La cirugía de reemplazo de válvula cardíaca es un procedimiento quirúrgico que reemplaza una válvula dañada del corazón con una artificial o biológica, principalmente para restaurar la dirección y el ritmo normales del flujo sanguíneo en el corazón. Cuando las válvulas nativas fallan debido a estrechamiento, regurgitación o infección, este tratamiento puede mejorar eficazmente síntomas como insuficiencia cardíaca y dificultad respiratoria. Los tipos de cirugía incluyen la cirugía tradicional a corazón abierto y la vía mínimamente invasiva mediante catéter, seleccionándose la opción más adecuada según la edad del paciente, la gravedad del daño valvular y el estado general de salud.
Actualmente, se identifican tres principales tipos de válvulas:
Se emplea principalmente en casos de enfermedad valvular severa, como estenosis aórtica que causa dolor en el pecho o mareos, o insuficiencia mitral que provoca edema pulmonar. Las situaciones aplicables incluyen:
La cirugía generalmente requiere anestesia general, con cirugía a corazón abierto mediante corte en el esternón, o vía mínimamente invasiva mediante catéter vascular. Tras la operación, es necesario tomar anticoagulantes como warfarina en horarios regulares, y los pacientes con válvula mecánica deben monitorear periódicamente el INR, manteniéndolo entre 2 y 3. Los pacientes con válvula biológica pueden necesitar anticoagulación a corto plazo, ajustada por un hematólogo según la función de coagulación.
El procedimiento puede aliviar inmediatamente síntomas como dificultad respiratoria y fatiga, y reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca. Las válvulas mecánicas, por su durabilidad, son adecuadas para pacientes jóvenes, mientras que las biológicas reducen los efectos secundarios de la anticoagulación. Comparado con la medicación, la cirugía aumenta la tasa de supervivencia a cinco años en un 40-60% y permite recuperar las actividades diarias.
Los riesgos potenciales incluyen: complicaciones hemorrágicas (con una tasa de sangrado anual del 2-3% en pacientes con válvula mecánica), formación de coágulos (aproximadamente 1-2%), y riesgo de endocarditis infecciosa. Las complicaciones a largo plazo pueden incluir calcificación o deterioro funcional de la válvula, que requiere seguimiento cada 5-10 años. La terapia anticoagulante puede causar hematomas o hemorragias internas.
Contraindicaciones incluyen septicemia no controlada, insuficiencia hepática o renal severa, o rechazo a la terapia anticoagulante. Antes de la cirugía, se realiza una evaluación detallada de la función cardiopulmonar, y después, se requiere un monitoreo estricto de la anticoagulación. Los pacientes deben evitar deportes de contacto y comunicar a su dentista si han recibido una válvula artificial para prevenir endocarditis infecciosa.
Es crucial considerar las interacciones con medicamentos anticoagulantes, ya que los antiinflamatorios no esteroideos pueden aumentar el riesgo de sangrado. Durante radioterapia o procedimientos de cateterismo cardíaco, se ajustan las dosis de anticoagulantes. En cirugías de bypass coronario, se coordina la anestesia y el cuidado postoperatorio. Los pacientes con válvula biológica deben evitar medicamentos que puedan suprimir el sistema inmunológico.
El seguimiento a largo plazo muestra que la tasa de supervivencia a cinco años después de la reemplazo de la válvula aórtica alcanza entre el 70% y el 85%, y la sustitución de la válvula mitral mejora la gravedad de los síntomas en más del 60%. La guía de la Sociedad Europea de Cardiología 2019 indica que, en pacientes con estenosis aórtica severa, la función cardíaca (LVEF) mejora en promedio 15% tras la cirugía. La válvula biológica tiene una tasa de éxito del 90% a los cinco años en pacientes mayores de 70 años, aunque las válvulas mecánicas ofrecen una mayor estabilidad a largo plazo en pacientes jóvenes.
Las opciones no quirúrgicas incluyen la reemplazo valvular mediante TAVR (reemplazo de válvula aórtica transcatéter), indicado en pacientes de alto riesgo quirúrgico; reparación valvular que restaura parcialmente la estructura original; y medicación, que puede aliviar síntomas pero no soluciona daños estructurales. TAVR reduce la estancia hospitalaria a 3-5 días, aunque su uso está limitado a ciertas anatomías.
Los pacientes deben monitorear regularmente los indicadores de coagulación sanguínea (como INR en usuarios de anticoagulantes), evitar golpes fuertes para prevenir daños en la válvula, y seguir una dieta baja en vitamina K (como espinacas y brócoli) para mantener la eficacia de los anticoagulantes. Dejar de fumar, controlar la presión arterial y la glucemia también son medidas importantes para prolongar la función de la válvula.
¿Qué diferencias hay en la terapia anticoagulante postoperatoria entre pacientes con válvula mecánica y biológica?Los pacientes con válvula mecánica deben tomar anticoagulantes de por vida (como warfarina) y realizar controles periódicos para ajustar la dosis; los pacientes con válvula biológica generalmente solo requieren anticoagulación a corto plazo. El médico evaluará la edad, el riesgo de sangrado y otras condiciones para determinar el tipo de válvula y el esquema de medicación más adecuado, y los pacientes deben seguir estrictamente las indicaciones para evitar complicaciones trombóticas o hemorrágicas.
¿Qué síntomas deben consultar inmediatamente en el período de recuperación tras la cirugía?Se debe acudir de inmediato si aparecen dolor en el pecho, dificultad respiratoria, edema, hemorragia inexplicada o vómito con sangre, heces negras, que podrían indicar insuficiencia cardíaca, embolismo o exceso de anticoagulación. Además, signos tempranos de estenosis o regurgitación de la válvula artificial, como fatiga persistente o mareos, también requieren evaluación rápida.
¿Qué precauciones deben tomar los pacientes con válvula artificial durante vuelos largos o ejercicio intenso?Para vuelos largos, se recomienda movilizar las extremidades cada hora, usar medias de compresión y seguir las indicaciones médicas respecto a anticoagulantes para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda. Para ejercicios intensos como baloncesto o lucha, que pueden dañar el tórax, se sugieren actividades de bajo impacto como natación o caminatas rápidas. Antes de cualquier actividad, consultar con un cardiólogo para evaluar riesgos.
¿Cuánto dura aproximadamente la vida útil de una válvula biológica? ¿Es necesario realizar otra cirugía?La válvula biológica suele durar entre 10 y 15 años, dependiendo de la edad del paciente y la función cardíaca. Los niños o pacientes jóvenes pueden requerir una segunda cirugía debido a la calcificación de la válvula, mientras que en pacientes mayores puede durar toda la vida. Los médicos realizan ecocardiogramas periódicos para anticipar la necesidad de una nueva intervención.