Síntomas de la epilepsia

La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso cuya característica principal es la ocurrencia recurrente de movimientos involuntarios o alteraciones en la percepción. Estos síntomas pueden ser leves o severos, variando según la persona, y dependen del tipo y la ubicación de la actividad eléctrica anormal en el cerebro. Comprender los síntomas de la epilepsia no solo ayuda en el diagnóstico precoz, sino también en la prevención de riesgos potenciales. Una evaluación médica oportuna puede controlar eficazmente las convulsiones y reducir su impacto en la vida diaria.

La diversidad de síntomas de la epilepsia radica en que diferentes áreas del cerebro afectadas desencadenan distintas respuestas. Algunos pacientes pueden experimentar solo confusión temporal, mientras que en casos severos puede haber convulsiones generalizadas o pérdida de conciencia. Los cambios en el comportamiento durante una convulsión a menudo se confunden con problemas psicológicos, pero en realidad son el resultado de una descarga neuronal anormal y sincronizada en el cerebro. Por ello, identificar correctamente el tipo de síntomas es crucial para elaborar un plan de tratamiento adecuado.

Signos y síntomas tempranos

Los signos tempranos de la epilepsia pueden pasar desapercibidos, ya que suelen manifestarse en formas breves y atípicas. Aproximadamente el 30% de los pacientes experimentan una "aura" antes de una convulsión generalizada, que típicamente incluye:

  • Sensación de miedo o ansiedad inexplicables
  • Visión borrosa o percepción de puntos de luz inexistentes
  • Entumecimiento o sensación de punzadas en las extremidades
  • Hipersensibilidad auditiva o zumbidos en los oídos
Estas auras pueden durar desde unos segundos hasta varios minutos, seguidos por una convulsión generalizada o pueden desaparecer espontáneamente.

En niños, los signos tempranos comunes incluyen:

  • Miradas breves y repetidas (episodios de mirada fija)
  • Interrupción repentina de actividades sin respuesta
  • Alteraciones inexplicables en el aprendizaje
  • Movimientos repetitivos no provocados (como masticar, frotarse las manos)
Estos síntomas inespecíficos a menudo se confunden con déficit de atención o hiperactividad, por lo que se recomienda realizar un electroencefalograma (EEG) para confirmar la presencia de descargas anormales.

Síntomas comunes

Síntomas de convulsiones motoras

Las convulsiones motoras más comunes incluyen:

  • Convulsiones tónico-clónicas generalizadas: contracción repentina de los músculos de todo el cuerpo seguida de relajación, acompañada de pérdida de conciencia, riesgo de mordedura de lengua y pérdida de control de la vejiga
  • Convulsiones parciales: movimientos convulsivos en un lado del cuerpo o en la cara, que pueden extenderse a todo el cuerpo
  • Comportamiento automatizado: realizar movimientos repetitivos sin conciencia, como rascarse, quitarse la ropa o caminar sin rumbo
Estas convulsiones suelen durar desde unos segundos hasta varios minutos, y después pueden presentarse mareos o lagunas de memoria.

Síntomas no motores

Los síntomas no motores a menudo se subestiman, pero afectan a más del 40% de los pacientes:

  • Alteraciones sensoriales: alucinaciones olfativas (como olor a quemado), alteraciones gustativas o sensaciones cutáneas anómalas
  • Disfunciones cognitivas: pérdida de memoria persistente entre las convulsiones, dificultades en la orientación
  • Síntomas del sistema nervioso autónomo: dilatación de pupilas, enrojecimiento de la piel o sudoración excesiva durante la convulsión
Estos síntomas pueden aparecer antes o después de la convulsión y deben diferenciarse de otras enfermedades del sistema nervioso.

Progresión de la enfermedad y cambios en los síntomas

Los síntomas de la epilepsia pueden evolucionar con el tiempo. Aproximadamente el 20-30% de los pacientes experimentan "fenómenos de agravamiento de la epilepsia", que incluyen:

  • Aumento en la frecuencia de las convulsiones: de una vez al mes a convulsiones periódicas más frecuentes
  • Transformación en el tipo de convulsión: de parciales simples a generalizadas
  • Disminución de la eficacia de los medicamentos antiepilépticos
El empeoramiento de los síntomas generalmente está relacionado con la expansión de lesiones cerebrales o la tolerancia a los medicamentos.

En el curso prolongado, aproximadamente el 15% de los pacientes desarrollan un "estado epiléptico", que es una emergencia médica. Sus características incluyen:

  • Convulsiones que duran más de 5 minutos sin detenerse por sí mismas
  • Convulsiones continuas sin recuperación de la conciencia entre ellas
  • Convulsiones repetidas con deterioro neurológico
En esta etapa, se requiere la administración inmediata de medicamentos antiepilépticos por vía intravenosa.

Cuándo buscar atención médica

Se debe buscar ayuda médica de inmediato en los siguientes casos:

  • Pérdida de conciencia inexplicada que dura más de 10 segundos por primera vez
  • No recuperación inmediata de la conciencia después de una convulsión
  • Detención de la respiración o palidez facial durante la convulsión
  • Dolor de cabeza persistente o debilidad en las extremidades por más de 24 horas después de la convulsión
Incluso si los síntomas parecen leves, el monitoreo continuo del patrón de las convulsiones es crucial para planificar el tratamiento.

Signos de advertencia especiales incluyen:

  • Convulsiones acompañadas de fiebre o antecedentes de traumatismo craneal
  • Retraso en el desarrollo en niños que ocurre junto con las convulsiones
  • Declive cognitivo agudo después de una convulsión
Estas condiciones pueden indicar lesiones estructurales cerebrales y requieren confirmación mediante resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC).

 

Preguntas frecuentes

¿Qué desencadenantes deben evitar los pacientes con epilepsia en su vida diaria?

Las convulsiones pueden ser provocadas por desencadenantes específicos, incluyendo falta de sueño, fatiga excesiva, consumo de alcohol, estímulos de luz intermitente o estrés excesivo. Se recomienda que los pacientes mantengan horarios regulares, eviten trasnochar y, bajo la guía de profesionales médicos, identifiquen sus factores de sensibilidad para reducir el riesgo de desencadenantes.

¿Qué cuidados especiales necesita un paciente después de una convulsión?

Tras una convulsión, el paciente puede experimentar confusión temporal o debilidad muscular. En ese momento, se debe asegurar un entorno seguro, evitar golpes con objetos duros y colocar al paciente de lado para facilitar la salida de saliva y prevenir asfixia. Una vez que recupere la conciencia, se recomienda registrar los detalles de la convulsión para su evaluación médica y evitar comer o tomar medicamentos de inmediato.

¿Qué efectos secundarios pueden tener los medicamentos antiepilépticos y cómo manejarlos?

Los efectos secundarios comunes incluyen mareos, náuseas, erupciones cutáneas o cambios de humor. En casos severos, pueden afectar la función hepática o renal. Si los efectos son leves, se puede ajustar el horario o la dosis del medicamento; si son graves, se debe acudir al médico de inmediato. Es importante realizar controles periódicos con análisis de sangre y mantener una comunicación constante con el médico para ajustar el tratamiento.

¿Es seguro que los pacientes con epilepsia realicen actividades físicas diarias?

Actividades físicas apropiadas como caminar, nadar o practicar yoga suelen ser beneficiosas para los pacientes con epilepsia, pero deben evitarse actividades de alto riesgo (como nadar solo o deportes en altura). Se recomienda que la epilepsia esté bien controlada antes de realizar ejercicio y que siempre haya alguien acompañando, para evitar deshidratación o fatiga excesiva que puedan desencadenar una convulsión.

¿Qué malentendidos sociales sobre la epilepsia pueden afectar la vida de los pacientes?

Los malentendidos comunes incluyen la creencia de que los pacientes con epilepsia tienen discapacidad intelectual o que es contagiosa. Estas ideas son incorrectas. La mayoría de los pacientes tienen inteligencia normal, y la epilepsia no es contagiosa, aunque puede haber discriminación que afecte su empleo o vida social. La educación social y el conocimiento correcto de la enfermedad pueden mejorar el estado psicológico y la calidad de vida de los pacientes.

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