Resumen de la enfermedad arterial periférica

La enfermedad arterial periférica es una condición del sistema vascular, caracterizada principalmente por la obstrucción de las arterias de las extremidades debido a depósitos de grasa, lo que conduce a una insuficiencia en el suministro sanguíneo. Esta enfermedad afecta mayormente las extremidades inferiores, pudiendo causar dolor al caminar o necrosis de tejidos, e incluso en casos graves, la necesidad de amputación. El diagnóstico y tratamiento tempranos son cruciales para mejorar la calidad de vida.

Según estudios epidemiológicos, la prevalencia en personas mayores de 60 años puede alcanzar el 20%, aunque los síntomas en etapas tempranas suelen ser ignorados y a menudo se confunden con problemas degenerativos relacionados con la edad. La medicina moderna ha desarrollado diversas técnicas diagnósticas y opciones de tratamiento; si los pacientes siguen las recomendaciones médicas, pueden retardar efectivamente la progresión de la enfermedad.

Causas y factores de riesgo

La causa principal es la arteriosclerosis, donde la íntima vascular se estrecha progresivamente por depósitos de colesterol. Diversos factores agravan esta patología:

  • Fumar: la nicotina estimula la contracción de los vasos sanguíneos y promueve la agregación plaquetaria
  • Anomalías metabólicas: la hiperglucemia y la hipercolesterolemia aceleran la formación de placas
  • Inflamación crónica: respuestas inflamatorias prolongadas dañan la estructura endotelial vascular

Los principales factores de riesgo incluyen:

  • Edad superior a 60 años
  • Historial de diabetes por más de 10 años
  • Colesterol HDL por debajo de 1.0 mmol/L
  • Antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares
Estos factores aumentan el riesgo de obstrucción arterial en 3 a 5 veces.

Síntomas

El síntoma típico es la "claudicación intermitente", donde el paciente experimenta calambres en las pantorrillas después de caminar aproximadamente 200 pasos, que se alivian con el descanso. Los síntomas atípicos incluyen:

  • Frío persistente en las extremidades
  • Crecimiento lento de las uñas de los pies
  • Pérdida de cabello en los pies
Estos signos pueden preceder a la aparición de dolor evidente.

En casos severos, puede presentarse "dolor en reposo", donde el paciente siente dolor profundo en la planta del pie incluso en reposo. Aproximadamente el 15% de los pacientes desarrollan necrosis, y las úlceras en los pies pueden extenderse hasta los huesos, formando osteomielitis crónica.

Diagnóstico

El cribado inicial suele utilizar el índice tobillo-brazo (ABI), donde un valor inferior a 0.9 indica anormalidad. Los estudios de imagen incluyen:

  • Ultrasonido Doppler: muestra cambios en la velocidad del flujo sanguíneo en tiempo real
  • Angiografía por tomografía computarizada (CTA): permite reconstrucción tridimensional del árbol arterial
  • Angiografía por resonancia magnética (MRA): evaluación anatómica detallada sin radiación

Cuando se sospechan complicaciones, el médico puede realizar una biopsia de tejido. El proceso diagnóstico generalmente incluye:

  1. Historia clínica completa y evaluación de riesgos
  2. Análisis de sangre básico (glucosa, lípidos, marcadores inflamatorios)
  3. Procedimientos invasivos como la angiografía si es necesario

Opciones de tratamiento

Modificación del estilo de vida

El cese del tabaquismo requiere combinar medicamentos y terapia conductual; la terapia de reemplazo de nicotina junto con asesoramiento conductual puede aumentar las tasas de éxito. Se recomienda entrenamiento diario de caminatas, comenzando con 15 minutos y aumentando gradualmente hasta 45 minutos para promover la formación de circulación colateral.

Tratamiento farmacológico

Los medicamentos antiplaquetarios como la aspirina o clopidogrel reducen el riesgo de trombosis. La terapia lipidica se centra en las estatinas, con un objetivo de LDL por debajo de 1.8 mmol/L. Vasodilatadores como cilostazol pueden mejorar la tolerancia a la caminata.

Tratamiento intervencionista

La angioplastia utiliza balones para expandir las áreas estrechas, y la colocación de stents ayuda a mantener la arteria abierta. En casos de obstrucción severa, puede ser necesaria una cirugía de bypass arterial, utilizando venas autólogas o prótesis para reconstruir el flujo sanguíneo. Terapias emergentes como la terapia de ondas de choque extracorpóreas están en fase de ensayos clínicos.

Prevención

Las estrategias principales incluyen:

  • Dejar de fumar: tras cinco años, el riesgo se reduce en un 50%
  • Control de la glucemia: el objetivo de HbA1c debe ser inferior al 7%
  • Control de la presión arterial: por debajo de 130/80 mmHg
Las revisiones periódicas de los pies permiten detectar tempranamente signos de úlceras.

La prevención secundaria requiere monitoreo continuo de los indicadores de arteriosclerosis, incluyendo proteína C reactiva de alta sensibilidad y lipoproteína(a). Se recomienda realizar el índice tobillo-brazo cada seis meses, y en grupos de alto riesgo, seguimiento trimestral de lípidos y glucosa.

¿Cuándo debe consultar al médico?

Debe acudir inmediatamente al médico si presenta:

  • Úlceras en los pies que no cicatrizan en más de 3 días
  • Parestesia en extremidades en reposo
  • Cambios de color púrpura o negro en la piel de los pies
Estos pueden ser signos de isquemia tisular.

Para síntomas leves como molestias leves al caminar, también se recomienda consultar en las dos semanas siguientes. Una revisión anual con ultrasonido arterial en los pies puede detectar estrechamientos arteriales mayores al 50% en etapas tempranas.

 

Preguntas frecuentes

¿Cómo distinguir el dolor causado por la enfermedad arterial periférica del cansancio muscular habitual?

El dolor por enfermedad arterial periférica generalmente aparece durante la caminata o actividad, se alivia con el descanso, y suele ir acompañado de frío en las extremidades o sensación de debilidad. A diferencia de la fatiga muscular, este dolor puede ir acompañado de disminución del pulso en las arterias del pie o palidez de la piel, y se confirma mediante el índice tobillo-brazo (ABI) o ultrasonido arterial.

¿Los pacientes tienen más síntomas en invierno?

Sí. Las bajas temperaturas inducen la contracción de los vasos sanguíneos, reduciendo el flujo sanguíneo a las extremidades, lo que puede empeorar la claudicación intermitente o la sensación de frío. Se recomienda mantener la calidez en interiores, vestir ropa adecuada y seguir las indicaciones médicas para usar medicamentos vasodilatadores.

¿Es necesario tomar anticoagulantes de por vida después de angioplastia o colocación de stent?

La necesidad de usar antiplaquetarios como la aspirina a largo plazo depende de la gravedad de la enfermedad y el riesgo de complicaciones. La mayoría de los pacientes deben continuar con estos medicamentos para prevenir trombosis, pero el plan específico debe ser evaluado por el médico considerando niveles de lípidos, glucosa y otros factores.

¿Qué cuidados especiales deben tener los pacientes diabéticos con enfermedad arterial periférica?

Los pacientes diabéticos con esta condición deben controlar estrictamente sus niveles de glucosa, presión arterial y colesterol, ya que la hiperglucemia acelera la arteriosclerosis. El cuidado de los pies es especialmente importante, realizando inspecciones diarias para detectar cambios en la piel y evitar úlceras por neuropatía, reduciendo así el riesgo de amputación.

¿Qué significa "dolor en reposo"? ¿Indica que la enfermedad ha avanzado a una etapa grave?

El "dolor en reposo" se refiere a dolor persistente en las extremidades incluso en estado de descanso, generalmente en los dedos de los pies, lo que indica una isquemia tisular severa. Este síntoma puede ir acompañado de úlceras o necrosis, y requiere atención médica inmediata para evaluar la necesidad de cirugía de restauración del flujo sanguíneo.

Peripheral Artery Disease