La terapia de ultrasonido es una técnica de fisioterapia no invasiva que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para penetrar en los tejidos corporales, generando calor y efectos mecánicos, con el fin de promover la reparación tisular y aliviar el dolor. Esta tecnología se aplica principalmente en el tratamiento del sistema musculoesquelético, mejorando el flujo sanguíneo local, relajando la fascia y acelerando la regeneración de tejidos. En los campos de fisioterapia, rehabilitación y medicina deportiva, la terapia de ultrasonido se utiliza frecuentemente como tratamiento complementario para lesiones agudas o crónicas.
La terapia de ultrasonido se divide en dos categorías principales: efectos térmicos y efectos de cavitación. Los efectos térmicos convierten las vibraciones mecánicas en calor, calentando los tejidos a profundidades de 2-5 cm y promoviendo el metabolismo celular. Los efectos de cavitación utilizan ondas sonoras de alta intensidad para formar microburbujas en los tejidos, produciendo efectos de permeabilización de membranas celulares, comúnmente utilizados en la administración de fármacos o relajación de tejidos. Los mecanismos de tratamiento incluyen:
Este tratamiento es adecuado para las siguientes condiciones:
En la ortopedia, la terapia de ultrasonido también se usa para retraso en la cicatrización de fracturas o para mejorar las adherencias postoperatorias, y en algunos centros médicos se aplica en la estimulación de raíces nerviosas en patologías crónicas del cuello.
Antes del tratamiento, se debe limpiar la piel y aplicar gel en la zona a tratar, moviendo la cabeza de ultrasonido a una velocidad de 1-2 cm por segundo. Los parámetros comunes son:
El médico ajustará los parámetros según la profundidad del tejido y la naturaleza de la lesión, por ejemplo, para tendinitis se suele usar modo pulsado a 0.8 MHz, mientras que para tejidos blandos superficiales, se emplea modo continuo a 1.5 MHz.
Las ventajas de esta terapia incluyen:
Estudios clínicos muestran que la terapia de ultrasonido puede mejorar la alineación de las fibras de colágeno y la calidad de la reparación tisular. Comparada con la terapia de calor o estimulación eléctrica, su efecto en el calor profundo y los efectos mecánicos tiene beneficios únicos.
Los posibles efectos adversos incluyen:
Complicaciones graves incluyen necrosis tisular y empeoramiento de la patología, por lo que se deben seguir estrictamente las instrucciones de operación y evitar la exposición directa en huesos o nervios principales.
Las contraindicaciones incluyen:
Antes del tratamiento, se debe consultar detalladamente el historial clínico del paciente, evitando las zonas contraindicadas. Durante el tratamiento, se debe monitorear de cerca la respuesta del paciente y ajustar los parámetros en consecuencia.
Este método puede combinarse con otras terapias físicas:
Se debe evitar el uso conjunto con terapia fría (como hielo) en el mismo ciclo de tratamiento para prevenir cambios excesivos en la temperatura de los tejidos.
Las evaluaciones sistemáticas muestran que la terapia de ultrasonido mejora la adherencia de las adherencias en la articulación del hombro en un 65-80%, y reduce en promedio el dolor en pacientes con tendinitis en un 40%. La revisión Cochrane de 2018 indica que, en pacientes con tendinitis del Aquiles, los grupos que recibieron ultrasonido pulsado mostraron una recuperación más rápida en 2-3 semanas en comparación con los controles.
Sin embargo, su efecto en patologías artríticas es menos claro; un estudio en 2020 en el Journal of Orthopaedic Surgery reportó que no hay diferencias estadísticamente significativas en el alivio del dolor en pacientes con osteoartritis en comparación con placebo.
Si el paciente tiene contraindicaciones o no responde bien al tratamiento, puede considerar las siguientes alternativas:
Al elegir una alternativa, se debe considerar la profundidad y las características del tejido afectado; por ejemplo, para problemas en tejidos superficiales, la terapia láser puede ser más efectiva.
Se recomienda usar ropa holgada para exponer la zona a tratar y comunicar al médico antecedentes médicos, embarazo o presencia de implantes electrónicos. Si está tomando anticoagulantes, debe consultar con el médico antes. Si hay heridas o dermatitis en la zona, puede ser necesario ajustar el plan de tratamiento.
¿Qué hacer si aparece enrojecimiento o hinchazón en la piel después del ultrasonido?El enrojecimiento leve es normal y puede aliviarse con compresas frías de 10-15 minutos. Si aparecen ampollas, dolor persistente o fiebre, se debe detener el tratamiento y consultar al médico. No aplicar cremas sin supervisión profesional, ya que puede ser causado por una configuración de energía demasiado alta o un tiempo de tratamiento inadecuado.
¿Cuántas sesiones de ultrasonido se recomiendan por tratamiento?Normalmente, cada sesión dura de 3 a 5 minutos por área. La cantidad total depende de la condición (por ejemplo, 3-5 sesiones para casos agudos, 10-15 para crónicos). El intervalo entre sesiones debe ser de al menos 48 horas, y la frecuencia excesiva puede dañar los tejidos. Se recomienda seguir el plan de evaluación progresiva del médico.
¿Qué precauciones deben tomarse durante el tratamiento con ultrasonido en las actividades diarias?Evitar ejercicio intenso o carga en la zona tratada durante las primeras 6 horas, y no usar calor, masajes o frío excesivo en la zona. Para las áreas inferiores, usar medias de compresión para reducir la hinchazón y evitar estar de pie por largos períodos.
¿Cuánto tiempo tarda en evidenciarse la efectividad de la terapia de ultrasonido?Los síntomas de inflamación aguda pueden aliviarse en 1-2 sesiones, mientras que el dolor crónico y la reparación de tejidos pueden mejorar gradualmente en 4-6 semanas. La eficacia depende de la gravedad, el metabolismo del paciente y la adherencia al tratamiento, por lo que se recomienda evaluaciones periódicas para ajustar el plan terapéutico.