Osteoporosis treatment

Resumen del tratamiento

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo aumentar la densidad ósea, reducir el riesgo de fracturas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Las opciones de tratamiento incluyen terapia farmacológica, suplementación nutricional, ejercicio y, cuando sea necesario, cirugía. Los médicos elaboran planes de tratamiento personalizados basados en la edad del paciente, el grado de pérdida de densidad ósea y antecedentes de fracturas.

Los principales objetivos son inhibir la resorción ósea, promover la formación de nuevo hueso y combinar cuidados preventivos para evitar fracturas secundarias. Además, el tratamiento requiere monitoreo de los efectos secundarios de los medicamentos y ajustes en el estilo de vida para fortalecer la salud ósea.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La terapia farmacológica se divide en inhibidores de la resorción ósea y promotores de la formación ósea. Los bifosfonatos (como alendronato) actúan directamente sobre los osteoclastos para ralentizar la pérdida ósea; los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (SERMs) simulan la protección del estrógeno en el hueso sin afectar otros tejidos.

Los análogos de la parathormona (como teriparatida) estimulan la actividad de los osteoblastos y son adecuados para pacientes con pérdida ósea severa. Además, los anticuerpos monoclonales como denosumab neutralizan selectivamente factores relacionados con los osteoclastos, reduciendo la resorción ósea.

Indicaciones

Los candidatos incluyen pacientes con un valor T de densidad ósea inferior a -2.5, antecedentes de fracturas por fragilidad o osteoporosis secundaria por uso prolongado de corticosteroides. También se recomienda tratamiento preventivo en grupos de alto riesgo como mujeres postmenopáusicas, con antecedentes familiares positivos o con deterioro de la constitución física.

Los médicos evalúan la probabilidad de fractura a 10 años mediante escáner DEXA y herramientas de evaluación de riesgo de fractura (como FRAX) para determinar la necesidad de tratamiento y la elección del medicamento.

Modo de uso y dosis

Los bifosfonatos orales generalmente se toman diariamente o semanalmente, acompañados de abundante agua para evitar irritación esofágica. Los medicamentos inyectables, como denosumab, se administran por vía subcutánea cada 6 meses, mientras que los análogos de la parathormona requieren inyecciones diarias durante 24 semanas.

La dosificación debe ajustarse según los indicadores de función renal, como una tasa de aclaramiento de creatinina inferior a 35 mL/min, en cuyo caso algunos bifosfonatos deben evitarse. Es importante seguir estrictamente los intervalos de administración para no afectar la acumulación del medicamento en el hueso.

Beneficios y ventajas

  • Los bifosfonatos reducen el riesgo de fracturas vertebrales en un 40-50%
  • Los SERMs mejoran la estructura de los trabéculas óseas y reducen el riesgo de fractura de cadera
  • Los análogos de la parathormona muestran aumento en marcadores de formación ósea en solo 12 semanas

Tratamientos no farmacológicos como el entrenamiento de fuerza pueden mejorar la fuerza muscular y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas. Un enfoque integral que combine múltiples intervenciones puede mejorar significativamente el pronóstico a largo plazo de los pacientes.

Riesgos y efectos secundarios

Los bifosfonatos orales pueden causar esofagitis, dolor musculoesquelético y, en casos raros, osteonecrosis de la mandíbula (ONJ). Los anticuerpos monoclonales como denosumab pueden elevar temporalmente los niveles de función renal, por lo que se requiere seguimiento regular de la creatinina.

Los efectos secundarios graves incluyen:

  • Hipocalcemia (especialmente en pacientes que dejan de tomar estrógenos sin suplementar calcio)
  • Alteraciones hematológicas raras pero potenciales, como leucopenia

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen insuficiencia renal severa (GFR <30 mL/min/1.73 m²) y pacientes con reflujo esofágico que no deben usar bifosfonatos orales. Los pacientes en anticoagulación deben usar con precaución los bifosfonatos, ya que pueden aumentar el riesgo de osteonecrosis mandibular.

Las mujeres embarazadas o en lactancia no deben usar inhibidores de la resorción ósea. Antes del tratamiento, se debe descartar la presencia de cáncer metastásico óseo, ya que estos medicamentos pueden agravar el riesgo de fracturas patológicas.

Interacciones con otros tratamientos

Los suplementos de calcio pueden afectar la absorción si se toman junto con bifosfonatos; se recomienda tomarlos con al menos 2 horas de diferencia. El uso prolongado de corticosteroides puede disminuir la eficacia del tratamiento, requiriendo ajuste de dosis o combinación con otros fármacos.

Al combinar bifosfonatos con diuréticos, se debe monitorear el nivel de calcio en sangre para evitar desequilibrios metabólicos. Los SERMs pueden potenciar el efecto de los anticoagulantes, por lo que puede ser necesario ajustar la dosis de estos últimos.

Eficacia y evidencia

Ensayos clínicos a gran escala muestran que la zoledronato intravenoso reduce en un 70% el riesgo de fracturas vertebrales, con efectos que duran más de 3 años. La denosumab aumenta la densidad ósea en aproximadamente un 8-9% en el mes 12 de tratamiento.

Las revisiones sistemáticas confirman que el entrenamiento de fuerza reduce el riesgo de caídas en un 16%, y la combinación de medicamentos puede retrasar significativamente la pérdida de masa ósea. La revisión Cochrane de 2020 confirma que los bifosfonatos reducen en un 20% el riesgo de fracturas no vertebrales.

Alternativas

Las opciones no farmacológicas incluyen la ingesta diaria de 1200-1500 mg de calcio y 800-1000 UI de vitamina D, que son fundamentales en todos los planes de tratamiento. El entrenamiento físico enfocado en carga y equilibrio puede mejorar la resistencia ósea y la funcionalidad de la vida diaria.

Para intolerancia a los medicamentos, se pueden considerar moduladores selectivos de la resorción ósea como el ranelato o el teriparatide (proloterapia). En casos de pérdida ósea severa, se puede explorar la terapia experimental con trasplante de células madre mesenquimales óseas, pero debe realizarse en hospitales docentes.

 

Preguntas frecuentes

¿Cómo manejar los efectos secundarios gastrointestinales comunes durante el tratamiento de osteoporosis?

El uso de bifosfonatos puede causar pérdida de apetito o ardor de estómago. Se recomienda tomar el medicamento con 300 mL de agua tibia y mantener una postura erguida durante 30 minutos, evitando acostarse inmediatamente. Si los síntomas persisten, consulte con su médico para ajustar la dosis o cambiar a un régimen de administración periódica; algunos pacientes optan por inyecciones trimestrales para reducir la carga gastrointestinal.

¿Cómo deben ajustarse la dieta y la ingesta de nutrientes durante el tratamiento para maximizar la eficacia?

Se recomienda una ingesta diaria de 1200-1500 mg de calcio y 800-1000 UI de vitamina D, preferiblemente a través de productos lácteos bajos en grasa, verduras de hoja verde oscuro y alimentos fortificados. Al inicio del tratamiento, es aconsejable tomar el calcio con un intervalo de 2 horas respecto a los medicamentos, y evitar consumirlo junto con cereales integrales ricos en ácido fitico para mejorar la absorción.

¿Es posible dejar el tratamiento una vez que la densidad ósea mejora?

Un aumento en la densidad ósea indica que el tratamiento es efectivo, pero dejarlo puede provocar una pérdida de masa ósea nuevamente. Los médicos generalmente recomiendan continuar el tratamiento por al menos 3-5 años, ajustando según marcadores de remodelación ósea (como la osteocalcina en suero). Los pacientes mayores o con alto riesgo de fractura pueden necesitar mantenimiento a largo plazo.

¿Qué riesgos cardiovasculares deben considerarse en pacientes que reciben terapia hormonal?

El uso de moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (SERMs) requiere monitoreo semestral de lípidos y presión arterial, ya que pueden afectar el metabolismo lipídico. En pacientes con antecedentes de arteriosclerosis, se puede complementar con estatinas o recomendar 150 minutos de ejercicio aeróbico semanal para reducir la carga cardiovascular.

¿Qué precauciones deben tenerse al combinar la terapia farmacológica con ejercicio físico?

Durante el tratamiento, se deben evitar ejercicios de impacto alto como correr o saltar la cuerda. Se recomienda entrenamiento de resistencia (como bandas elásticas), ejercicio acuático y entrenamiento de equilibrio. En pacientes con riesgo de fractura vertebral, se deben evitar movimientos de flexión excesiva y preferir estiramientos laterales o ejercicios de extensión de columna para fortalecer el core.