La implantación de un marcapasos cardíaco es una intervención médica utilizada para tratar arritmias cardíacas, dirigida principalmente a pacientes con anomalías en la actividad electrofisiológica del corazón que causan bradicardia o ritmos irregulares. Este tratamiento consiste en la implantación de un dispositivo electrónico en el cuerpo que envía impulsos eléctricos para estimular la contracción del músculo cardíaco, manteniendo una frecuencia cardíaca normal y la coordinación de los ventrículos. Los candidatos ideales incluyen pacientes con síndrome del nodo sinusal, bloqueo AV de segundo o tercer grado, entre otros, y puede mejorar síntomas como mareos, fatiga e incluso desmayos causados por una frecuencia cardíaca demasiado lenta.
Los marcapasos se dividen en dos tipos: unipolares y bipolares. Los unipolares solo estimulan el ventrículo o la aurícula, mientras que los bipolares regulan sincronizadamente la contracción de ambas cámaras. Funcionan mediante electrodos que transmiten impulsos eléctricos al músculo cardíaco, simulando las señales eléctricas de un ritmo normal. Los marcapasos modernos suelen tener funciones de respuesta de frecuencia, ajustando la frecuencia cardíaca según la actividad del paciente. Algunos modelos avanzados pueden detectar automáticamente arritmias y activar funciones de desfibrilación.
Se indican principalmente en los siguientes casos:
La cirugía generalmente se realiza bajo anestesia local. El médico inserta un generador de impulsos en el tejido subcutáneo debajo de la clavícula y, mediante una vena, introduce un electrodo hacia la aurícula o el ventrículo. La intervención dura aproximadamente de 1 a 3 horas. La configuración básica del marcapasos suele ser de 60-70 latidos por minuto, ajustándose según la edad y las necesidades fisiológicas del paciente. Tras la implantación, se requiere seguimiento regular cada 6-12 meses para verificar la duración de la batería y el funcionamiento del dispositivo.
Sus principales ventajas incluyen:
Las complicaciones posibles incluyen:
Las contraindicaciones incluyen:
Los anticoagulantes (como la warfarina) pueden aumentar el riesgo de sangrado durante la cirugía, por lo que se debe ajustar la dosis previamente. Antes de realizar tratamientos con descargas eléctricas o resonancia magnética (MRI), el marcapasos debe ser apagado o ajustado. Cuando se usan medicamentos antiarrítmicos específicos, se debe monitorizar estrechamente el electrocardiograma para evitar interferencias entre los impulsos eléctricos y los efectos de los medicamentos.
Estudios clínicos muestran que los marcapasos reducen en un 30-50% la mortalidad anual en pacientes con bradicardia severa. Datos a largo plazo indican que el 85% de los pacientes experimentan una mejora significativa en los síntomas dentro del primer año tras la implantación, con mejoras en la función cardíaca y la tolerancia al ejercicio. Las guías de la Sociedad Europea de Cardiología de 2019 recomiendan su uso como tratamiento de primera línea para el síndrome del nodo sinusal.
Para manejo a corto plazo de los síntomas, se puede considerar el uso de atropina u otros fármacos similares, aunque no curan la causa. En casos graves, puede ser necesario combinar con terapia de resincronización cardíaca (CRT) o implantes de desfibrilador cardíaco (ICD). Para pacientes con alto riesgo quirúrgico o que rechazan la implantación, se puede evaluar el uso de medicamentos que regulen el ritmo cardíaco, aunque deben considerarse los posibles efectos secundarios como taquicardia.
Antes de la cirugía, se realiza una evaluación de la función cardíaca y análisis de sangre, además de informar al médico sobre los medicamentos que se están tomando, especialmente anticoagulantes. El día de la operación, puede ser necesario limpiar la piel en la zona de la cirugía y seguir instrucciones de ayuno. Si el paciente tiene diabetes o enfermedades crónicas, se deben ajustar las dosis de medicación para reducir riesgos.
¿Qué precauciones debo tomar en las actividades diarias después de la implantación?Durante las primeras semanas, se debe evitar ejercicio intenso o levantar objetos pesados para prevenir desplazamientos del dispositivo. En la vida cotidiana, se debe mantener alejado de ambientes con campos magnéticos fuertes (como ciertos equipos médicos o industriales) y realizar revisiones periódicas del funcionamiento del marcapasos. En general, caminar, nadar y actividades leves son seguras, aunque las restricciones específicas deben seguir las recomendaciones del médico.
¿Qué signos indican que la batería del marcapasos está agotándose y cómo se realiza el reemplazo?Cuando la batería está próxima a agotarse, pueden presentarse síntomas como palpitaciones, mareos o desmayos. El seguimiento regular permite predecir el momento de reemplazo. La sustitución es similar a la implantación, generalmente con anestesia local, con un procedimiento breve y recuperación rápida, siguiendo siempre las indicaciones médicas para programar el momento adecuado.
¿Qué complicaciones pueden surgir del marcapasos y cómo se manejan?Las complicaciones incluyen infecciones en el sitio quirúrgico, desplazamiento del electrodo o hematomas subcutáneos. Si aparecen fiebre, dolor intenso o inflamación en el sitio del marcapasos, se debe acudir inmediatamente al médico. En el seguimiento a largo plazo, si se detectan arritmias o fallos en el dispositivo, se deben realizar ajustes o estudios adicionales para su manejo.
¿Es necesario ajustar el uso de otros dispositivos electrónicos en la vida diaria tras la implantación?La mayoría de los dispositivos electrónicos cotidianos (como teléfonos móviles y microondas) no afectan la función del marcapasos, pero se debe evitar la cercanía a campos magnéticos fuertes (como algunos soldadores industriales o escáneres MRI). Antes de usar nuevos dispositivos electrónicos, se recomienda consultar al médico y portar siempre la tarjeta de identificación del marcapasos para emergencias.