Varicose vein ablation

Resumen del tratamiento

La terapia de ablación térmica endovenosa para varices (Endovenous Thermal Ablation) es un procedimiento médico avanzado que utiliza tecnología de catéter para tratar las várices en las extremidades inferiores. Su principio fundamental es aplicar energía térmica directamente en la pared de la vena afectada, provocando su contracción y eventual cierre. Este método se dirige principalmente a los problemas de reflujo en las venas profundas de las piernas, mejorando eficazmente la congestión sanguínea y los síntomas asociados, como hinchazón de las piernas, dolor y úlceras cutáneas. Comparado con la cirugía tradicional, ofrece ventajas como menor invasividad y recuperación más rápida, convirtiéndose en uno de los tratamientos preferidos en la cirugía vascular moderna.

Tipos de tratamiento y mecanismos

La ablación térmica endovenosa se divide principalmente en dos técnicas: Ablación por radiofrecuencia (Radiofrequency Ablation) y tratamiento con láser endovenoso (Endovenous Laser Treatment). Ambas requieren guía ultrasonográfica para introducir el catéter en la vena objetivo. La tecnología de radiofrecuencia calienta la pared venosa a 60-120°C, mientras que el láser utiliza energía lumínica para generar calor. Cuando la temperatura de la vena supera los 60°C, el colágeno se contrae y se forma un cierre permanente, bloqueando el reflujo sanguíneo y promoviendo que las venas saludables circundantes recuperen su función de retorno sanguíneo.

Indicaciones

Este tratamiento es adecuado para pacientes con insuficiencia venosa crónica en las extremidades inferiores, especialmente en casos de várices severas causadas por reflujo en la vena safena mayor o menor. Las indicaciones incluyen:

  • Pigmentación cutánea, escleroterapia y otras alteraciones tisulares
  • Repetidos episodios de tromboflebitis
  • Fracaso de tratamientos conservadores (como medias de compresión)

Modo de uso y dosis

El tratamiento se realiza en consulta externa o en quirófano diurno, con anestesia local. Se realiza una punción en la parte interna del muslo para introducir el catéter en la vena objetivo. El tiempo de calentamiento se ajusta según la longitud del vaso, generalmente 10-15 minutos por centímetro de vena. La duración de la sesión es aproximadamente 1 hora, y después de la intervención se recomienda usar medias de compresión durante 4-6 semanas para mantener los resultados. La dosis se ajusta según el diámetro de la vena, siendo generalmente adecuada para venas principales con diámetro superior a 4 mm.

Beneficios y ventajas

Las principales ventajas de este método son su carácter mínimamente invasivo, con una incisión de solo 0.5 cm, reduciendo significativamente el riesgo de infecciones. La recuperación puede comenzar al día siguiente, con una reducción del tiempo de recuperación en más del 70% en comparación con la extirpación convencional. Además, la guía ultrasonográfica permite localizar con precisión las venas afectadas, alcanzando una precisión de tratamiento del 95%. Estudios clínicos muestran que el 85% de los pacientes experimentan una mejora significativa en los síntomas a los 6 meses, con una tasa de recurrencia menor al 10% a los 5 años.

  • Heridas mínimamente invasivas, buena estética
  • Hospitalización reducida a 1-3 días
  • Posibilidad de tratar múltiples segmentos venosos simultáneamente

Riesgos y efectos secundarios

Los principales riesgos incluyen:

  • Formación de coágulos (incidencia aproximadamente del 3-5%)
  • Quemaduras en tejidos subcutáneos (1-2%)
  • Daño nervioso (<1%)
Complicaciones graves como trombosis venosa profunda requieren anticoagulación preventiva. Algunos pacientes pueden presentar hematomas temporales o alteraciones sensoriales, que generalmente se resuelven en varias semanas.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen trastornos de la coagulación, infecciones activas y enfermedades cardíacas o pulmonares graves. Antes del procedimiento, se realiza una ecografía venosa para evaluar la anatomía vascular. Las mujeres embarazadas y quienes tengan marcapasos deben evitar este tratamiento. Después, es importante seguir estrictamente las indicaciones de cuidado, como evitar estar de pie por largos períodos y realizar controles ultrasonográficos periódicos.

Interacciones con otros tratamientos

Este tratamiento puede combinarse con inyecciones de esclerosantes, flebectomía u otros procedimientos mínimamente invasivos para formar un plan de tratamiento multifacético. Cuando se usan junto con anticoagulantes orales, es necesario ajustar la dosis y prolongar el período de observación tras la suspensión del medicamento. Si el paciente recibe radioterapia o quimioterapia, se debe evaluar el estado del metabolismo de la pared vascular antes de decidir el momento adecuado para el tratamiento.

Resultados y evidencia

Ensayos controlados aleatorios muestran que, después de 12 meses, el 90% de los pacientes mantienen el cierre permanente de las venas tratadas con ablación por radiofrecuencia. Comparado con la cirugía tradicional, el dolor postoperatorio se reduce en un 40%, y la satisfacción del paciente aumenta en un 65%. Estudios a largo plazo con seguimiento de 5 años indican una tasa de recanalización del 6-8%, principalmente en venas colaterales no completamente cerradas. La eficacia está directamente relacionada con el diámetro de la vena, el nivel de actividad del paciente y el cuidado postoperatorio.

Opciones alternativas

La cirugía convencional de extirpación de la vena safena mayor, aunque efectiva, requiere anestesia general y un período de recuperación más largo. La inyección de esclerosantes es adecuada para vasos superficiales con diámetro menor a 3 mm, aunque puede causar pigmentación. Las nuevas técnicas como la ablación por radiofrecuencia (Venefit) y la terapia láser (EVLT) difieren en sus principios, y la elección depende de la ubicación de la vena y las condiciones del paciente. La tecnología de ultrasonido para ablación aún está en fase de investigación clínica y no se ha generalizado.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué precauciones debo tener antes del procedimiento? ¿Debo suspender algún medicamento en particular?

Se recomienda suspender medicamentos anticoagulantes (como aspirina) o suplementos herbales dos semanas antes del tratamiento para reducir el riesgo de sangrado. El médico evaluará si es necesario ajustar la medicación de enfermedades crónicas y solicitará evitar alcohol y mantener las piernas limpias antes del procedimiento.

¿Cómo aliviar la hinchazón o dolor en las piernas después del tratamiento? ¿Es necesario usar algún equipo especial?

Es común experimentar hinchazón leve o dolor al tacto en las primeras 48 horas. Se recomienda usar medias de compresión médicas prescritas (nivel de presión 15-20 mmHg) y elevar las piernas para facilitar el retorno venoso. Si el dolor es intenso, se pueden tomar analgésicos según indicación, pero se debe evitar aplicar calor por cuenta propia.

¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse la actividad diaria? ¿Afecta el trabajo?

La mayoría de los pacientes puede caminar el mismo día del tratamiento, pero deben evitar levantar objetos pesados y estar de pie por largos períodos durante al menos una semana. Para trabajos de actividad ligera, la recuperación suele ser de 1 a 3 días; en trabajos de alta intensidad, se recomienda consultar con el médico para ajustes individuales.

¿La várice puede volver en el mismo lugar después del tratamiento? ¿Cómo prevenirlo?

La tasa de recurrencia en el mismo lugar es inferior al 5%, aunque otras venas pueden verse afectadas. La clave está en usar medias de compresión después del tratamiento, evitar estar de pie por largos períodos, realizar actividad frecuente de los tobillos y mantener un peso saludable y dejar de fumar para reducir el riesgo de recidiva. El médico programará controles ultrasonográficos periódicos.

¿Cuál es la diferencia en eficacia y complicaciones a largo plazo entre la ablación por radiofrecuencia y la cirugía convencional?

La tasa de éxito a 5 años de la ablación por radiofrecuencia alcanza entre el 85% y 90%, con menos complicaciones como hematomas o estímulos nerviosos temporales en comparación con la cirugía tradicional. Su carácter mínimamente invasivo reduce el daño tisular, pero los resultados pueden variar según el individuo. Es importante acompañar el tratamiento con cambios en el estilo de vida para prolongar sus efectos.