El objetivo del tratamiento del VIH y SIDA es suprimir la replicación viral, restaurar la función del sistema inmunológico y retrasar la progresión de la enfermedad. La medicina moderna, mediante la combinación de múltiples estrategias, ha mejorado significativamente la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes. El núcleo del tratamiento es la terapia antirretroviral (TAR), especialmente la terapia antirretroviral de alta actividad (HAART), que ha convertido al VIH en una enfermedad crónica controlable.
Los planes de tratamiento deben adaptarse según la edad del paciente, la etapa de la infección, las características del virus y las posibles complicaciones. La monitorización regular de la carga viral y del recuento de células CD4+ T es clave para evaluar la eficacia del tratamiento. La comunidad médica continúa desarrollando nuevos medicamentos y estrategias terapéuticas, enfatizando la importancia de la educación del paciente y el apoyo psicológico para mejorar la adherencia y la salud a largo plazo.
Las estrategias modernas se centran en la «terapia antirretroviral combinada», que combina medicamentos con diferentes mecanismos de acción para evitar la resistencia. Las principales opciones de tratamiento incluyen:
El esquema de tratamiento debe ajustarse según los resultados de las pruebas de genotipo viral y evaluarse periódicamente los efectos secundarios y la respuesta terapéutica. En regiones con recursos limitados, la Organización Mundial de la Salud recomienda simplificar el proceso con medicamentos de dosis fija combinada.
HAART combina más de 3 medicamentos con diferentes mecanismos de acción, logrando reducir eficazmente la carga viral a niveles indetectables. La combinación típica incluye dos NRTIs y un NNRTI, o la adición de un inhibidor de la proteasa para potenciar la eficacia. Los inhibidores de la integrasa (INSTIs), desarrollados en años recientes y con menos efectos secundarios, se están convirtiendo en la opción preferida.
Las principales categorías de medicamentos actuales son:
Medicamentos emergentes como la cabotegravir de acción prolongada, inyectada cada varias semanas, mejoran la conveniencia y adherencia al tratamiento. Sin embargo, todos los medicamentos pueden causar efectos adversos como alteraciones en la función hepática y renal, y trastornos en el metabolismo lipídico, por lo que requieren seguimiento regular.
Los pacientes a menudo enfrentan problemas psicológicos como depresión y ansiedad, por lo que necesitan terapia psicológica y grupos de apoyo. La intervención de trabajadores sociales que ayuden con el acceso a atención médica, empleo y seguros puede reducir el riesgo de interrupciones en el tratamiento.
Medicamentos antituberculosos y antimicóticos se usan para tratar infecciones oportunistas, y la terapia profiláctica puede reducir la mortalidad. Para pacientes con enfermedades cardiovasculares, es necesario ajustar el uso de medicamentos antihipertensivos y reductores de lípidos.
Las tecnologías de edición genética como CRISPR buscan eliminar directamente los reservorios latentes del virus, y las investigaciones sobre vacunas se centran en inducir anticuerpos neutralizantes de amplio espectro. Estas terapias aún están en fase de ensayos clínicos y no se usan de forma generalizada.
Un estilo de vida saludable puede potenciar los efectos del tratamiento:
Evitar el consumo de alcohol y drogas, ya que pueden aumentar la toxicidad de los medicamentos. La revisión dental periódica ayuda a prevenir complicaciones comunes como candidiasis oral.
Las áreas de investigación incluyen:
La inteligencia artificial se aplica para predecir efectos secundarios y respuestas terapéuticas, haciendo que la medicina personalizada sea una tendencia futura. Los anticuerpos monoclonales descubiertos en 2023 muestran buenas respuestas clínicas y podrían ser una opción de segunda línea.
Los pacientes deben acudir a un especialista en los siguientes casos:
Se recomienda realizar evaluaciones completas de la carga viral y la inmunidad cada 3-6 meses, con seguimiento cada 4 semanas en las etapas iniciales del tratamiento. Ante signos de fallo terapéutico, se debe discutir inmediatamente con el médico la posible modificación del esquema.
Sí, incluso si la carga viral ha bajado a niveles indetectables, los pacientes deben realizar análisis de sangre periódicos para monitorear la función inmunológica, hepática y renal, y los efectos secundarios de los medicamentos. El médico ajustará los medicamentos según los recuentos de linfocitos CD4 y la carga viral para prevenir la resistencia y mantener la eficacia del tratamiento.
¿Cómo pueden las personas no infectadas por VIH reducir su riesgo de infección mediante medicación profiláctica?La profilaxis preexposición (PrEP) es efectiva, mediante la toma diaria de medicamentos antirretrovirales específicos, que reduce el riesgo de infección en más del 90%. Este esquema debe ser evaluado y prescrito por un médico, acompañado de pruebas regulares de VIH y seguimiento de salud. No se debe confiar únicamente en los medicamentos sin adoptar comportamientos seguros.
¿Qué principios nutricionales o dietéticos deben seguir las personas infectadas por VIH en su vida diaria?Una dieta equilibrada es fundamental para mantener la función inmunológica, recomendándose consumir alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales, y evitar dietas altas en sal y azúcar para reducir la carga en los órganos. Si la medicación causa efectos secundarios gastrointestinales, se debe consultar a un nutricionista para ajustar la dieta y asegurar una ingesta nutricional adecuada.
¿Las madres infectadas por VIH pueden tener parto natural y amamantar?Si la madre ha recibido ART de forma regular antes del embarazo y mantiene la supresión viral, puede considerarse el parto natural tras evaluación médica. La lactancia materna debe evaluarse según el control viral; en algunas regiones, se recomienda usar fórmula para evitar la transmisión, siguiendo el plan médico individualizado.
¿Es posible infectarse con el virus del VIH a través de convivir o tener contacto con sangre de una persona infectada?Las interacciones cotidianas como comer juntos, contacto con sudor o lágrimas no transmiten el virus. Sin embargo, si se entra en contacto con sangre infectada, se debe lavar inmediatamente con agua y jabón, y buscar atención médica para evaluar la exposición y considerar profilaxis post-exposición (PEP). El virus del VIH se inactiva rápidamente en el ambiente, por lo que el riesgo de transmisión en actividades diarias es muy bajo.