La vacuna contra la poliomielitis (vacuna contra la poliovirus) es un inmunógeno utilizado para prevenir la infección por el virus de la poliomielitis. Esta vacuna induce una respuesta inmunitaria activa, haciendo que el cuerpo produzca anticuerpos para bloquear la invasión del virus en el sistema nervioso, evitando así consecuencias graves como atrofia muscular, parálisis e incluso insuficiencia respiratoria.
Es reconocido globalmente como una medida clave para erradicar la poliomielitis. La Organización Mundial de la Salud recomienda que todos los niños reciban la vacuna, especialmente en áreas epidémicas o en grupos de alto riesgo, siguiendo estrictamente los programas nacionales de inmunización.
Actualmente, existen dos tipos principales: la vacuna inactivada (VIP) y la vacuna oral atenuada (OPV). La VIP requiere inyección, mientras que la OPV se administra generalmente por vía oral. Ambas contienen virus inactivos o debilitados que estimulan el sistema inmunitario para producir anticuerpos.
Tras la vacunación, las células B del cuerpo reconocen los antígenos del virus y producen anticuerpos que neutralizan el virus. La formación de células de memoria permite que el sistema inmunitario responda rápidamente en futuros contactos con el virus, proporcionando protección a largo plazo. Este proceso ayuda a bloquear la transmisión del virus entre personas y a alcanzar la inmunidad de grupo.
Principalmente, se usa para prevenir la infección por el virus de la poliomielitis y sus complicaciones asociadas. Los destinatarios incluyen: vacunación rutinaria en niños de 0 a 6 años, refuerzos antes de viajes internacionales, y vacunación de emergencia en zonas de conflicto o epidemias.
Para contactos de pacientes con poliomielitis o personas con inmunodeficiencia, los médicos pueden ajustar el esquema de vacunación para fortalecer la protección. También es adecuada para casos que han sido infectados pero no han desarrollado inmunidad suficiente.
La vía de administración depende del tipo de vacuna: la VIP requiere inyección intramuscular, generalmente en el muslo o en las nalgas; la OPV se administra en forma de líquido oral. En Taiwán, actualmente se emplea una combinación de ambos tipos en el esquema de vacunación.
El esquema de vacunación básico consiste en 3 dosis (a los 2, 4 y 6 meses), con refuerzos a los 18 meses y antes de la escolarización. La dosis para adultos generalmente es de 0.5 ml en una sola inyección.
Esta vacuna ha ayudado a eliminar la poliomielitis en el 99% de los países en la década de 2010. Taiwán no ha reportado casos autóctonos desde 1995, lo que evidencia su efectividad.
Los efectos secundarios comunes incluyen enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la inyección, fiebre leve o fatiga, que generalmente desaparecen en 2-3 días. En casos muy raros, pueden presentarse reacciones alérgicas como dificultad para respirar o enrojecimiento de la piel, que requieren atención médica inmediata.
Los efectos adversos graves pero raros incluyen la poliomielitis derivada de la vacuna (VDPV), que ocurre principalmente en inmunodeficientes tras recibir la OPV. Por ello, las personas con inmunodeficiencia deben preferir la VIP para reducir el riesgo.
Las contraindicaciones incluyen alergia severa a los componentes de la vacuna, episodios agudos de enfermedades graves, o antecedentes de complicaciones neurológicas tras vacunación. Antes de administrar la vacuna, se debe informar al médico sobre alergias y estado de salud.
La administración de OPV durante el embarazo puede aumentar el riesgo para el feto, por lo que las mujeres embarazadas deben evitar la vacuna viva y preferir la vacunación después del parto.
Al administrar junto con vacunas contra el tétanos o la difteria, se debe separar la inyección en diferentes sitios. Tras la administración de inmunoglobulina, se recomienda esperar al menos 28 días antes de administrar OPV para evitar que los anticuerpos neutralicen la vacuna.
Pacientes en quimioterapia o con tratamiento con corticosteroides deben informar a su médico para evaluar la respuesta inmunitaria. Los pacientes con VIH pueden requerir dosis adicionales para asegurar una protección adecuada.
Los ensayos clínicos muestran que un esquema completo de vacunación ofrece una protección del 99%. Desde 1988, el número de casos de poliomielitis en todo el mundo ha disminuido de 350,000 a menos de unos pocos en 2023, confirmando su beneficio en salud pública.
Estudios a largo plazo indican que incluso tras la exposición al virus, más del 95% de los vacunados pueden bloquear la infección. Los anticuerpos generados por la vacuna también se transmiten a los bebés a través de la leche materna, proporcionando una protección adicional.
Para quienes tienen alergia severa a los componentes de la vacuna, se puede considerar retrasar la vacunación y realizar un monitoreo estricto. En inmunodeficientes que no pueden recibir OPV, se debe optar por la VIP para garantizar la seguridad.
En caso de escasez de vacunas, se puede usar temporalmente una vacuna monovalente en lugar de la vacuna combinada, asegurando posteriormente completar las dosis necesarias para mantener la protección.
La aparición de enrojecimiento o dolor leve en el sitio de la inyección es una reacción común. Se puede aliviar con compresas frías y observar durante 1-2 días. Si el enrojecimiento supera los 5 cm, la fiebre dura más de 48 horas, o aparecen síntomas como dificultad para respirar, se debe consultar a un médico de inmediato. Se recomienda evitar rascar el sitio de la inyección durante las primeras 24 horas y mantenerlo limpio para prevenir infecciones.
¿Se puede administrar la vacuna contra la poliomielitis junto con otras vacunas pediátricas?Según las directrices de las autoridades sanitarias, la vacuna contra la poliomielitis puede administrarse junto con vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, pero se deben usar sitios de inyección diferentes para facilitar el seguimiento de reacciones. Si el bebé presenta enfermedades agudas o inmunodeficiencia, el médico puede recomendar retrasar o ajustar el calendario de vacunación, siguiendo siempre las indicaciones profesionales.
¿Cuánto tiempo dura la protección después de completar la vacunación básica? ¿Es necesario un refuerzo?La memoria inmunitaria de las vacunas orales (OPV) y las inyectadas (IPV) puede durar varios años, pero algunos países recomiendan un refuerzo en la adolescencia o adultez para mantener la inmunidad de grupo. La frecuencia específica debe evaluarse según la epidemiología local y el historial de viajes. Se recomienda consultar regularmente con el médico de familia.
¿Los niños en quimioterapia pueden recibir la vacuna contra la poliomielitis?Los inmunodeprimidos, como los niños en quimioterapia, generalmente deben recibir la VIP en lugar de la OPV, ya que la VIP no contiene virus vivos y es más segura. Sin embargo, la decisión debe ser evaluada por el médico tratante, considerando la eficacia del tratamiento y el estado inmunológico. Tras la vacunación, se debe monitorear de cerca cualquier cambio en la inmunosupresión.
¿Existe un alto riesgo de infección por poliomielitis después de la vacunación?Tras completar el esquema de vacunación, la protección contra la poliomielitis paralítica supera el 90%. Los casos de infección breakthrough son muy raros y generalmente relacionados con mutaciones en las cepas vacunales o respuestas inmunitarias individuales deficientes. Es importante mantener una buena higiene personal, evitar el contacto con casos sospechosos y reportar síntomas anómalos a los sistemas de vigilancia epidemiológica.