Polio

Resumen del tratamiento

La poliomielitis (poliomielitis) es una enfermedad infecciosa aguda causada por el virus de la poliomielitis, que afecta principalmente al sistema nervioso y puede provocar atrofia muscular permanente y parálisis. La medicina moderna se basa en la idea de que "la prevención es más importante que el tratamiento", confiando principalmente en la vacunación para bloquear la transmisión. Los objetivos del tratamiento incluyen prevenir la propagación del virus, aliviar los síntomas y prevenir secuelas a largo plazo.

La vacunación es la medida preventiva clave, mientras que el tratamiento en la fase aguda se centra en cuidados de soporte, incluyendo soporte respiratorio, manejo del dolor y fisioterapia. Actualmente, no existen medicamentos antivirales específicos, por lo que el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.

Tipos y mecanismos de tratamiento

El tratamiento principal se divide en "vacunación" y "tratamiento sintomático". Las vacunas (como la vacuna oral contra la poliomielitis OPV y la vacuna inactivada IPV) estimulan el sistema inmunológico para producir anticuerpos, formando una barrera de inmunidad colectiva. La vacuna inactivada requiere inyección, siendo más segura; la oral puede inducir una respuesta inmunitaria en el intestino.

El tratamiento en la fase aguda incluye mantener el equilibrio electrolítico con líquidos, usar ventilación mecánica para apoyar la función de los músculos respiratorios y fisioterapia para prevenir la rigidez articular. Los medicamentos antivirales actualmente son solo experimentales y aún no están ampliamente disponibles.

Indicaciones

La vacunación está indicada para todos los niños y adultos no infectados y sin contraindicaciones, especialmente en áreas de brote o antes de viajes internacionales. El tratamiento en la fase aguda es para pacientes diagnosticados, abordando síntomas como fiebre, dolor muscular y dificultad respiratoria. La rehabilitación a largo plazo, incluyendo órtesis, cirugías correctivas y entrenamiento de rehabilitación, se dirige a las secuelas de parálisis. Las dosis de refuerzo de la vacuna también son apropiadas para grupos con inmunidad comprometida.

Modo de uso y dosis

La vacuna oral (OPV) debe colocarse debajo de la lengua para su absorción, dirigida a niños mayores de 2 meses, con un esquema de 4 dosis. La vacuna inactivada (IPV) se administra por inyección intramuscular, generalmente combinada con otras vacunas pediátricas. La dosis se ajusta según la edad, según lo determine el médico.

El tratamiento en la fase aguda se ajusta según la gravedad de los síntomas: para fiebre, se usa paracetamol; en casos de insuficiencia respiratoria, se requiere ventilación inmediata. La fisioterapia varía desde diaria hasta semanal, y debe planificarse con un fisioterapeuta profesional.

Beneficios y ventajas

  • La vacunación ha reducido los casos globales en un 99%, y Taiwán ha alcanzado la erradicación desde 1997.
  • OPV induce inmunidad en el intestino, bloqueando la diseminación del virus.
  • IPV es muy segura y adecuada para pacientes inmunodeprimidos.

El tratamiento de soporte puede reducir efectivamente la mortalidad, y la fisioterapia ayuda a recuperar la función muscular. Tras la formación de inmunidad colectiva, los costos de salud pública disminuyen significativamente.

Riesgos y efectos secundarios

El OPV tiene un riesgo muy bajo (aproximadamente 2-4 casos por millón de dosis) de causar virus derivado de la vacuna, mientras que IPV puede causar enrojecimiento o fiebre en el sitio de inyección. Los riesgos en la fase aguda incluyen neumonía por uso de ventiladores y la posible supresión de síntomas por uso excesivo de analgésicos.

Los efectos secundarios graves incluyen: parálisis aguda por la vacuna (VAPP), shock anafiláctico y daño neurológico a largo plazo. Se recomienda monitorear cuidadosamente las reacciones dentro de las 72 horas posteriores a la vacunación.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen alergia a componentes de la vacuna, fiebre superior a 38.5°C, inmunodeficiencia (como en pacientes con VIH/SIDA, en cuyo caso se prefiere IPV). Se debe evitar el contacto con personas inmunodeprimidas durante las 48 horas posteriores a la vacunación.

Las mujeres embarazadas generalmente deben evitar OPV, pero pueden recibir IPV durante la lactancia. Durante la fase aguda, se deben evitar corticosteroides, ya que pueden agravar el daño neurológico.

Interacciones con otros tratamientos

La vacunación oral y la vacuna contra el rotavirus deben administrarse con al menos 2 semanas de diferencia para evitar interferencias en la respuesta inmunitaria. El uso concomitante de inmunosupresores (como corticosteroides) puede reducir la eficacia de la vacuna.

La fisioterapia debe evitarse junto con medicamentos bloqueadores nerviosos, ya que pueden afectar la evaluación de movimiento. La administración de antibióticos para complicaciones bacterianas debe coordinarse con el momento de la vacunación.

Eficacia y evidencia

Los casos de poliomielitis en todo el mundo han disminuido de 160,000 en 1988 a unos pocos en 2023, demostrando la alta eficacia de la vacuna. Datos de la OMS muestran que quienes completan las 4 dosis tienen una protección del 99.9%.

El tratamiento de soporte ha reducido la tasa de mortalidad del 25% en el pasado a solo 1-2% en la actualidad. Las revisiones sistemáticas indican que la fisioterapia temprana puede recuperar del 60% al 80% de la función motora.

Alternativas

Para quienes son alérgicos a los componentes de la vacuna, se puede usar IPV en lugar de OPV. El tratamiento en la fase aguda puede complementarse con neuroprotectores (como metilprednisolona), aunque se deben considerar los riesgos. Los no vacunados deben reforzar la higiene y realizar seguimiento de contactos.

Las terapias de rehabilitación alternativas incluyen hidroterapia y electroestimulación, que complementan la fisioterapia tradicional. La administración de inmunoglobulina en contactos puede usarse para prevención de emergencia.

 

Preguntas frecuentes

¿Por qué algunas personas tienen fiebre ligera o fatiga después de vacunarse contra la poliomielitis?

La fiebre leve o fatiga después de la vacunación son respuestas normales del sistema inmunológico a los componentes de la vacuna. Estos síntomas generalmente desaparecen en 24 a 48 horas. Si la fiebre supera los 38.5°C o los síntomas empeoran, se debe consultar a un profesional médico para una evaluación adicional.

¿Cómo evitar lesiones musculares o daños en las articulaciones durante la fisioterapia en pacientes con secuelas de poliomielitis?

El fisioterapeuta diseñará un plan de entrenamiento individualizado basado en la fuerza muscular y la movilidad articular del paciente, comenzando con ejercicios de calentamiento de baja intensidad y aumentando progresivamente la carga. Es importante seguir estrictamente las indicaciones médicas, evitar esfuerzos excesivos o mantener posturas prolongadas, y realizar revisiones periódicas mediante imágenes para monitorear cambios estructurales óseos.

¿Qué medidas temporales deben tomar los niños no vacunados en áreas de brote de poliomielitis?

Los niños no vacunados deben evitar las áreas de brote y recibir inmunoglobulina en las primeras 48 horas tras el contacto con posibles infectados para protección a corto plazo. Durante este período, se recomienda reforzar la higiene de manos, evitar tocar la boca y la nariz después de usar instalaciones públicas, y completar rápidamente el esquema de vacunación.

¿Qué precauciones deben tener los pacientes en su vida diaria tras la recuperación de poliomielitis?

Se debe asegurar que el entorno doméstico sea accesible, instalando suelos antideslizantes y barandillas. Las actividades diarias deben evitar mantener la misma postura por mucho tiempo; se recomienda realizar ejercicios de articulaciones durante 5-10 minutos cada hora y consultar periódicamente a un fisioterapeuta sobre el uso de ayudas técnicas.

¿Por qué, en algunas regiones, se sigue vacunando contra la poliomielitis a pesar de su erradicación local?

La infección natural puede causar daño neurológico irreversible en el 5% a 10% de los casos, mientras que la vacunación induce una protección inmunitaria equivalente sin causar la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud recomienda continuar con la vacunación al menos 10 años después de la erradicación global para evitar rebrotes por inmunidad insuficiente.