La diálisis sanguínea es una técnica de tratamiento renal artificial que, mediante la membrana semipermeable, filtra los desechos y el exceso de agua de la sangre, siendo principalmente utilizada como terapia sustitutiva en pacientes con insuficiencia renal. Este tratamiento puede simular la función de regulación metabólica del riñón, mantener el equilibrio electrolítico y prevenir la uremia que puede poner en peligro la vida. Los candidatos incluyen pacientes con enfermedad renal crónica en estadio 5 o aquellos con daño renal agudo que provoca desequilibrio en el entorno interno.
El proceso requiere supervisión de un equipo médico especializado, generalmente 2-3 veces por semana, cada sesión de 3-5 horas. Este método puede retardar y controlar las complicaciones de la insuficiencia renal terminal, pero debe complementarse con control dietético y medicación para obtener los mejores resultados.
La diálisis sanguínea se divide principalmente en diálisis convencional y diálisis en domicilio. La terapia convencional requiere el uso de una máquina de diálisis en una institución médica, donde la sangre del paciente se introduce en un dializador a través de un acceso vascular, usando la difusión a través de la membrana de diálisis y la solución de diálisis para eliminar desechos metabólicos como la urea y la creatinina. La porosidad de la membrana de diálisis está diseñada para filtrar moléculas según su tamaño, reteniendo proteínas necesarias y componentes celulares.
El mecanismo de tratamiento incluye los principios de difusión, convección y adsorción: la difusión elimina pequeñas moléculas de desecho, la convección elimina toxinas de tamaño medio mediante presión, y la adsorción utiliza la superficie de la membrana para captar sustancias en exceso. Este proceso en tres fases puede simular la filtración glomerular y la reabsorción tubular del riñón, aunque no puede reemplazar completamente las funciones endocrinas del riñón.
Indicaciones principales incluyen:
En casos especiales:
Generalmente se utiliza un acceso vascular central, incluyendo fístula arteriovenosa autógena o catéter central. Cada sesión requiere la administración de un anticoagulante (como heparina) en la vía sanguínea para prevenir obstrucciones, con dosis ajustadas según el peso (normalmente 0.5-1.5 UI/kg/h).
La duración y frecuencia de la diálisis varían según el paciente:
Los principales efectos incluyen:
Ventajas a largo plazo:
Los efectos adversos inmediatos comunes incluyen:
Riesgos a largo plazo:
Contraindicaciones absolutas incluyen tendencia a sangrado no controlada, shock severo o compresión del acceso vascular por aneurisma de la aorta. Contraindicaciones relativas son focos infecciosos no tratados o insuficiencia cardíaca o pulmonar grave.
Antes del tratamiento, se debe tener en cuenta:
Al combinarse con anticoagulantes (como warfarina), se requiere ajustar la dosis, ya que la diálisis puede reducir la concentración en sangre del anticoagulante. Al usar agentes de hierro o eritropoyetina, se debe considerar la tasa de eliminación por diálisis.
Interacciones con medicamentos cardiovasculares:
Estudios clínicos muestran que la diálisis regular puede aumentar la tasa de supervivencia a 5 años en pacientes con enfermedad renal terminal hasta un 30-50%. Los indicadores de suficiencia de diálisis (Kt/V > 1.2) pueden reducir en un 40% el riesgo de eventos cardiovasculares. La eliminación de nitrógeno ureico (URR) post-diálisis debe superar el 70% para garantizar la eficacia.
Los datos de seguimiento a largo plazo indican:
Las principales alternativas son la diálisis peritoneal, que utiliza el peritoneo como membrana semipermeable para realizar diálisis continua mediante un catéter de acceso, ofreciendo mayor flexibilidad en el hogar, aunque con mayor riesgo de infección. El trasplante renal es la única solución definitiva, pero requiere compatibilidad del donante y presenta riesgo de rechazo.
Situaciones especiales de elección:
Antes de realizar la diálisis sanguínea, el paciente debe seguir las indicaciones médicas para ajustar la dieta, evitar alimentos ricos en potasio y suspender medicamentos que puedan afectar la coagulación. Además, se debe asegurar que el acceso vascular (como la fístula) esté permeable y realizar controles de presión arterial, peso y análisis de sangre para evaluar los parámetros de la sesión. El personal de enfermería también verificará el funcionamiento de la máquina de diálisis para garantizar la seguridad del tratamiento.
¿Qué hacer si aparecen calambres musculares durante la diálisis?Los calambres pueden deberse a pérdida de líquidos o desequilibrio electrolítico. El paciente debe detener la diálisis y notificar al personal médico, quien ajustará la velocidad de diálisis o administrará líquidos y electrolitos de forma adecuada. En la rutina, realizar ejercicios regulares puede aumentar la elasticidad muscular y seguir recomendaciones dietéticas para prevenir recurrencias.
¿Se puede ajustar la hora de la comida durante la diálisis?El momento de comer en el día de diálisis debe coordinarse con el horario del tratamiento, generalmente se recomienda comer 2 horas antes de la sesión para evitar hipotensión durante la diálisis. Si se desea una merienda, debe ser de bajo potasio y bajo fósforo en pequeñas cantidades, y comunicarlo previamente al nefrólogo para ajustar el plan dietético.
¿Cómo pueden los pacientes en diálisis realizar ejercicio de forma segura?Se recomienda realizar ejercicios de baja intensidad como caminar o yoga, evitando actividades vigorosas que puedan dañar el acceso vascular. El ejercicio debe programarse aproximadamente 2 horas después de la diálisis y llevar identificación para responder en caso de hipotensión o mareo.
¿En qué situaciones es necesario ajustar la frecuencia o duración de la diálisis?Si el peso del paciente aumenta excesivamente, los niveles de nitrógeno ureico en sangre son anormales, o presenta síntomas como palpitaciones o dificultad para respirar, puede ser necesario modificar la frecuencia o la duración de las sesiones. El médico reevaluará la adecuación del plan de diálisis según los resultados de los análisis y el estado general de salud.