Orchiopexy

Resumen del tratamiento

La orquidopexia es una cirugía que corrige la criptorquidia congénita, utilizada principalmente para mover los testículos no descendidos al escroto en su posición correcta. Este procedimiento puede reducir eficazmente los riesgos de cáncer, deterioro de la fertilidad y efectos psicológicos asociados con la ectopia testicular. Generalmente se recomienda realizarla en la infancia temprana (de 6 a 12 meses) para garantizar el desarrollo adecuado del tejido testicular en una temperatura normal.

El objetivo de la cirugía es mejorar el suministro sanguíneo y la posición del testículo, colocándolo en un ambiente de temperatura adecuada en el escroto, reduciendo las anomalías en la producción de esperma causadas por altas temperaturas. Este tratamiento también es aplicable a adolescentes o adultos con retracción testicular debido a traumatismos o causas patológicas, y debe ser evaluado por un urólogo o cirujano pediátrico antes de realizarse.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La orquidopexia se divide principalmente en cirugía abierta y cirugía laparoscópica. La cirugía abierta requiere una pequeña incisión en la ingle o el escroto para localizar y fijar directamente el testículo; la versión laparoscópica utiliza tecnología de endoscopía, lo que reduce el daño tisular y acorta el tiempo de recuperación.

El mecanismo quirúrgico incluye tres pasos: primero, cortar los ligamentos que limitan el movimiento del testículo; segundo, colocar el testículo en la posición adecuada dentro del escroto; y tercero, suturar y fijar para evitar que vuelva a retraerse. Este proceso mejora el flujo sanguíneo del testículo y lo sitúa en una temperatura óptima, promoviendo su función fisiológica normal.

Indicaciones

Las principales indicaciones incluyen criptorquidia congénita unilateral o bilateral, con una edad quirúrgica generalmente entre 6 y 18 meses. Si no se trata antes de los 2 años, el tejido testicular puede sufrir daños irreversibles, aunque aún se recomienda la cirugía para reducir riesgos para la salud.

Otras situaciones incluyen criptorquidia intraabdominal, casos resistentes a la terapia hormonal, y retracción testicular temporal causada por traumatismos o inflamaciones. La decisión de tratamiento debe basarse en la confirmación mediante ultrasonido o examen físico del estado del testículo.

Modo de uso y dosis

Este procedimiento requiere anestesia general, con una estancia hospitalaria de aproximadamente 1 a 3 días. La duración de la cirugía depende de la complejidad, aproximadamente 1-2 horas para un lado y 2-3 horas para ambos. Después de la operación, se recomienda usar un vendaje compresivo para reducir la hinchazón y realizar seguimiento regular del estado y función del testículo.

No hay dosis de medicamentos, pero se requiere el uso de antibióticos para prevenir infecciones. El cuidado postoperatorio incluye evitar actividades intensas durante 4-6 semanas, y realizar análisis de semen y ultrasonidos periódicos para asegurar la recuperación normal de la función testicular.

Beneficios y ventajas

  • Reducción significativa del riesgo de cáncer testicular (aproximadamente 30-50%)
  • Mejora de la fertilidad, con estudios que muestran un aumento del 60-70% en la calidad del esperma tras la cirugía
  • Reducción de problemas psicológicos en la pubertad y mantenimiento del desarrollo sexual normal

La versión laparoscópica presenta menores heridas y un período de recuperación más rápido en comparación con la cirugía tradicional, con cicatrices menos visibles. Seguimientos a largo plazo muestran que más del 90% de los pacientes logran una corrección anatómica adecuada.

Riesgos y efectos secundarios

Los riesgos a corto plazo comunes incluyen hematomas locales (aproximadamente 5-10%), infecciones (0.5-2%) y complicaciones anestésicas. En casos muy raros, puede ocurrir atrofia testicular o insuficiencia de suministro sanguíneo, requiriendo una cirugía adicional para corrección.

Las complicaciones graves incluyen daño vascular que conduce a necrosis testicular, trombosis en el escroto, con una incidencia inferior al 1%, pero que requiere atención urgente. Se recomienda una vigilancia estrecha ante síntomas como fiebre, sangrado persistente o dolor testicular.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen infecciones agudas, trastornos de la coagulación o alergia a la anestesia general. Antes de la cirugía, se debe verificar la viabilidad del testículo; si el tejido está fibrosado, puede que no sea recomendable realizar la operación.

Después de la cirugía, se debe evitar levantar objetos pesados durante 3 semanas. Los niños deben retrasar actividades vigorosas por 2 a 4 semanas para evitar que se rompan los puntos. Pacientes con diabetes o inmunodeficiencias deben ajustar la dosis de antibióticos y la frecuencia de monitoreo.

Interacciones durante el tratamiento

Si el paciente está en tratamiento con anticoagulantes, deben suspenderse 7 días antes, como warfarina. La terapia hormonal (como la hormona coriónica humana) puede tener efectos sinérgicos, por lo que se recomienda suspenderla 4 semanas antes del procedimiento.

El orden de otros procedimientos abdominales debe planificarse con al menos 6 meses de diferencia para evitar adherencias que dificulten la cirugía. Los anestésicos pueden interactuar con medicamentos para enfermedades crónicas (como medicamentos cardíacos), por lo que la evaluación conjunta del anestesiólogo es esencial.

Eficacia y evidencia

Estudios grandes muestran que entre el 85-95% de los pacientes operados en 6 meses alcanzan una posición anatómica normal. Seguimientos a 20 años revelan que el riesgo de cáncer testicular tras la cirugía se reduce a niveles similares a los de la población general, aproximadamente 0.3-0.5%.

En cuanto a fertilidad, los análisis de semen postoperatorios muestran un aumento promedio del 40% en la cantidad y motilidad de los espermatozoides, y el funcionamiento testicular se mantiene hasta la edad adulta. Ensayos controlados aleatorios confirman que la tasa de complicaciones de la versión laparoscópica es un 30-40% menor que la de la cirugía tradicional.

Opciones alternativas

Para criptorquidia en los primeros 6 meses, puede intentarse el tratamiento con hormona coriónica humana, aunque la tasa de éxito es solo del 15-20%, y puede causar efectos secundarios cardíacos. En adultos con tejido atrofiado, puede ser necesario realizar una orquiectomía para prevenir el riesgo de cáncer.

La observación y espera solo es adecuada para casos en bebés con descenso inminente, pero las guías médicas recomiendan realizar la cirugía si no ha descendido después de los 12 meses para evitar complicaciones a largo plazo.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparativos se deben hacer antes de la cirugía?

Antes del procedimiento, se realiza un examen físico detallado y estudios de imagen (como ultrasonido) para confirmar la posición y el estado vascular del testículo. Los niños generalmente deben ayunar de 6 a 8 horas, y los adultos pueden necesitar suspender medicamentos anticoagulantes. El personal médico explicará el proceso quirúrgico y los riesgos de anestesia, y se firmará un consentimiento informado.

¿Qué molestias pueden presentarse después de la cirugía? ¿Cómo aliviarse?

Es normal experimentar hinchazón en el escroto, dolor leve o fiebre. El médico puede recetar analgésicos y recomendar el uso de ropa interior ajustada para soporte. Si la fiebre supera los 38.5°C, hay aumento en el sangrado o el dolor persiste o empeora, se debe acudir inmediatamente al médico.

¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse la actividad diaria?

Los adultos generalmente pueden volver a actividades ligeras en una semana, pero deben evitar levantar objetos pesados durante al menos 4 semanas. Los niños deben reducir actividades vigorosas por 2 a 4 semanas para evitar que se rompan los puntos. El médico ajustará el cronograma de recuperación según la evolución.

¿Es alta la tasa de éxito de la orquidopexia?

La tasa de éxito para la criptorquidia unilateral es aproximadamente del 90-95%, y para bilateral del 85-90%. Si el testículo no queda fijado en el escroto o vuelve a retraerse, puede ser necesaria una segunda intervención. El seguimiento periódico ayuda a detectar anomalías tempranas y asegurar un desarrollo normal del testículo.

¿Por qué es importante el seguimiento regular después de la cirugía?

El seguimiento permite monitorear la posición, tamaño y formación de bultos en el testículo, previniendo complicaciones como atrofia o malignidad. En niños, el seguimiento debe continuar hasta después de la pubertad, y en adultos, cada 6 a 12 meses para garantizar la efectividad del tratamiento y la salud reproductiva.