Síntomas de la gripe estacional

La gripe estacional es una enfermedad infecciosa respiratoria aguda causada por el virus de la influenza, cuyos síntomas suelen aparecer de forma repentina y variar en intensidad. Los pacientes pueden comenzar a presentar síntomas entre 1 y 4 días después de la exposición al virus, inicialmente similares a un resfriado común, pero que pueden deteriorarse rápidamente. Comprender el proceso de desarrollo de los síntomas ayuda a realizar un diagnóstico precoz y a tomar las medidas terapéuticas adecuadas.

Los síntomas típicos incluyen fiebre, dolores musculares y sensación de fatiga, aunque diferentes grupos de edad y estados de salud pueden presentar manifestaciones distintas. Los niños pueden mostrar síntomas más evidentes debido a que su sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado; los adultos mayores o pacientes con enfermedades crónicas deben prestar especial atención debido al mayor riesgo de complicaciones. Este artículo describirá en detalle la clasificación de los síntomas de la gripe, las fases de desarrollo y las medidas de emergencia.

 

Primeros síntomas y signos

 

Los primeros síntomas de la gripe suelen aparecer entre 1 y 4 días después de la infección, y estos signos pueden confundirse con un resfriado común. Los síntomas iniciales más frecuentes incluyen: 

     
  • Fiebre leve (aproximadamente 38°C)
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  • Dolores musculares generalizados, especialmente en cuello, hombros y espalda
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  • Dolor de cabeza o cefalea pulsátil
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  • Sensación constante de fatiga, que no mejora incluso con descanso
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 Estos síntomas pueden agravarse rápidamente en pocas horas, y los pacientes a menudo sienten que «de repente se enfermaron».

 

Algunos pacientes pueden experimentar síntomas atípicos en las primeras etapas, como: 

     
  • Malestar gastrointestinal, como náuseas o molestias abdominales
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  • Garganta seca o tos leve
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  • Sensibilidad a la luz o al sonido
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Es importante notar que estos signos pueden variar según el tipo de virus, por ejemplo, el virus H1N1 puede acompañarse de más síntomas gastrointestinales.

 

Síntomas comunes

 

Los síntomas típicos de la gripe alcanzan su punto máximo entre 2 y 7 días después del inicio, e incluyen: 

     
  • Fiebre alta (generalmente superior a 39°C) acompañada de escalofríos
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  • Dolores musculares severos, que pueden afectar las actividades diarias
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  • Tos seca o con flema, que puede empeorar progresivamente
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  • Congestión nasal o secreciones acuosas
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 Estos síntomas suelen durar de 3 a 7 días, aunque la fatiga general puede persistir durante varias semanas tras la recuperación.

 

En las vías respiratorias, los pacientes pueden presentar: 

     
  • Enrojecimiento de la garganta con dolor al tragar
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  • Tos que puede volverse húmeda con secreciones amarillas o verdes
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  • Algunos pueden experimentar conjuntivitis o hinchazón de los párpados
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En pacientes con inmunidad debilitada, se pueden observar síntomas más graves, como dificultad para respirar o confusión mental.

 

Progresión de la enfermedad y cambios en los síntomas

 

El desarrollo de los síntomas de la gripe generalmente se divide en tres fases: 

Fase aguda (1-3 días)

 En esta etapa, los síntomas empeoran rápidamente, con fiebre que puede alcanzar los 40°C, y dolores musculares similares a haber sido atropellado. Los síntomas respiratorios se intensifican rápidamente y pueden acompañarse de deshidratación.

 

Pico (3-5 días)

 Durante esta fase, la fiebre puede mantenerse alta, y la tos puede alternar entre seca y productiva. Algunos pacientes experimentan mareos o sensación de pesadez en la cabeza, y en niños, la fiebre alta puede desencadenar convulsiones.

 

Fase de recuperación (5-7 días)

 La fiebre disminuye progresivamente, pero la fatiga puede durar varias semanas. En esta etapa, se debe prestar atención al riesgo de infecciones secundarias, como neumonía bacteriana, que puede ocurrir si la tos no se resuelve completamente.

 

Cuándo buscar atención médica

 

Se debe acudir inmediatamente al médico si se presentan los siguientes síntomas de alto riesgo: 

     
  • Fiebre superior a 39.5°C que dura más de tres días
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  • Dificultad para respirar o saturación de oxígeno por debajo del 95%
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  • Confusión, dificultad para hablar o desorientación
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  • Dolor en el pecho, palpitaciones rápidas o palidez en extremidades
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 Estos síntomas pueden indicar complicaciones graves como neumonía o miocarditis.

 

Grupos especiales que requieren atención particular: 

Guía de emergencia para grupos de alto riesgo

 Las personas mayores de 65 años, embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas que presenten los siguientes signos deben acudir a consulta inmediatamente: 
     
  • Fiebre acompañada de dificultad respiratoria (adultos >24 respiraciones/min)
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  • Aparición de petequias o hematomas inexplicables en la piel
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  • Disminución significativa de la producción de orina en 24 horas
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  • Fiebre persistente a pesar de tomar antipiréticos
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 Estos signos pueden reflejar que el virus ha afectado órganos internos.

 

Indicadores clave para emergencias: 

Indicadores de atención urgente

 Si aparecen los «tres signos rojos» (enrojecimiento facial, conjuntivitis, enrojecimiento de la garganta) o los «tres dolores» (dolor de cabeza, dolores musculares, dolor en la zona ocular), puede indicar una gripe grave. Además, en niños, convulsiones, rechazo a la alimentación o aparición de erupciones cutáneas deben considerarse emergencias.

 

 

 

Preguntas frecuentes

 

¿Cómo diferenciar la gripe estacional de un resfriado común?

 

La gripe suele acompañarse de fiebre alta (más de 39°C), dolores musculares generalizados y fatiga severa, con un inicio súbito y síntomas más intensos; en cambio, el resfriado común presenta congestión nasal, secreción acuosa y fiebre baja, con molestias leves en todo el cuerpo. Si hay síntomas graves como dolor en el pecho o dificultad para respirar, se debe acudir al médico de inmediato.

 

¿Por qué, incluso después de vacunarse contra la gripe, todavía existe riesgo de infección?

 

La efectividad de la vacuna depende de la coincidencia con las cepas virales en circulación. Si las cepas circulantes difieren mucho de las incluidas en la vacuna, la protección disminuye. Además, la inmunidad tarda aproximadamente 2 semanas en desarrollarse, por lo que la exposición previa puede causar infección. Por ello, es importante seguir practicando medidas preventivas como el lavado frecuente de manos incluso después de vacunarse.

 

¿Es normal que la fiebre baje temporalmente con antipiréticos y luego vuelva a subir?

 

Sí, esto es normal, ya que los antipiréticos solo suprimen temporalmente la fiebre, pero no eliminan el virus. Si la fiebre vuelve a subir después de que desaparece el efecto del medicamento, se recomienda mantenerse bien hidratado y descansar. Si la fiebre persiste más de 3 días o hay confusión mental, se debe consultar al médico de inmediato.

 

¿Quiénes tienen mayor riesgo de desarrollar neumonía por la gripe?

 

Las personas mayores de 65 años, pacientes con enfermedades pulmonares o cardíacas crónicas, inmunodeprimidos y obesos (IMC ≥30) son grupos de alto riesgo. La incidencia de neumonía en estos grupos es mayor, y ante síntomas como tos con sangre o dificultad respiratoria, se debe realizar una radiografía de tórax y análisis de sangre rápidamente.

 

¿Cuánto tiempo debo estar aislado después de contraer la gripe para poder retomar las actividades sociales normales?

 

Generalmente, se recomienda esperar a que la fiebre desaparezca durante al menos 24 horas sin el uso de antipiréticos, y observar 1-2 días más. En promedio, el aislamiento debe mantenerse hasta que los síntomas mejoren significativamente, aproximadamente de 7 a 10 días, para evitar contagios por gotas y especialmente para proteger a embarazadas, niños pequeños y pacientes con enfermedades crónicas.

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