Typhoid Fever - Diagnosis

El diagnóstico de la fiebre tifoidea requiere la combinación de manifestaciones clínicas, pruebas de laboratorio y datos epidemiológicos, ya que los síntomas pueden superponerse con otras enfermedades infecciosas. Por lo tanto, es necesario realizar una evaluación sistemática para confirmar el diagnóstico. La clave está en detectar tempranamente la evidencia de infección bacteriana para evitar complicaciones y comenzar un tratamiento adecuado.

Los síntomas tempranos de la fiebre tifoidea, como fiebre y diarrea, pueden ser mal diagnosticados como gastroenteritis o gripe, por lo que el médico debe analizar cuidadosamente la historia de viajes del paciente, contactos y el desarrollo de los síntomas. Las pruebas de laboratorio no solo pueden confirmar la presencia de Salmonella Typhi, sino también ayudar a descartar otras enfermedades similares, asegurando la precisión del tratamiento.

 

Evaluación clínica

Al realizar el diagnóstico de fiebre tifoidea, el médico primero realiza una historia clínica detallada y un examen físico. La historia debe confirmar si el paciente ha viajado recientemente a áreas endémicas, ha estado en contacto con casos sospechosos o ha consumido alimentos no higiénicos. La cronología del desarrollo de los síntomas también es crucial, por ejemplo, si la fiebre presenta un ascenso en escalera o si hay hepatomegalia o esplenomegalia típicas.

Durante el examen físico, el médico prestará especial atención a la sensibilidad abdominal, la erupción rosada (pápulas cutáneas de color rosa pálido) y cambios en la frecuencia cardíaca. Si el paciente presenta signos de hemorragia intestinal o perforación (como dolor abdominal severo o heces con sangre), se debe realizar una evaluación de emergencia de inmediato y priorizar la exclusión de condiciones de urgencia. Además, en pacientes mayores o inmunodeprimidos, los síntomas pueden ser atípicos, por lo que se debe mantener una alta vigilancia.

 

Pruebas médicas y procedimientos

Pruebas microbiológicas

El cultivo bacteriano es el estándar de oro para confirmar la fiebre tifoidea, principalmente mediante el cultivo de sangre, heces o médula ósea. El cultivo de sangre tiene la mayor sensibilidad en las primeras dos semanas de fiebre (primer y segundo semana), aunque en etapas posteriores puede cambiar a cultivo de heces. El cultivo de médula ósea, aunque más preciso, es invasivo y generalmente se usa solo cuando otros resultados no son concluyentes.

  • Cultivo de sangre: en la primera semana de fiebre, la tasa de positividad es aproximadamente del 80%, y se requiere el uso de medios selectivos (como caldo Selenite F) para aumentar la sensibilidad.
  • Cultivo de heces: la tasa de positividad aumenta después de la segunda semana de fiebre, aunque las cepas atípicas de Salmonella pueden interferir en los resultados.
  • Detección molecular: técnicas de PCR pueden detectar rápidamente el ADN de Salmonella Typhi, siendo útiles en centros con recursos adecuados.

Pruebas serológicas

Las pruebas de anticuerpos en suero son herramientas comunes de detección, principalmente midiendo cambios en los anticuerpos O y H. La prueba de Widal, aunque ampliamente utilizada, puede dar resultados falsos positivos debido a reacciones cruzadas, por lo que se interpreta junto con cambios dinámicos en los títulos de anticuerpos (como un aumento de cuatro veces en dos semanas). Los nuevos tests de antígenos, como Typhidot-M/I, han mejorado la precisión y pueden distinguir entre infecciones agudas y crónicas.

 

Herramientas de cribado y evaluación

Las herramientas de diagnóstico rápido juegan un papel clave en áreas con recursos limitados. Las pruebas rápidas de antígenos (como FeverTyphi) pueden detectar en 15 minutos los antígenos específicos en heces o sangre, siendo útiles para un cribado inicial en emergencias. Sin embargo, la sensibilidad de estas herramientas puede verse afectada por la etapa de la infección, por lo que se deben usar en conjunto con otras pruebas para confirmar.

Las evaluaciones epidemiológicas incluyen formularios de historia de viajes y sistemas de seguimiento de contactos. Los centros médicos pueden analizar registros electrónicos de salud para evaluar la historia de viajes y la combinación de síntomas, ayudando a los médicos a considerar la fiebre tifoidea con mayor prioridad. Además, en brotes de infección, el cribado de grupos de contactos puede controlar eficazmente la propagación de la epidemia.

 

Diagnóstico diferencial

Los síntomas de la fiebre tifoidea pueden confundirse con otras infecciones intestinales, hepatitis viral o malaria. Es importante distinguirlas:

  • Salmonelosis intestinal: síntomas similares pero con diferentes agentes patógenos; las pruebas serológicas ayudan a diferenciarlas claramente.
  • Hepatitis aguda: fiebre acompañada de anomalías en los índices hepáticos, pero las pruebas de imagen hepática pueden descartar lesiones en el hígado.
  • Malaria: fiebre periódica con patrones de aparición característicos; los frotis de sangre pueden detectar parásitos.

En pacientes inmunodeprimidos, los síntomas pueden ser atípicos, como ausencia de fiebre o hemorragia intestinal, por lo que se recomienda realizar estudios de imagen (como ecografía abdominal) para descartar otras emergencias abdominales.

 

Importancia del diagnóstico temprano

El diagnóstico precoz puede reducir significativamente el riesgo de complicaciones, como perforación intestinal o sepsis. El inicio del tratamiento con antibióticos en la primera semana de enfermedad puede reducir la tasa de mortalidad de aproximadamente el 15% a menos del 1%. Además, el aislamiento temprano de los pacientes puede bloquear la transmisión del patógeno y prevenir brotes comunitarios.

En áreas con recursos limitados, la disponibilidad de herramientas de diagnóstico rápido puede acortar el ciclo de diagnóstico, aunque se debe tener en cuenta la posibilidad de resultados falsos negativos. La combinación de juicio clínico y observación dinámica puede evitar retrasos en el tratamiento por dependencia excesiva en un solo resultado de prueba.

 

 

Preguntas frecuentes

¿Por qué es necesario realizar pruebas de sangre y heces al diagnosticar la fiebre tifoidea? 

El cultivo de sangre puede detectar Salmonella en la sangre, siendo el estándar de oro para confirmar la fiebre tifoidea, pero requiere de 3 a 5 días para obtener resultados. El cultivo de heces puede confirmar la infección intestinal y seguir la eliminación bacteriana tras el tratamiento. La combinación de ambos aumenta la precisión del diagnóstico, especialmente cuando los síntomas iniciales no son claros.

 ¿La mejoría de los síntomas tras el tratamiento con antibióticos significa que se puede dejar la medicación? 

Incluso si la fiebre disminuye o los dolores abdominales mejoran, es importante completar todo el ciclo de antibióticos (generalmente 10 a 14 días), ya que las bacterias no eliminadas pueden causar recaídas o resistencia. El médico ajustará la medicación según los resultados del cultivo, y el paciente debe seguir estrictamente las indicaciones para evitar suspender el tratamiento por cuenta propia.

 ¿La vacunación contra la fiebre tifoidea previene completamente la infección? 

La vacuna puede reducir el riesgo de infección en aproximadamente un 60% a 90%, pero no ofrece protección total. Está dirigida principalmente a Salmonella Typhi, y puede ser menos efectiva contra cepas variantes. La vacunación debe complementarse con medidas higiénicas en la alimentación (como beber agua hervida y evitar alimentos crudos) para una protección efectiva.

 ¿Cómo deben proceder los pacientes recuperados que siguen eliminando bacterias para evitar contagiar a otros? 

Los pacientes en recuperación aún pueden portar la bacteria, por lo que deben mantener una buena higiene personal, como lavarse bien las manos después de ir al baño y evitar manipular alimentos. Aquellos que trabajan en la industria alimentaria o en atención médica deben realizar tres pruebas de heces consecutivas negativas antes de retomar sus actividades, para prevenir la transmisión.

 ¿Es necesario que las personas que conviven con un paciente con fiebre tifoidea, pero no presentan síntomas, se hagan pruebas? 

Si los convivientes son portadores asintomáticos (como portadores crónicos intestinales), pueden seguir dispersando la bacteria sin síntomas. Se recomienda realizar un cribado con cultivo de heces, especialmente si hay personas inmunodeprimidas en el hogar (como niños pequeños o ancianos), para interrumpir la cadena de transmisión.

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