El herpes zóster es una enfermedad infecciosa causada por el Virus de la Varicela-Zóster (VZV). La primera infección provoca varicela, y tras la recuperación, el virus permanece latente en los ganglios nerviosos. Cuando la inmunidad disminuye o aparecen ciertos desencadenantes, el virus puede reactivarse y propagarse a lo largo de las rutas nerviosas, causando los síntomas típicos del herpes zóster. Esta enfermedad es más común en personas de mediana edad y mayores, pero puede afectar a cualquier grupo de edad.
El herpes zóster se caracteriza por la aparición de vesículas agrupadas en un solo lado de la piel, acompañadas a menudo de dolor intenso. Aunque las lesiones cutáneas suelen curarse, algunos pacientes pueden experimentar complicaciones a largo plazo, como la neuralgia postherpética (NPH). Estudios recientes muestran que un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden reducir significativamente el riesgo de complicaciones, por lo que la conciencia pública sobre esta enfermedad es crucial.
La causa directa del herpes zóster es la reactivación del Virus de la Varicela-Zóster. Tras la infección inicial de varicela, el virus permanece latente en las células de los ganglios de la médula espinal o del cerebro. Cuando la función inmunológica se debilita por envejecimiento, enfermedades crónicas, estrés o tratamientos específicos (como quimioterapia), el virus puede reactivarse, desplazándose por los axones nerviosos hacia la piel, provocando una respuesta inflamatoria.
Los principales factores de riesgo incluyen:
Los síntomas del herpes zóster aparecen generalmente en fases. La etapa inicial puede incluir síntomas inespecíficos como fiebre baja, mareo y fatiga general, que pueden durar varios días. Luego, en áreas específicas de distribución nerviosa, puede aparecer una sensación de punzazón, ardor o cuerpo extraño, en esta fase aún puede no haber cambios en la piel.
Los síntomas cutáneos típicos incluyen enrojecimiento en un solo lado de la piel, seguido de la formación de vesículas agrupadas, que generalmente se distribuyen en bandas en las áreas irrigadas por los nervios intercostales, trigémino o lumbosacros. Las vesículas pueden persistir de 7 a 10 días, formando costras, pero el dolor puede continuar durante semanas o años, formando la neuralgia postherpética. Otros síntomas pueden incluir inflamación de los ganglios linfáticos locales, fiebre y, en casos severos, infecciones bacterianas secundarias.
El diagnóstico del herpes zóster se basa principalmente en la presentación clínica y el examen de la piel. El médico evaluará la forma típica de las lesiones, la distribución nerviosa y la historia clínica. En casos atípicos o cuando sea necesario diferenciarlo de otras enfermedades cutáneas, se pueden realizar las siguientes pruebas:
El diagnóstico diferencial debe hacerse con herpes zóster, celulitis, otras enfermedades neurológicas y dolor neuropático. En pacientes inmunodeprimidos o con síntomas severos, se recomienda realizar exámenes sistémicos para evaluar el estado inmunológico subyacente. Un diagnóstico precoz y correcto es clave para el pronóstico.
El objetivo del tratamiento es suprimir la replicación viral, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Los medicamentos antivirales como aciclovir, valaciclovir son de primera línea, y deben iniciarse dentro de las 72 horas posteriores a la aparición de la erupción para obtener mejores resultados. La analgesia, con antiinflamatorios no esteroideos, antidepresivos tricíclicos o anticonvulsivos, puede ser efectiva para controlar el dolor nervioso.
El tratamiento local incluye limpiar las lesiones, aplicar compresas frías para reducir la inflamación de las vesículas y usar ungüentos anestésicos tópicos para aliviar el dolor. En casos graves, puede ser necesario el uso de corticosteroides para reducir la inflamación, aunque con precaución para evitar inmunosupresión. Estudios recientes sugieren que las inyecciones de interferón o la terapia de bloqueo nervioso pueden ser útiles en casos de neuralgia postherpética resistente.
La vacunación es la medida clave para prevenir el herpes zóster y sus complicaciones. Actualmente, existen dos vacunas:
Las medidas preventivas diarias incluyen mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente para fortalecer el sistema inmunológico y evitar el contacto con personas con varicela para prevenir la reactivación del virus. Las personas con enfermedades crónicas deben monitorear su condición regularmente y evitar suspender abruptamente inmunosupresores. Aunque la vacunación ofrece protección, se recomienda mantener un estilo de vida saludable, ya que la protección de la vacuna dura aproximadamente 10 años.
Debe acudir al médico de inmediato si presenta alguno de los siguientes síntomas:
Si los síntomas afectan la cara, el nervio trigémino, el oído o el ojo, se debe acudir urgentemente para prevenir complicaciones graves. Incluso en casos leves, si se sospecha de herpes zóster, también se recomienda consultar temprano para aprovechar la ventana de 72 horas para el tratamiento antiviral.
Las lesiones del herpes zóster suelen formar costras y desaparecer en 2 a 4 semanas, aunque esto varía según la persona. Si las lesiones son extensas o el tratamiento es inadecuado, puede prolongarse la cicatrización. La mayoría de los pacientes no dejan cicatrices visibles tras la recuperación, pero si se rascan o se infectan secundariamente, pueden quedar pigmentaciones leves o cicatrices. Se recomienda evitar rascar y seguir las indicaciones médicas.
¿Es posible que el herpes zóster vuelva a ocurrir después de la recuperación? ¿Cómo reducir el riesgo de recurrencia?El herpes zóster generalmente no se repite en la misma zona, aunque en casos raros puede ocurrir en diferentes áreas. Para reducir el riesgo, se recomienda vacunarse periódicamente (como con la vacuna contra el herpes zóster), mantener un estilo de vida saludable, con dieta equilibrada y ejercicio regular. Las personas mayores o inmunodeprimidas deben consultar a su médico para la vacunación preventiva.
¿Qué tratamientos existen para la neuralgia postherpética que no desaparece?La neuralgia postherpética puede durar meses o años. Los tratamientos incluyen medicamentos anticonvulsivos (como gabapentina), antidepresivos (como duloxetina) o parches anestésicos tópicos. En casos severos, se pueden considerar bloqueos nerviosos o estimulación eléctrica transcutánea. Consultar temprano con un especialista puede aliviar significativamente los síntomas.
¿El estrés excesivo puede desencadenar o empeorar el herpes zóster?El estrés prolongado puede debilitar el sistema inmunológico, facilitando la reactivación del virus y la aparición de la enfermedad. También puede intensificar la inflamación y el dolor. Se recomienda técnicas de relajación, ejercicio y terapia para manejar el estrés, especialmente en períodos de alta tensión.
¿Cuánto dura la protección de la vacuna contra el herpes zóster? ¿Qué precauciones debo tomar después de la vacunación?La protección de vacunas como Zostavax® o Shingrix® varía, generalmente dura más de 5 años, aunque en inmunodeprimidos puede ser menor. Después de la vacunación, se recomienda mantener buenas prácticas de higiene, evitar contacto con personas inmunodeprimidas y realizar controles periódicos del estado inmunológico. Consultar con el médico para posibles dosis de refuerzo si es necesario.