La resonancia magnética de hombro (RMN) es una técnica de diagnóstico no invasiva que utiliza un potente campo magnético y pulsos de radiofrecuencia inofensivos para generar imágenes tridimensionales detalladas. Su principal objetivo es evaluar con precisión las estructuras de tejidos blandos de la articulación del hombro, incluyendo tendones, ligamentos, bolsas y cartílago articular. En comparación con radiografías o ultrasonidos, la RMN puede mostrar claramente lesiones microscópicas como desgarros de ligamentos o tendinitis, siendo el estándar de oro para diagnosticar dolores crónicos de hombro y lesiones deportivas.
Esta técnica reconstruye las imágenes mediante algoritmos computacionales a partir de las señales de resonancia de los núcleos de hidrógeno en el campo magnético. El procedimiento no implica radiación ionizante, por lo que es especialmente adecuado para pacientes que requieren seguimiento repetido. Clínicamente, a menudo se combina con el examen físico para confirmar la localización y gravedad de las lesiones.
El sistema de RMN incluye imanes de 1.5T o 3T, junto con bobinas de gradiente y bobinas receptoras de radiofrecuencia. El paciente debe estar acostado dentro del tubo de escaneo, con las bobinas específicas colocadas en contacto con el hombro para mejorar la recepción de la señal. Diferentes secuencias de pulso (como T1 ponderado, T2 ponderado y secuencias de supresión de grasa) permiten distinguir las características de los tejidos, como acumulación de agua, calcificación o degeneración tisular.
Las técnicas de imagen funcional, como la RM dinámica, pueden simular los cambios estructurales durante el movimiento de la articulación del hombro, ayudando a diagnosticar lesiones ligamentarias ocultas. Además, algunas lesiones pueden requerir la inyección de gadolinio para mejorar el contraste de las lesiones, pero este procedimiento debe ser evaluado y realizado por un radiólogo.
Principalmente se aplica en los siguientes casos:
También es común en el diagnóstico de:
El tiempo de exploración es de aproximadamente 20-40 minutos, durante los cuales el paciente debe mantenerse completamente inmóvil. Antes del examen, se deben retirar todos los objetos metálicos y realizar un riguroso cribado de contraindicaciones. El proceso se divide en tres fases: localización (confirmar el plano de escaneo), escaneo (el paciente debe contener la respiración o seguir instrucciones respiratorias) y procesamiento de imagen (el médico analiza las características de la lesión).
Si se utiliza medio de contraste, la dosis suele ser de 0.1 mmol/kg de peso corporal, y el escaneo se realiza en un tiempo específico tras la inyección. En pacientes pediátricos, puede ser necesario sedar para completar la prueba, lo cual debe ser evaluado conjuntamente por un anestesiólogo.
Las principales ventajas incluyen:
En comparación con otras técnicas de imagen:
La mayoría de los pacientes no experimentan efectos secundarios evidentes, pero se deben tener en cuenta:
Riesgos graves poco frecuentes incluyen:
Contraindicaciones absolutas:
Contraindicaciones relativas:
Relación con tratamientos quirúrgicos:
Con medicamentos:
Estudios multicéntricos muestran que la precisión de la RMN en el diagnóstico de desgarros completos del manguito rotador alcanza entre el 92% y el 98%, superior al 75-85% de la ultrasonografía. Para lesiones menores de 5 mm, la sensibilidad de la RMN alcanza el 94%, permitiendo detectar lesiones ocultas difíciles de visualizar con ultrasonido.
La resonancia magnética es útil para evaluar la localización y tamaño de calcificaciones en la artropatía calcificante, guiando la cirugía de limpieza artroscópica. Estudios a largo plazo muestran una concordancia del 89% entre los hallazgos en la RMN y las anomalías estructurales observadas en la cirugía.
Las opciones alternativas incluyen:
Consideraciones para elegir alternativas:
Antes del examen, se deben retirar todos los objetos metálicos, como joyas, horquillas o dispositivos electrónicos, debido al fuerte campo magnético del equipo de RMN. Si el paciente tiene stents cardíacos, válvulas artificiales o implantes electrónicos, debe informar con anticipación para evaluar la seguridad. Además, los pacientes con claustrofobia pueden ser informados previamente, y el personal médico puede ofrecerles auriculares o sedación ligera para facilitar la relajación.
¿Qué pasa si durante el examen se siente incomodidad o ansiedad?La máquina de RMN cuenta con un intercomunicador que permite al paciente comunicarse en cualquier momento. Algunas máquinas tienen un botón de emergencia que, al ser presionado, detiene inmediatamente el escaneo y abre la cabina. Antes del procedimiento, se recomienda confirmar con el personal técnico la forma de comunicación para garantizar una respuesta rápida en caso de emergencia.
¿Cuánto tiempo después del examen se puede retomar la actividad normal?Por lo general, se puede volver a las actividades normales inmediatamente después, salvo que se haya utilizado sedación, en cuyo caso se recomienda una observación breve de 30-60 minutos. Si se administra contraste, el personal médico aconsejará beber abundantes líquidos para facilitar la eliminación y vigilar posibles reacciones alérgicas como picazón en la piel o alteraciones en la función renal en las 24 horas siguientes.
¿Por qué a veces se realiza una radiografía de hombro junto con la resonancia?La radiografía permite una rápida evaluación de fracturas o anomalías óseas, mientras que la RMN es mejor para visualizar tejidos blandos como tendones, ligamentos y nervios. El médico puede comenzar con una radiografía para descartar problemas óseos y luego realizar una RMN para evaluar en detalle las lesiones de tejidos blandos, complementándose para mejorar la precisión diagnóstica.
¿Cómo se ajustan los tratamientos posteriores si los resultados son anormales?Si se detecta un desgarro del manguito rotador o degeneración articular, el médico puede recomendar fisioterapia, inyecciones de esteroides o cirugía. El informe detallará el tamaño y la localización de la lesión, y el equipo de tratamiento planificará un plan de tratamiento escalonado basado en la gravedad de la lesión, con controles de seguimiento cada 3-6 meses para evaluar la eficacia.