La cirugía de fixación testicular (Orquidopexia) es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar la torsión testicular, cuyo objetivo principal es restaurar de inmediato el suministro de sangre al testículo y prevenir la necrosis tisular causada por la obstrucción vascular. Cuando el testículo se torsiona debido a la rotación del cordón espermático, si no se trata dentro de las 6 horas críticas, puede causar atrofia irreversible o pérdida de función del testículo.
Este procedimiento generalmente se realiza en un entorno de urgencia, donde el cirujano reposiciona el testículo y lo fija en el escroto para reducir la probabilidad de recurrencia. Además de resolver la crisis aguda, la cirugía también permite examinar el otro testículo para evitar que ambos se vean afectados simultáneamente.
El procedimiento se divide principalmente en dos tipos: cirugía abierta y cirugía laparoscópica. La cirugía abierta requiere una incisión en el escroto o la ingle para inspeccionar directamente el estado del cordón espermático y el testículo; la cirugía laparoscópica utiliza instrumentos endoscópicos a través de pequeñas incisiones para realizar una operación precisa.
Su mecanismo consiste en: 1. Deshacer la torsión del cordón espermático para restaurar el flujo sanguíneo, 2. Fijar el testículo en el interior del escroto para evitar que vuelva a torsionarse, 3. Reparar las estructuras vasculares posiblemente dañadas. La cirugía generalmente se realiza bajo anestesia general, con una duración promedio de 45 a 90 minutos.
Principalmente indicada para pacientes con diagnóstico confirmado de torsión testicular aguda, quienes presentan síntomas como dolor súbito y severo en el escroto, posición anormal del testículo (como elevación), y flujo sanguíneo bloqueado en ultrasonido Doppler. Además, se recomienda fijar también el testículo contralateral para prevenir riesgos futuros.
Indicadores de urgencia incluyen: dolor que supera las 6 horas, confirmación por ultrasonido de la ausencia de flujo sanguíneo, o examen físico que revela que el testículo está fijado en una posición anormal. Si hay signos de necrosis tisular, puede ser necesario realizar una orquiectomía.
El proceso quirúrgico incluye: 1. Desinfectar y preparar la zona de incisión tras anestesia, 2. Separar las estructuras del cordón espermático, 3. Fijar el testículo en las capas profundas del escroto, 4. Cerrar la herida y observar signos de sangrado. La cirugía debe realizarse en un ambiente estéril y puede complementarse con monitoreo Doppler para verificar la recuperación del flujo sanguíneo.
El concepto de dosis no aplica en este procedimiento, pero el tiempo de ejecución es crucial. Si se retrasa más de 6 horas, la tasa de supervivencia del testículo disminuye en un 10-15% por hora. El cirujano ajustará la técnica de fijación según la edad y la anatomía del paciente, por ejemplo, en bebés puede ser necesario usar puntos de fijación diferentes.
Comparado con el tratamiento conservador, la cirugía ofrece una tasa de supervivencia del testículo superior al 90%, con heridas menores y período de recuperación corto, permitiendo a la mayoría de los pacientes retomar sus actividades normales en 1-2 semanas.
Casos extremos pueden presentar formación de trombos o complicaciones anestésicas, con una incidencia inferior al 0.5%. Es importante monitorizar si el paciente presenta dolor persistente o fiebre tras la operación.
Contraindicaciones en urgencias: Si el paciente tiene trastornos graves de la coagulación o antecedentes de alergias, se debe evaluar el riesgo anestésico previamente. Los pacientes diabéticos deben controlar su glucemia para reducir el riesgo de infección.
Tras la cirugía, se recomienda: 1. Evitar esfuerzos físicos intensos durante 48 horas, 2. Usar ropa interior de soporte para reducir la presión en el escroto, 3. Realizar seguimiento regular de la función testicular. Contraindicaciones incluyen alergia a anestésicos o infecciones sistémicas no controladas.
La cirugía puede interactuar con medicamentos anticoagulantes (como warfarina), por lo que se recomienda suspenderlos 72 horas antes. Si el paciente recibe corticosteroides, es necesario ajustar la dosis para evitar interferencias en la reparación tisular.
Debe coordinarse con estudios de imagen (como ultrasonido Doppler), cuyos resultados influirán en la estrategia quirúrgica. No se recomienda realizar procedimientos invasivos simultáneamente para evitar complicaciones.
Según estudios médicos, la tasa de supervivencia del testículo tras tratamiento en las primeras 48 horas alcanza entre el 85% y el 95%. El seguimiento a largo plazo muestra que más del 80% de los pacientes mantienen una capacidad reproductiva normal, sin diferencias significativas en la función del testículo contralateral.
Las evaluaciones sistemáticas indican que la cirugía laparoscópica reduce en un 30% la lesión tisular en comparación con la cirugía abierta tradicional. A los 5 años de seguimiento, la satisfacción de los pacientes alcanza el 92%, demostrando el valor clínico de este método.
La reducción manual de emergencia (como ajustar el cordón espermático en la sala de urgencias) puede restaurar temporalmente el flujo sanguíneo, pero tiene una tasa de recurrencia del 40%, sirviendo solo como medida provisional antes de la cirugía definitiva.
El tratamiento farmacológico (como anticoagulantes o analgésicos) no puede resolver la obstrucción vascular de manera definitiva, solo aliviar los síntomas. Si se supera la ventana de 6 horas, puede ser necesario extirpar el tejido necrosado, por lo que la cirugía sigue siendo la opción más efectiva.
El paciente debe realizar análisis de sangre, orina y ultrasonido escrotal para confirmar el diagnóstico y evaluar el flujo sanguíneo testicular. Se recomienda ayuno de 8 horas antes de la cirugía y comunicar al médico sobre medicamentos en uso o alergias. Si está en fase aguda, es importante realizar la cirugía en las primeras 6 horas para reducir el riesgo de daño tisular.
¿Cómo aliviar el dolor y la hinchazón después de la cirugía?Se suelen usar analgésicos (como antiinflamatorios no esteroideos) para controlar el dolor, y aplicar compresas de hielo en el escroto para reducir la hinchazón. Se recomienda usar ropa interior de soporte, evitar esfuerzos físicos y levantar peso. Si el dolor aumenta o aparece fiebre, se debe consultar al médico de inmediato.
¿La cirugía afecta la fertilidad?Si la interrupción del flujo sanguíneo dura demasiado y causa necrosis, puede ser necesario extirpar el testículo, afectando la fertilidad. Si la cirugía es oportuna y se conserva la función testicular, generalmente no hay impacto en la fertilidad. Se recomienda seguimiento a los 3-6 meses para evaluar la función y calidad de los espermatozoides.
¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse la vida normal?Las actividades leves (como caminar) pueden retomarse en 1-2 días, pero se deben evitar esfuerzos intensos por al menos 4 semanas. La recuperación completa para la vida sexual y actividades deportivas suele tomar más de 6 semanas. El tiempo varía según cada paciente, siguiendo las indicaciones médicas para aumentar gradualmente las actividades.
¿Es necesario un seguimiento periódico tras la cirugía?Sí, se recomienda una revisión en el primer mes para verificar la recuperación del flujo en el escroto, y un seguimiento en 6 meses para evaluar la función testicular. En casos de torsión unilateral previa, el riesgo de futuras complicaciones en el testículo contralateral aumenta, por lo que se aconseja realizar autoexploraciones regulares y considerar cirugía profiláctica (como fijación del lado sano).