Síntomas de la enfermedad de Graves

La enfermedad de Graves es una enfermedad autoinmune que afecta principalmente la función de la tiroides y los tejidos relacionados. Sus síntomas son diversos y progresivos, pudiendo variar desde molestias leves hasta amenazas graves para la salud. Los síntomas comunes en los pacientes incluyen aceleración del metabolismo, anomalías oculares y cambios en la piel, que pueden variar significativamente según la intensidad de la respuesta inmunitaria individual.

Los síntomas de esta enfermedad generalmente aparecen en etapas, comenzando con fatiga leve o pérdida de peso que a menudo no se toman en serio. A medida que la enfermedad avanza, pueden presentarse signos evidentes como protrusión ocular, arritmias cardíacas o enrojecimiento e hinchazón de la piel. Reconocer tempranamente estas características ayuda en el diagnóstico precoz y en la prevención de complicaciones.

Síntomas y signos tempranos

Los síntomas iniciales de la enfermedad de Graves a menudo se confunden con fatiga general o respuestas al estrés. Los pacientes pueden experimentar en semanas o meses los siguientes signos:

  • Pérdida de peso inexplicada, incluso con apetito normal o aumentado
  • Sensación persistente de cansancio, que no mejora con el descanso
  • Temblor en manos o extremidades, especialmente en reposo

Algunos pacientes muestran signos de aceleración metabólica, como:

  • Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca, con pulsaciones visibles
  • Sudoración excesiva, incluso en ambientes templados
  • Trastornos del sueño, como insomnio o despertar frecuente
Estos síntomas pueden ser mal diagnosticados como estrés o síntomas de la menopausia, por lo que es necesario confirmarlos mediante análisis de sangre que evalúen los marcadores autoinmunes.

Síntomas comunes

Síntomas relacionados con la hiperfunción tiroidea

La hiperfunción tiroidea es la manifestación principal de la enfermedad de Graves, y los síntomas comunes incluyen:

  • Palpitaciones o taquicardia (frecuencia cardíaca en reposo superior a 100 latidos por minuto)
  • Aumento anormal de la temperatura corporal, especialmente en la mañana
  • Incremento en la actividad intestinal, causando diarrea o evacuaciones frecuentes

El metabolismo acelerado también puede causar debilidad muscular, especialmente en los músculos del tren superior y la pelvis. Algunos pacientes presentan atrofia muscular con movimientos descoordinados. Además, las uñas pueden volverse frágiles y propensas a romperse, y el cabello puede caerse con mayor facilidad.

Síntomas oculares (oftalmopatía de Graves)

Alrededor del 30-50% de los pacientes presentan síntomas relacionados con los ojos, conocidos como «oftalmopatía de Graves». Las manifestaciones comunes incluyen:

  • Protrusión ocular (exoftalmia), que puede impedir el cierre completo del párpado
  • Sequedad ocular o sensación de cuerpo extraño, con alteraciones en la secreción lagrimal
  • Visión borrosa o doble, y en casos graves, ulceración de la córnea

Los síntomas oculares pueden aparecer independientemente de los síntomas tiroideos o empeorar en paralelo. Los pacientes pueden sentir incomodidad con la luz, aumentar el parpadeo, y en casos severos, el movimiento ocular restringido puede causar desplazamiento del globo ocular.

Síntomas cutáneos y sistémicos

Un número reducido de pacientes presenta lesiones cutáneas en las piernas, enrojecidas, calientes y con textura similar a caucho, denominadas «mixedema pretibial». Estas lesiones suelen localizarse en la parte anterior de las piernas. Otros síntomas sistémicos incluyen:

  • Irritabilidad, ansiedad o dificultad de concentración
  • Las mujeres pueden experimentar irregularidades menstruales
  • Disminución de la densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis

Progresión de la enfermedad y cambios en los síntomas

Los síntomas de la enfermedad de Graves pueden fluctuar. En las etapas iniciales, el exceso de hormonas tiroideas puede causar síntomas de alto metabolismo, como aumento de la temperatura y hiperactividad. Con el avance, las células de los folículos tiroideos pueden atrofiarse por estímulos prolongados, lo que lleva a una remisión de los síntomas, pero también puede transitar hacia una fase de hipotiroidismo.

El desarrollo de los síntomas oculares puede ser independiente de los cambios en la función tiroidea. Algunos pacientes continúan con la progresión ocular incluso después de controlar los síntomas tiroideos. La falta de control prolongado puede ocasionar ulceraciones corneales y compresión del nervio óptico, causando daño visual permanente.

Cuándo acudir al médico

Se debe buscar atención médica inmediata en los siguientes casos:

  • Pérdida rápida de peso sin causa aparente (más de 5 kg al mes)
  • Palpitaciones persistentes acompañadas de dolor en el pecho o dificultad para respirar
  • Protrusión ocular con visión borrosa o doble

En caso de síntomas de emergencia, como:

  • Dolor severo por presión ocular, imposibilidad de cerrar los ojos
  • Dificultad para tragar o respirar (por hinchazón en la garganta)
  • Confusión mental o crisis hipertensiva

El seguimiento regular de los niveles de función tiroidea (como TSH, T3/T4) es fundamental para evaluar los cambios en los síntomas. Si el tratamiento actual no controla la progresión, se debe consultar al médico para ajustar la estrategia terapéutica.

 

Preguntas frecuentes

¿Es necesario tomar medicamentos a largo plazo si tengo enfermedad de Graves?

La mayoría de los pacientes requieren tratamiento prolongado, aunque esto depende de la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. Los medicamentos antitiroideos (como el metimazol) generalmente se toman durante varios meses o años, y algunos pueden necesitar medicación de por vida. Después de la terapia con yodo radiactivo o cirugía, algunos pacientes deben realizar seguimiento periódico para evitar recaídas en la función tiroidea.

¿Cómo puedo saber si mis síntomas están empeorando por la enfermedad de Graves?

El aumento de la frecuencia cardíaca, el temblor en las manos, la pérdida de peso rápida o el empeoramiento de la protrusión ocular pueden indicar una agravación. Es recomendable registrar los cambios y consultar al médico para ajustar el tratamiento. La evaluación mediante análisis de sangre de la función tiroidea también es clave.

¿Es seguro quedar embarazada durante el tratamiento?

Los cambios hormonales durante el embarazo pueden desencadenar o empeorar la enfermedad, pero con el control médico y ajuste de la medicación (usando fármacos seguros como el propiltiouracilo), la mayoría de las pacientes pueden tener un embarazo seguro. Es importante consultar con el médico antes de planear el embarazo y realizar controles cada 4-6 semanas durante el embarazo.

¿Se puede mejorar la protrusión ocular mediante cirugía?

La protrusión ocular severa (oftalmopatía tiroidea) puede requerir radioterapia orbital o cirugía orbitária. La cirugía puede remover parte del tejido orbital o ajustar los músculos oculares para aliviar la presión y mejorar la apariencia. La cirugía generalmente se realiza cuando la enfermedad ocular está estabilizada (normalmente después de 6-12 meses).

¿Qué componentes de la dieta debo evitar para controlar la enfermedad?

El consumo excesivo de yodo puede agravar la hiperfunción tiroidea, por lo que se recomienda evitar algas, sal yodada y suplementos con yodo. Se aconseja una dieta equilibrada rica en fibra, vitaminas del grupo B, y limitar la cafeína y el alcohol para reducir el riesgo de palpitaciones y excitación nerviosa. La planificación dietética debe realizarse en conjunto con un médico o nutricionista.

Graves' Disease