biológicos puede retardar el daño articular. Los médicos ajustan el tratamiento según la evolución, y algunos pacientes pueden reducir la dosis tras la remisión, pero deben realizar controles periódicos para evitar recaídas.
¿El reposo excesivo empeora la rigidez?El reposo prolongado puede causar mayor rigidez y atrofia muscular. Se recomienda realizar movimientos suaves en las articulaciones durante las fases agudas y, tras aliviar el dolor, comenzar ejercicios de fortalecimiento, como actividades acuáticas o fisioterapia, para mantener la movilidad y función articular.
¿Qué es la «rigidez matutina» y cómo se puede mejorar?La rigidez matutina se refiere a la sensación de rigidez en las articulaciones que dura más de 30 minutos al levantarse, causada principalmente por el aumento de la viscosidad del líquido sinovial. Para aliviarla, se recomienda realizar movimientos suaves al levantarse, usar compresas calientes o tomar medicamentos antiinflamatorios según indicación médica. La actividad física regular también puede prolongar el alivio de la rigidez.