El escaneo renal es una técnica de imagen no invasiva que se utiliza principalmente para evaluar la morfología, función y flujo sanguíneo de los riñones. A través de radioisótopos o tecnología de ultrasonido, esta prueba puede medir con precisión la tasa de filtración renal, la función de excreción y las anomalías estructurales. En la práctica clínica, se emplea comúnmente para diagnosticar estenosis de la arteria renal, cálculos renales, tumores renales o para evaluar la progresión de enfermedades renales crónicas.
A diferencia de los análisis de sangre tradicionales, el escaneo renal puede proporcionar imágenes dinámicas en tiempo real, ayudando a los médicos a determinar las diferencias funcionales en distintas partes del riñón. Esta técnica combina información anatómica y fisiológica, convirtiéndose en una herramienta importante para el diagnóstico y seguimiento del tratamiento de las enfermedades renales.
Se dividen en tres categorías principales: escaneo dinámico renal nuclear, tomografía computarizada (TC) y ultrasonido. La exploración nuclear utiliza marcadores radiactivos que, tras inyección intravenosa, se rastrean en el riñón para evaluar su metabolismo. Los marcadores como el DMSA-99m se unen específicamente a las células de la corteza renal para evaluar la estructura renal; mientras que el MAG3-99m se usa para observar el flujo sanguíneo y la función de excreción renal.
La TC genera imágenes tridimensionales mediante rayos X, y la inyección de medio de contraste puede mostrar estenosis de los vasos renales o la ubicación de tumores. El ultrasonido, basado en la reflexión de ondas sonoras, no implica radiación y es adecuado para evaluar el tamaño del riñón, quistes o cálculos. Las diferentes técnicas pueden usarse solas o en combinación según las necesidades clínicas.
Este examen también es útil para el seguimiento a largo plazo de cambios en la tasa de filtración glomerular en pacientes con enfermedad renal crónica, o para evaluar la respuesta al tratamiento tras una angiografía renal.
El escaneo nuclear requiere ayuno de 4 horas antes del examen y la realización de imágenes continuas tras la inyección intravenosa del marcador radiactivo, con una duración total de aproximadamente 30 minutos a 2 horas. La TC generalmente requiere la ingesta oral o inyección de medio de contraste, con un tiempo de examen de unos 15 minutos. El ultrasonido no requiere preparación especial, solo la exploración del área abdominal con un sensor.
La dosis de radiación se ajusta según el peso del paciente y el tipo de examen, siendo la dosis habitual para adultos de aproximadamente 3-5 mCi. En grupos especiales como niños o mujeres embarazadas, se ajusta la dosis o se opta por otras técnicas. Se recomienda beber mucho agua después del examen para acelerar la eliminación del material radiactivo.
El escaneo nuclear puede distinguir entre daño renal reversible e irreversible, siendo de gran valor para decisiones terapéuticas. La TC ofrece ventajas en la alta resolución de la estructura vascular.
La exploración nuclear puede causar reacciones alérgicas, con aproximadamente un 0.5% de pacientes que experimentan picazón o erupción cutánea leves. La exposición prolongada a radiación puede aumentar el riesgo teórico de cáncer, aunque la dosis de una sola prueba es inferior a la radiación ambiental natural.
El medio de contraste en la TC puede causar deterioro de la función renal, especialmente en pacientes con insuficiencia renal preexistente, por lo que debe usarse con precaución. El ultrasonido tiene riesgos mínimos, pero los resultados pueden verse afectados por la postura del paciente o gases intestinales.
Antes del examen, se debe informar al médico sobre antecedentes de alergias o problemas renales, y ajustar el plan si es necesario. Los pacientes diabéticos deben verificar su nivel de glucosa, ya que la hiperglucemia puede afectar el metabolismo del marcador radiactivo.
Los marcadores radiactivos pueden interferir con otros estudios nucleares realizados en paralelo, por lo que se recomienda un intervalo de al menos 48 horas. Los pacientes que toman metformina no deben usarla inmediatamente después de la inyección de medio de contraste en la TC, para evitar alteraciones en el metabolismo. Los diuréticos pueden afectar los resultados del escaneo de flujo renal, por lo que se recomienda suspender su uso 3 días antes del examen. Cuando se usan anticoagulantes, se debe tener precaución, ya que el medio de contraste puede aumentar el riesgo de sangrado.
Estudios clínicos muestran que el escaneo de flujo renal nuclear tiene una precisión superior al 85% en el diagnóstico de estenosis de la arteria renal, superando a los análisis de orina tradicionales. En pacientes con infecciones urinarias recurrentes, la ecografía puede detectar cálculos ocultos con una tasa de éxito del 90%.
Investigaciones multicéntricas confirman que la combinación de TC y escaneo nuclear mejora la precisión en la determinación de benignidad o malignidad de tumores renales. En la evaluación de la función del riñón trasplantado, la correlación entre los resultados del escaneo y las biopsias alcanza valores superiores a 0.85.
Para pacientes que no pueden someterse a estudios con radiación, se puede optar por resonancia magnética (MRI) para evaluar los vasos y tejidos renales. La ecografía puede usarse como herramienta de cribado inicial, pero no puede cuantificar la tasa de filtración glomerular.
La medición de la tasa de aclaramiento de creatinina en sangre, aunque no invasiva, solo proporciona un indicador general de la función renal. El análisis de orina puede ayudar a diagnosticar infecciones o cálculos, pero no muestra diferencias en la función tisular.
¿Qué preparativos se necesitan antes del escaneo renal? ¿Es necesario ayunar o ajustar medicamentos?
Antes del escaneo renal, generalmente se requiere ayuno de 4 a 6 horas y evitar bebidas con cafeína. Si está tomando diuréticos u otros medicamentos cardiovasculares, debe informar al personal médico con anticipación, ya que puede ser necesario suspender o ajustar la dosis. Además, las mujeres embarazadas o en posible embarazo deben informar previamente para evitar riesgos por radiación.
¿Sentiré dolor o incomodidad durante el examen? ¿Tiene efectos a largo plazo en el cuerpo?
El procedimiento en sí no causa dolor, solo puede experimentar una ligera sensación de pinchazo al inyectar el marcador radiactivo. La dosis de radiación utilizada es muy baja, con un impacto mínimo en el cuerpo a corto plazo, pero en pacientes con función renal alterada, el médico evaluará los riesgos antes de proceder. A largo plazo, una sola prueba no representa un daño significativo para la salud.
¿Qué restricciones hay en las actividades diarias después del examen? ¿Cuándo puedo volver a la alimentación normal?
Por lo general, no hay restricciones especiales después del examen, y puede reanudar sus actividades normales de inmediato. Para acelerar la eliminación del marcador, se recomienda beber abundante agua y evitar contacto cercano con otras personas, especialmente embarazadas y niños, durante aproximadamente 6 a 8 horas. La alimentación puede retomarse sin restricciones después del procedimiento.
¿Qué factores afectan la precisión del escaneo renal? ¿Cómo puedo mejorar la confiabilidad de los resultados?
La precisión puede verse afectada por el estado de función renal, la llenura de la vejiga o la tasa de metabolismo en el cuerpo. Para mejorar la exactitud, es importante seguir estrictamente las instrucciones de ayuno, evitar ejercicio intenso antes del examen y mantenerse acostado y quieto durante la exploración. En pacientes con diabetes o disfunción autonómica, el médico puede ajustar la dosis del agente de contraste o el momento del escaneo.
¿Qué tratamientos suelen seguirse si los resultados del examen son anormales?
Si se detecta insuficiencia en el flujo sanguíneo renal o alteraciones en la función de excreción, el médico puede recomendar una angiografía adicional o una ecografía de la arteria renal para confirmar la obstrucción. Según la gravedad del problema, el tratamiento puede incluir control farmacológico de la presión arterial, cirugía para mejorar el flujo sanguíneo o seguimiento periódico. En casos complejos, puede ser necesario un plan de tratamiento multidisciplinario.