Oxygen therapy

Resumen del tratamiento

La terapia de oxígeno es una técnica médica que consiste en suministrar oxígeno externo al cuerpo para mejorar el estado de hipoxia tisular. Se utiliza principalmente para aliviar la hipoxia en los tejidos. Cuando los pacientes presentan niveles bajos de oxígeno en la sangre debido a enfermedades o lesiones, la administración de oxígeno a través de diferentes dispositivos puede aumentar eficazmente la presión parcial de oxígeno arterial (PaO₂) y la saturación de oxígeno en sangre (SpO₂). Este tratamiento es común en emergencias, unidades de cuidados intensivos y en el manejo a largo plazo de enfermedades respiratorias crónicas, ayudando a aliviar síntomas como dificultad respiratoria y pérdida de conciencia, además de reducir el riesgo de fallo orgánico.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La terapia de oxígeno se clasifica en cuatro tipos principales según la modalidad de administración:

  • Oxígeno por sonda nasal: entrega de oxígeno a 5-12 litros por minuto a través de una sonda nasal, adecuado para pacientes con hipoxia leve.
  • Oxígeno con mascarilla: uso de mascarillas de re-inhalación parcial (como mascarillas Venturi) para ajustar la concentración de oxígeno, indicado en casos de hipoxia moderada.
  • Terapia con cánula nasal de alto flujo (HFNC): mezcla de aire y oxígeno a 30-60 litros por minuto a alta velocidad, que reduce la carga de trabajo respiratorio.
  • Presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP): en el tratamiento de la apnea del sueño, combina oxígeno con soporte de presión.
El mecanismo de acción consiste en aumentar la presión de oxígeno en los alvéolos pulmonares, facilitando la difusión gaseosa para incrementar la oxigenación disuelta en la sangre y promover el metabolismo aeróbico en las células tisulares.

Indicaciones

Este tratamiento es principalmente indicado en las siguientes condiciones:

  • Exacerbaciones agudas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) con hipoxemia.
  • Insuficiencia cardíaca que causa edema pulmonar o hipoxia periférica.
  • Lesiones cerebrales traumáticas o intoxicación por monóxido de carbono con hipoxia cerebral.
  • Síndrome de dificultad respiratoria neonatal y pulmonía en prematuros.
En emergencias, también se utiliza en reanimación cardiopulmonar o en casos de síndrome de ascenso agudo en altitudes elevadas.

Modo de uso y dosis

La concentración de oxígeno debe ajustarse según los resultados de análisis de gases en sangre, con un objetivo general de mantener la saturación de oxígeno en sangre entre 90% y 95%. La administración de oxígeno a altas concentraciones (>60%) generalmente se limita en duración para evitar la toxicidad por oxígeno, mientras que los pacientes crónicos pueden requerir oxígeno a bajo flujo durante 24 horas (1-2 litros por minuto). El equipo médico ajustará la dosis según los valores de gases arteriales (como PaO₂<55 mmHg) o SpO₂<90%. El uso domiciliario de oxígeno requiere seguir estrictamente las indicaciones médicas y no ajustar la concentración por cuenta propia.

Beneficios y ventajas

Los principales beneficios incluyen:

  • Incremento rápido de los niveles de oxígeno en sangre, mejorando la función de órganos clave como el cerebro y el corazón.
  • Reducción del esfuerzo respiratorio, disminuyendo el consumo de oxígeno.
  • En prematuros, favorece la síntesis de surfactante pulmonar.
En comparación con los métodos tradicionales, la HFNC reduce la sequedad nasal y la irritación de las mucosas, y el CPAP puede mejorar las fluctuaciones de oxigenación durante el sueño en casos de apnea del sueño.

Riesgos y efectos secundarios

La administración excesiva de oxígeno puede inducir toxicidad, causando fibrosis pulmonar o retinopatía (especialmente en prematuros). Otros riesgos potenciales incluyen:

  • Acumulación de dióxido de carbono: en pacientes con EPOC, puede empeorar debido a la disminución del estímulo respiratorio.
  • Sequedad de las mucosas respiratorias, que puede provocar hemorragias nasales o faríngeas.
  • El uso prolongado puede aumentar el riesgo de atelectasia pulmonar.
Es importante monitorizar estrechamente los cambios en los gases en sangre para evitar complicaciones.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen:

  • Pacientes con neumotórax a tensión no drenado; el uso de oxígeno a alto flujo puede agravar la condición.
  • Algunos pacientes con insuficiencia cardíaca requieren limitar la concentración de oxígeno para mantener la ventilación de compensación.
Se prohíbe estrictamente el uso de fuego abierto o materiales inflamables en ambientes con oxígeno para prevenir riesgos de explosión. Los dispositivos deben limpiarse regularmente para evitar infecciones respiratorias.

Interacciones con otros tratamientos

Al combinarse con broncodilatadores o corticosteroides, es necesario ajustar la concentración de oxígeno para evitar la acumulación de dióxido de carbono. El uso de presión positiva en las vías respiratorias (CPAP) puede interactuar con anticoagulantes, por lo que se debe monitorizar la coagulación. En neonatos, la administración de oxígeno a altas concentraciones debe coordinarse con el tratamiento con surfactante pulmonar.

Eficacia y evidencia

Estudios multicéntricos muestran que la oxigenoterapia a largo plazo (LTOT) en pacientes con EPOC puede aumentar la supervivencia a 3 años hasta más del 80%. En unidades de cuidados intensivos neonatales, el uso de oxígeno ha reducido la mortalidad por síndrome de dificultad respiratoria en prematuros del 50% en el siglo pasado al 5-10% actual. En emergencias, las estrategias dirigidas a objetivos de oxigenación han reducido complicaciones en pacientes con infarto de miocardio.

Alternativas

Cuando la terapia de oxígeno no es adecuada, se pueden considerar:

  • Ventilación no invasiva con doble nivel de presión (BiPAP) para mejorar la ventilación.
  • Inhalación de óxido nítrico para tratar hipertensión pulmonar.
  • Uso de eritropoyetina (EPO) para mejorar la perfusión tisular.
Estas alternativas deben seleccionarse según la condición específica del paciente y no reemplazan simplemente la terapia de oxígeno necesaria.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparativos debe realizar el paciente antes de comenzar la terapia de oxígeno para garantizar la seguridad y eficacia?

Antes de iniciar la terapia de oxígeno, el paciente debe asegurarse de que las vías respiratorias estén limpias y despejadas, y evitar el uso de materiales inflamables en el entorno de tratamiento. El personal médico ajustará la concentración de oxígeno según las señales vitales del paciente. Es importante que el paciente mantenga una posición reclinada o semi-reclinada y comunique cualquier incomodidad para garantizar la seguridad y efectividad del tratamiento.

¿Qué hacer si durante la terapia de oxígeno el paciente experimenta sequedad en la nariz o las vías respiratorias?

La sequedad es un efecto secundario común y puede aliviarse usando humidificadores o solución salina para la garganta. Si los síntomas son severos, se debe informar inmediatamente al personal médico para ajustar el flujo de oxígeno o agregar un humidificador, sin modificar los dispositivos por cuenta propia.

¿Es posible realizar actividades diarias como leer o comer durante la terapia de oxígeno?

La terapia de oxígeno a bajo flujo generalmente permite actividades leves, pero se debe evitar mover demasiado los tubos para prevenir caídas. Al comer, se debe tener cuidado para evitar que los líquidos regresen a las vías respiratorias. Además, durante el tratamiento, está prohibido fumar o acercarse a fuentes de fuego para prevenir riesgos de incendio en ambientes con oxígeno.

¿Qué seguimiento o cuidado debe realizarse después de finalizar la terapia de oxígeno?

Después del tratamiento, se recomienda realizar controles periódicos para monitorear la saturación de oxígeno y la función pulmonar, además de registrar cambios en los síntomas diarios. Si se presenta dificultad respiratoria aumentada o cianosis, se debe acudir de inmediato a un centro médico. El equipo médico ajustará el plan de tratamiento según la recuperación.

¿Cómo puede un paciente saber si la terapia de oxígeno está siendo efectiva?

La efectividad se evalúa mediante análisis de gases en sangre, monitoreo de la saturación de oxígeno y la mejoría de los síntomas. El objetivo general es elevar la saturación de oxígeno por encima del 90%, aunque los estándares específicos varían según la enfermedad (como EPOC o insuficiencia cardíaca). Es importante consultar regularmente con el médico para verificar los avances.