Anal fistula surgery

Resumen del tratamiento

La cirugía de fistula anal es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar la enfermedad de fistula anal, dirigido principalmente a eliminar la fistula infecciosa entre el ano y la fistula anal. Su objetivo principal es eliminar completamente el tejido infectado, cortar el canal fistuloso y promover la regeneración de tejido sano para evitar inflamaciones recurrentes o la formación de úlceras crónicas. La cirugía generalmente se recomienda para pacientes en quienes los tratamientos farmacológicos han fallado o donde la fistula ha desarrollado una estructura de fibrosis, reduciendo eficazmente los riesgos de complicaciones y mejorando la calidad de vida del paciente.

La realización de la procedimiento requiere una evaluación individual basada en la trayectoria de la fistula y la estructura anal del paciente. Los tipos comunes incluyen la cirugía de incisión abierta, la oclusión de la fistula, entre otros. Después de la operación, es necesario un cuidado de limpieza y seguimiento regular para asegurar la cicatrización completa de la fistula.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La cirugía de fistula anal se divide en tres categorías principales: 1) Fistulotomía: corte directo de la fistula y eliminación del tejido infectado, permitiendo que la herida cicatrice en abierto; 2) Oclusión de la fistula: uso de materiales biológicos o tejido autógeno para rellenar la fistula y promover el crecimiento de tejido de granulación; 3) Preservación del esfínter: diseñada para fistulas altas, evitando dañar el esfínter anal para mantener la función de control de esfínteres.

El mecanismo de la cirugía consiste en destruir la fuente de infección y crear un ambiente de cicatrización saludable. Por ejemplo, la fistulotomía permite que el tejido esté en contacto con el aire, acelerando el secado y la cicatrización; la oclusión utiliza materiales biológicos como soporte, guiando el crecimiento de nuevo tejido. Las tecnologías modernas también combinan navegación por imagen o láser para mejorar la precisión en la localización de la fistula.

Indicaciones

Este tratamiento es adecuado en los siguientes casos:

  • Fistula anal que no ha cicatrizado después de más de 6 semanas
  • Recurrentes enrojecimientos, dolor o supuración alrededor del ano
  • Fallo del tratamiento farmacológico (como antibióticos) o resistencia a estos
  • Ubicación de la fistula cerca del esfínter anal, requiriendo reparación precisa mediante cirugía

Las contraindicaciones incluyen trastornos graves de la coagulación, diabetes no controlada o inmunodeficiencia. Es necesario que el médico evalúe el estado general antes de proceder con la cirugía.

Modo de uso y dosis

La cirugía generalmente se realiza bajo anestesia general o epidural. Antes del procedimiento, se realiza una colonoscopía o resonancia magnética para localizar la trayectoria de la fistula. La duración de la operación es de aproximadamente 1-3 horas, dependiendo de la complejidad de la fistula. El paciente debe hospitalizarse de 1 a 3 días, y después de la operación, requiere limpieza diaria y toma de analgésicos y antibióticos.

No existe un concepto fijo de «dosis», pero el cirujano ajustará el alcance de la operación según la longitud y la ubicación de la fistula. Por ejemplo, las fistulas complejas pueden requerir procedimientos en etapas o la combinación con técnicas de trasplante de tejidos.

Beneficios y ventajas

Las principales ventajas incluyen:

  • Alta tasa de cicatrización: estudios clínicos muestran tasas de cicatrización del 80-95% tras la cirugía
  • Reducción de infecciones recurrentes
  • Mejora del dolor y molestias durante la defecación

Las tecnologías modernas también enfatizan la preservación de la función del esfínter, como la cirugía LIFT (reparación endoscópica de la fistula), que puede reducir el riesgo de incontinencia. Para pacientes con fistula crónica, la cirugía puede resolver el problema de raíz, evitando la inflamación crónica que puede conducir a la transformación maligna del cáncer anal.

Riesgos y efectos secundarios

Los riesgos potenciales incluyen:

  • Sangrado o infección postoperatoria
  • Daño al esfínter anal que puede causar incontinencia leve
  • Persistencia o recurrencia de la fistula

La incidencia de complicaciones graves como estenosis anal o daño profundo en los tejidos es inferior al 5%. Los pacientes deben monitorizar cuidadosamente la progresión de la cicatrización y acudir de inmediato si hay sangrado persistente o fiebre alta.

Precauciones y contraindicaciones

Antes de la cirugía, es necesario controlar los niveles de azúcar en sangre y preparar el intestino. Los pacientes diabéticos deben mantener su glucosa en niveles normales. Después de la operación, durante 2-4 semanas, se recomienda evitar levantar objetos pesados o permanecer sentado por largos períodos, y realizar baños de asiento con solución de permanganato de potasio para limpiar la herida diariamente.

Las contraindicaciones incluyen:

  • Fase aguda de inflamación no resuelta
  • Trastornos graves de la coagulación
  • Pacientes con VIH no controlado o inmunosupresión

Interacciones con otros tratamientos

Antes y después de la cirugía, es recomendable administrar antibióticos, pero se debe evitar el uso prolongado de antibióticos de amplio espectro para reducir la resistencia. Si el paciente está en tratamiento con anticoagulantes, deben suspenderse o ajustarse 7 días antes de la operación.

No hay interacción directa con la radioterapia, pero si el paciente tiene sospechas de cáncer anal, se debe realizar una biopsia para descartar malignidad.

Eficacia y evidencia

Según un estudio publicado en 2020 en el «British Journal of Surgery», la tasa de cicatrización a 5 años con fistulotomía abierta alcanza el 89%, y la oclusión con materiales biológicos aumenta la tasa de cicatrización en casos de fistulas complejas hasta el 93%. El seguimiento clínico muestra que las técnicas que preservan el esfínter anal pueden reducir el riesgo de incontinencia a menos del 2%.

Estudios a largo plazo confirman que la incidencia de alteraciones en la función anal tras la cirugía es menor que con técnicas tradicionales, demostrando que las tecnologías modernas han mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes.

Alternativas

Las opciones no quirúrgicas incluyen:

  • Tratamiento antibiótico a largo plazo (solo para síntomas leves en etapas iniciales)
  • Drenaje local mediante punción
  • Medicamentos tradicionales chinos para aplicación tópica (solo para aliviar síntomas temporalmente)

Sin embargo, estos métodos solo controlan temporalmente la inflamación y no eliminan la estructura de la fistula. La farmacoterapia tiene poca eficacia en pacientes con fibrosis severa, por lo que la cirugía sigue siendo el tratamiento estándar.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparativos son necesarios antes de la cirugía?

El paciente debe realizar un examen anal detallado y estudios de imagen (como MRI o ultrasonido) para evaluar la trayectoria de la fistula y su relación con el esfínter anal. Una semana antes de la operación, se deben suspender los anticoagulantes y seguir las indicaciones médicas para limpiar el intestino y reducir el riesgo de infección. El día de la cirugía, se debe ayunar y llevar identificación y consentimiento firmado.

¿Qué métodos existen para el manejo del dolor postoperatorio?

Se utilizarán analgésicos (como antiinflamatorios no esteroideos o opioides) para aliviar el dolor. El médico puede recomendar baños de asiento con solución de permanganato de potasio para promover la cicatrización y aconsejar evitar sentarse por largos períodos o levantar objetos pesados. Si el dolor aumenta repentinamente o se acompaña de fiebre, se debe acudir de inmediato al hospital.

¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse la alimentación y la defecación normales?

Después de 24 horas, se puede reanudar la ingesta líquida, progresando a una dieta rica en fibra para prevenir el estreñimiento. Al defecar, se debe relajar el músculo anal y evitar esforzarse demasiado. La recuperación completa suele tomar de 2 a 4 semanas, aunque depende de la cicatrización individual y se debe seguir las indicaciones médicas.

¿Las cicatrices postoperatorias afectarán la función anal?

Las técnicas modernas mínimamente invasivas (como la cirugía LIFT o el relleno con gel biológico) buscan preservar el esfínter anal, reduciendo el riesgo de estrechez o incontinencia. Sin embargo, en casos severos, puede ser necesario resecar parcialmente el músculo, y el médico informará sobre los riesgos antes del procedimiento. Después de la cirugía, es importante realizar un seguimiento regular de la función anal y, si es necesario, recibir terapia física para mejorarla.

¿Cuál es la probabilidad de recurrencia después de la cirugía?

La tasa de recurrencia con técnicas tradicionales de incisión es aproximadamente del 10-20%, mientras que el uso de gel biológico o reconstrucción del conducto puede reducirla a menos del 5%. El riesgo de recurrencia está relacionado con la causa original (como la enfermedad de Crohn) o una cicatrización deficiente. Los pacientes deben mantener una evacuación intestinal adecuada, evitar inflamaciones intestinales y acudir a revisiones periódicas.