Prostatectomy

Resumen del tratamiento

La prostatectomía es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar el cáncer de próstata o la hiperplasia prostática benigna severa. El objetivo principal es extirpar parcial o totalmente el tejido prostático para controlar la propagación del cáncer o aliviar los síntomas de obstrucción urinaria. Este procedimiento es común en pacientes con cáncer de próstata en etapas tempranas o en casos de hiperplasia prostática benigna que no mejoran con medicación.

El método quirúrgico se selecciona según la edad del paciente, la etapa del cáncer y su estado de salud general, incluyendo cirugía abierta, laparoscópica y asistida por robot Da Vinci. En los últimos años, los sistemas robóticos han sido una opción popular debido a su alta precisión y menor invasividad.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La prostatectomía abierta requiere una incisión grande en la parte inferior del abdomen o en el perineo para extirpar directamente el tejido prostático. Este tipo de cirugía tiene un tiempo de recuperación más largo, pero es adecuada para lesiones grandes o con alto riesgo de metástasis.

  • Prostatectomía laparoscópica: Utiliza varias pequeñas incisiones para insertar un laparoscopio y instrumentos, operando mediante un sistema de imágenes, con heridas menores y recuperación rápida.
  • Cirugía asistida por robot: Combina un sistema de visión 3D y brazos mecánicos para mejorar la precisión quirúrgica y reducir el daño a los tejidos.

Indicaciones

Las principales indicaciones incluyen cáncer de próstata confirmado por biopsia, niveles anormales de PSA, o hiperplasia prostática benigna que causa obstrucción urinaria severa o infecciones urinarias recurrentes. Si el cáncer no ha metastatizado y el pronóstico es favorable, la cirugía suele considerarse un tratamiento curativo.

Las contraindicaciones incluyen insuficiencia cardíaca o pulmonar severa, trastornos de la coagulación o incapacidad para soportar anestesia general. El médico evaluará el riesgo quirúrgico considerando la edad, la etapa del tumor y otras enfermedades concomitantes.

Modo de uso y dosis

La cirugía generalmente se realiza bajo anestesia general y dura aproximadamente de 3 a 6 horas. La cirugía asistida por robot implica hacer de 5 a 6 pequeñas incisiones de 0.5 a 1 cm en la parte inferior del abdomen para insertar brazos mecánicos y una cámara.

El concepto de «dosis» no aplica en cirugía, pero el médico ajustará el alcance de la extirpación según la extensión del tumor. Por ejemplo, en cáncer localizado, solo se extirpa la próstata y los ganglios linfáticos cercanos, mientras que en casos de alto riesgo, la extensión puede ser mayor.

Beneficios y ventajas

Las principales ventajas incluyen una tasa de supervivencia a 5 años superior al 90% en pacientes con cáncer en etapas tempranas y la eliminación completa del tumor. Los sistemas robóticos permiten preservar con precisión los haces neurovasculares, reduciendo riesgos de incontinencia urinaria y disfunción eréctil.

  • En comparación con la radioterapia, la cirugía elimina inmediatamente el tumor, reduciendo el riesgo de metastasis
  • La técnica laparoscópica reduce el daño tisular, el dolor postoperatorio y el tiempo de hospitalización
  • El espécimen quirúrgico puede analizarse patológicamente para verificar márgenes libres de cáncer

Riesgos y efectos secundarios

Los riesgos a corto plazo incluyen sangrado, infecciones y lesiones en la uretra o el recto. Las complicaciones a largo plazo pueden ser incontinencia urinaria (especialmente si no se conservan los nervios), disfunción eréctil y edema en las extremidades inferiores debido a la retención de linfa.

Complicaciones graves incluyen fístula en la anastomosis uretral que requiere reoperación, disfunción eréctil permanente o complicaciones cardiopulmonares relacionadas con la anestesia. Es importante realizar un seguimiento regular de los niveles de PSA y la función renal postoperatorios.

Precauciones y contraindicaciones

El paciente debe someterse a evaluación anestésica previa, rectoscopía, estudios de imagen y confirmación histopatológica de la indicación. Después de la cirugía, se requiere un catéter urinario durante 2 a 4 semanas y entrenamiento de la función vesical.

Las contraindicaciones incluyen diabetes no controlada, trastornos de la coagulación o cáncer que se ha diseminado fuera de la pelvis. La radioterapia previa en la pelvis puede aumentar el riesgo de complicaciones intraoperatorias.

Interacciones con otros tratamientos

La cirugía a menudo se combina con terapia hormonal, como la administración de antagonistas de la testosterona después de la operación para reducir el riesgo de recurrencia. En comparación con la radioterapia, la cirugía evita el riesgo de inflamación intestinal radioterápica a largo plazo.

Si el paciente rechaza la cirugía, se pueden considerar ablación por ultrasonido focalizado o braquiterapia con 锎-252. Sin embargo, estas alternativas pueden no eliminar completamente el tumor.

Resultados y evidencia clínica

Los estudios clínicos muestran que los pacientes con cáncer de próstata localizado que se someten a una prostatectomía radical tienen una tasa de supervivencia a 10 años del 70-90%. La cirugía asistida por robot reduce en promedio un 50% el tiempo de recuperación en comparación con la cirugía abierta tradicional.

Las guías internacionales recomiendan que los pacientes con cáncer en etapas tempranas, con puntajes de Gleason inferiores a 7, reciban cirugía para obtener el mejor resultado curativo. Sin embargo, en pacientes mayores, se debe sopesar el riesgo quirúrgico y el beneficio pronóstico.

Alternativas

Las opciones no quirúrgicas incluyen:

  • Vigilancia activa: seguimiento periódico en pacientes con cáncer de bajo riesgo
  • Radioterapia: radiación externa o implantes de semillas
  • HIFU: terapia de ablación por ultrasonido de alta intensidad, no invasiva

Las alternativas deben seleccionarse según la agresividad del tumor. Por ejemplo, cáncer con Gleason superior a 8 puede requerir quimioterapia previa a la cirugía. Lesiones benignas pueden tratarse con resección transuretral de próstata (TURP).

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparativos debo hacer antes de la cirugía?

El paciente debe someterse a un examen físico detallado y estudios de imagen (como ultrasonido o MRI) para evaluar la localización del tumor y su relación con los tejidos circundantes. Se recomienda evitar anticoagulantes 3 a 7 días antes de la cirugía y realizar limpieza intestinal. El equipo médico explicará los riesgos y se firmará un consentimiento informado.

¿Cómo puedo reducir el riesgo de disfunción eréctil después de la cirugía?

El cirujano intentará preservar los nervios responsables de la erección, pero el riesgo siempre existe. Antes de la operación, se puede consultar con el médico sobre la posibilidad de realizar una cirugía con preservación nerviosa. Después de la recuperación, se pueden usar ejercicios de suelo pélvico o dispositivos médicos para mejorar la función. Algunos pacientes pueden requerir terapia hormonal o implantes.

¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse la actividad diaria después de la cirugía?

Tras una prostatectomía abierta, la hospitalización dura de 7 a 10 días y la recuperación completa toma aproximadamente de 6 a 8 semanas; en la cirugía con robot Da Vinci, el tiempo de hospitalización se reduce a 3-5 días y la recuperación es más rápida. Durante las primeras semanas, se debe evitar levantar objetos pesados o estar sentado por largos períodos. La actividad física intensa debe reanudarse gradualmente según la recomendación médica.

¿Cómo se eligen las diferentes técnicas quirúrgicas?

La cirugía abierta es adecuada para tumores grandes o que invaden tejidos circundantes; la cirugía con robot Da Vinci ofrece mayor precisión y es preferible en etapas tempranas, con menor invasividad. La crioterapia se usa para confirmar en tiempo real la extensión de la resección. La elección dependerá de la etapa del tumor, la salud general del paciente y la anatomía.

¿Qué seguimiento se requiere después de la cirugía?

Es necesario realizar controles periódicos de los niveles de PSA, inicialmente cada 3 a 6 meses durante los primeros dos años, y luego anualmente. Se pueden realizar tactos rectales o estudios de imagen para detectar recurrencias. Si el PSA aumenta anormalmente, se deben realizar estudios adicionales de inmediato.