Peritoneal dialysis

Resumen del tratamiento

La diálisis peritoneal es una terapia de reemplazo renal que utiliza la membrana peritoneal del propio paciente como membrana semipermeable, principalmente para pacientes en etapa terminal de insuficiencia renal. Este método implica la infusión cíclica de líquido de diálisis en la cavidad abdominal, usando la difusión y la ósmosis para eliminar desechos, exceso de agua y regular el equilibrio electrolítico, simulando la función de filtración de un riñón saludable.

En comparación con la diálisis sanguínea, la diálisis peritoneal ofrece la conveniencia de realizarse en casa, permitiendo a los pacientes tratarse en su vida diaria. Es adecuada para personas con movilidad reducida o que necesitan flexibilidad en los horarios de tratamiento. Este método puede operarse las 24 horas, reduciendo las fluctuaciones en la acumulación de desechos y, para algunos pacientes, mejorando el control de la presión arterial y el estado nutricional.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La diálisis peritoneal se divide principalmente en Diálisis Peritoneal Continua Ambulatoria (CAPD) y Diálisis Peritoneal Automatizada (APD). La CAPD requiere que el paciente cambie manualmente el líquido de diálisis 4-5 veces al día, mientras que la APD utiliza una máquina para realizar cambios automáticos durante la noche. El glucógeno en el líquido de diálisis genera una presión osmótica que atrae agua y desechos como la urea a través de la peritoneal para ser eliminados.

La red de capilares en la membrana peritoneal desempeña un papel clave, ya que su permeabilidad selectiva permite filtrar moléculas de desecho medianas, mientras retiene proteínas plasmáticas y otras sustancias importantes. Durante el ciclo de tratamiento, el tiempo de permanencia del líquido en la cavidad abdominal (tiempo de retención) y la concentración del líquido se ajustan según las necesidades metabólicas del paciente, permitiendo una personalización del tratamiento.

Indicaciones

Principalmente indicada para pacientes con insuficiencia renal crónica en estadio IV a V, cuando la tasa de filtración glomerular es inferior a 15 ml/min y hay acidosis metabólica severa. También puede considerarse en casos de daño renal agudo cuando otros tratamientos no son viables.

Incluye pacientes con contraindicación a la anticoagulación para diálisis sanguínea, dificultades en el acceso vascular o formación recurrente de aneurismas. Además, algunos pacientes con nefropatía diabética, debido a un mejor control glucémico, pueden preferir esta terapia para reducir la carga cardiovascular.

Modo de uso y dosis

El proceso incluye la inserción de un catéter mediante cirugía, tras lo cual se infunde líquido de diálisis prellenado en la cavidad abdominal a diario. La cantidad de cada infusión suele ser de 1.5 a 3 litros, ajustando el tiempo de retención según el objetivo del tratamiento, alternando entre intercambios cortos (4-6 horas) y largos (8-10 horas).

La frecuencia semanal generalmente es de 3-4 veces al día, pudiendo aumentar en fin de semana con una diálisis de mayor volumen para eliminar más agua. La concentración de glucosa en el líquido varía entre 1.5% y 4.25%, ajustándose según la deshidratación y el estado metabólico del paciente, siguiendo estrictamente las indicaciones médicas para evitar sobrecarga de líquidos.

Beneficios y ventajas

  • Mejora de la calidad de vida: puede realizarse en casa sin necesidad de desplazarse frecuentemente a centros médicos
  • Estabilidad metabólica: tratamiento continuo que reduce las fluctuaciones en los síntomas de uremia
  • Protección de la función renal residual: baja tasa de flujo que reduce el riesgo de daño a los túbulos renales

En comparación con la diálisis sanguínea, la diálisis peritoneal tiene menor impacto en la hemodinámica, siendo adecuada para pacientes con alto riesgo de insuficiencia cardíaca. Estudios a largo plazo muestran que ayuda a mantener mejor los niveles de albúmina sérica y el estado nutricional.

Riesgos y efectos secundarios

La complicación más frecuente es la peritonitis, con una incidencia de aproximadamente 0.5-1.5 episodios por año, que puede conducir a la falla de la función peritoneal. Otros riesgos incluyen desplazamiento del catéter, obstrucción intestinal y retención de líquido en la cavidad abdominal. La práctica prolongada puede causar síndrome de desgaste proteico-energético, por lo que es necesario un soporte nutricional adecuado.

Complicaciones graves incluyen:

  • Esclerosis de la membrana peritoneal: disminución de la tasa de eliminación por estímulos repetidos
  • Peritonitis con sepsis: requiere atención médica inmediata y uso de antibióticos
  • Acidosis metabólica: potencialmente inducida por diálisis incompleta

Precauciones y contraindicaciones

Contraindicaciones incluyen daño a la membrana peritoneal (como hernias no reparadas), infecciones severas en la cavidad abdominal, cirugía abdominal reciente sin recuperación y peritoneal esclerosante. Antes de la realización, se debe evaluar si la estructura abdominal es adecuada para la colocación del catéter.

Aspectos a tener en cuenta durante la ejecución:

  • Realizar técnicas asépticas estrictas en cada procedimiento
  • Monitorear regularmente los índices de función peritoneal (PFR) y la función renal residual
  • Evitar levantar objetos pesados o realizar movimientos bruscos que puedan desplazar el catéter

Interacciones con otros tratamientos

Al combinarse con medicamentos orales, es necesario ajustar las dosis, ya que el líquido de diálisis puede afectar la absorción de fármacos (como hierro y vitamina D). Al usar diuréticos, se debe calcular la cantidad total de agua eliminada para evitar desequilibrios de líquidos.

En caso de alternar con diálisis sanguínea, se debe evaluar si la función peritoneal permite periodos de suspensión. Los pacientes en terapia inmunosupresora deben reforzar las medidas de protección contra infecciones, ya que los medicamentos pueden aumentar el riesgo de peritonitis.

Resultados y evidencia clínica

Estudios multicéntricos muestran que la diálisis peritoneal regular puede lograr una tasa de supervivencia superior al 90% a un año, además de retrasar la progresión de alteraciones cardiovasculares y metabólicas. Comparada con la diálisis sanguínea, tiene mejor control de los fosfatos, aunque puede aumentar la incidencia de hiperglucemia debido al contenido de glucosa en el líquido de diálisis.

Los datos a largo plazo indican que los pacientes con buena adherencia pueden mantener la función peritoneal durante un promedio de 5-7 años. Los programas educativos proporcionados por gestores de casos pueden reducir las complicaciones y mejorar el éxito del tratamiento.

Alternativas

Las principales alternativas incluyen la diálisis sanguínea (que requiere acudir a un centro 3 veces por semana) y el trasplante renal (que requiere compatibilidad tisular). La diálisis sanguínea es más efectiva en la eliminación de moléculas medianas, pero puede aumentar la carga cardiovascular.

En casos de insuficiencia renal aguda, se puede considerar la terapia de reemplazo renal continua (CRRT), y en pacientes con pérdida de función peritoneal, cambiar a diálisis sanguínea. La elección depende del estado general de salud y el estilo de vida del paciente.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparativos son necesarios antes de comenzar la diálisis peritoneal?

Antes de iniciar, el paciente debe someterse a una cirugía para la colocación del catéter, realizar pruebas de infección y recibir educación sanitaria. El equipo médico enseñará cómo limpiar el sitio de salida del catéter, cambiar los apósitos y realizar el lavado, además de verificar que las condiciones del entorno sean higiénicas.

¿Cómo prevenir la peritonitis durante la diálisis peritoneal?

La peritonitis es una complicación común, y su prevención clave es seguir estrictamente las técnicas asépticas. Antes de cada lavado, lavar las manos con jabón antimicrobiano, usar desinfectantes específicos para limpiar el sitio del catéter y evitar que la punción entre en contacto con agua (cubrir adecuadamente durante el baño). El equipo médico proporcionará instrucciones detalladas de control de infecciones en las revisiones periódicas.

¿Qué restricciones dietéticas deben seguir los pacientes en diálisis peritoneal?

Se deben limitar alimentos ricos en potasio (como plátanos, aguacate, hongos), fósforo (como vísceras, quesos procesados) y sal en exceso. Se recomienda aumentar las fuentes de proteínas de alta calidad (como pescado y pollo sin piel), y ajustar la ingesta de líquidos según las indicaciones médicas. El nutricionista elaborará un plan dietético personalizado basado en los análisis de sangre.

¿Es posible realizar ejercicio ligero durante la diálisis peritoneal?

Se puede realizar caminatas, yoga y otros ejercicios suaves, pero se deben evitar movimientos que golpeen o presionen directamente el abdomen (como deportes de contacto). Después del ejercicio, es importante cambiar el líquido de diálisis y verificar la posición del catéter para prevenir infecciones por cambios en la postura. Las actividades específicas deben discutirse con el equipo médico.

¿Cuál es la tasa de supervivencia a cinco años en pacientes en diálisis peritoneal a largo plazo?

Según estadísticas clínicas, la tasa de supervivencia a cinco años en pacientes que siguen regularmente la diálisis peritoneal es aproximadamente del 60-70%, dependiendo del estado de salud basal y la adherencia al tratamiento. El seguimiento regular de la función renal, electrolitos y glucemia puede retrasar las complicaciones, por lo que se recomienda una evaluación integral cada 3-6 meses.