El entrenamiento con ortesis es una técnica de fisioterapia que utiliza dispositivos externos como soportes o férulas, principalmente para mejorar la función estructural del cuerpo, aliviar el dolor o prevenir lesiones. Su principio fundamental consiste en soportar las articulaciones, músculos o huesos mediante fuerzas externas, ayudando a los pacientes a recuperar un rango de movimiento normal, y es común en medicina de rehabilitación, medicina deportiva y manejo del dolor crónico.
Esta terapia se divide en dos categorías principales: "ortesis dinámicas" y "ortesis estáticas". Las primeras permiten un espacio de movimiento moderado para promover la coordinación muscular, mientras que las segundas fijan la zona afectada. El terapeuta selecciona el material de la ortesis, el ángulo de soporte y el tiempo de uso según las necesidades individuales del paciente para lograr la máxima eficacia terapéutica.
El mecanismo de las ortesis se divide en tres modos de acción: primero, el "soporte estructural", como las ortesis de rodilla que distribuyen las cargas para reducir la presión en la artrosis; segundo, la "corrección de movimientos", como las ortesis para escoliosis que corrigen la alineación vertebral mediante fuerzas externas; y tercero, la "fijación protectora", que limita el movimiento articular tras lesiones agudas para favorecer la recuperación.
En cuanto a materiales, se utilizan principalmente plásticos, metales o telas elásticas, siendo las de memoria las que se adaptan a la curva corporal según la temperatura. Las ortesis dinámicas suelen incluir resortes o rodamientos ajustables para entrenar la coordinación muscular periférica, mientras que las estáticas mantienen la postura fija con placas de acero inoxidable.
Este método es aplicable en diversas condiciones clínicas, incluyendo:
Pacientes con inmovilidad prolongada pueden usar ortesis en los pies para prevenir la caída del pie, y problemas de desarrollo infantil como escoliosis (ángulo Cobb ≤ 40 grados) suelen corregirse con corsés. Casos especiales incluyen soporte temporal postoperatorio, como la fijación protectora tras reparación del ligamento cruzado anterior.
El terapeuta realiza una evaluación de movimiento, utilizando escaneo 3D o moldes de yeso para fabricar ortesis personalizadas. Durante su uso, se deben tener en cuenta:
En cuanto a ajustes, los niños deben cambiar de tamaño cada 3-6 meses, mientras que los adultos ajustan según cambios en su condición física. Las ortesis diseñadas para uso nocturno generalmente se usan durante el sueño, y las ortesis para actividad física deben coordinarse con un plan de rehabilitación para evitar atrofia muscular.
Las principales ventajas incluyen:
Estudios clínicos muestran que el uso correcto de ortesis puede reducir en más del 50% la progresión de la escoliosis, y las ortesis de rodilla pueden disminuir el riesgo de daño adicional en un 30-40%. Además, el diseño personalizado ayuda a distribuir la presión en puntos específicos, mejorando la calidad de vida en las actividades diarias del portador.
Los efectos adversos potenciales incluyen:
Los usuarios a largo plazo deben someterse a evaluaciones periódicas para evitar la "dependencia de ortesis", que consiste en una dependencia excesiva del soporte externo que puede debilitar la propiocepción. Algunos pacientes pueden desarrollar dermatitis por fricción, por lo que se recomienda usar almohadillas de aislamiento.
Las contraindicaciones incluyen:
Antes de usar, se debe descartar fracturas agudas o inflamación articular severa, ya que el uso inadecuado puede aumentar la hinchazón. Las embarazadas deben ajustar los puntos de soporte según la posición uterina para no afectar el flujo sanguíneo fetal.
El entrenamiento con ortesis suele combinarse con fisioterapia, como terapia térmica para mejorar la circulación local o ultrasonido para acelerar la reparación de tejidos. Cuando se combina con medicación, puede reducir la dosis de antiinflamatorios no esteroideos. También se coordina con intervenciones quirúrgicas, como el uso de ortesis antes y después de artrodesis espinal para reducir riesgos, y se debe evitar que los electrodos de estimulación eléctrica entren en contacto con la ortesis para prevenir cortocircuitos.
Revisiones sistemáticas muestran que las ortesis para escoliosis pueden reducir la tasa de cirugía en un 40-60%, y las ortesis de rodilla pueden disminuir la recurrencia de lesiones deportivas a menos del 15%. Los análisis biomecánicos confirman que un diseño correcto distribuye la carga en las articulaciones dañadas en un 30-50%.
El seguimiento clínico indica que los pacientes que usan ortesis durante más de 6 meses mejoran en un 78% en la simetría de la marcha, comparado con solo un 23% en los que no las usan. Sin embargo, la efectividad depende de la precisión, ya que una ortesis de tamaño incorrecto puede causar movimientos compensatorios y aumentar la carga en otras articulaciones.
La cirugía es la opción final para escoliosis severa (ángulo Cobb > 45 grados), aunque con riesgos anestésicos. El entrenamiento de fuerza muscular en fisioterapia puede sustituir parcialmente las ortesis, pero tiene efectos limitados en fases agudas. Dispositivos tecnológicos portátiles como estimuladores eléctricos o ortesis inteligentes pueden ser alternativas funcionales, aunque las ortesis tradicionales siguen siendo preferidas por su menor costo y mayor conveniencia, especialmente en personas mayores o con movilidad reducida.
El paciente debe someterse a una evaluación profesional, incluyendo pruebas de función corporal y análisis de la estructura ósea. El terapeuta personaliza la ortesis según las necesidades, explicando el tiempo de uso diario y las precauciones de mantenimiento. Se recomienda limpiar la piel previamente, usar ropa adecuada para facilitar la fijación y contar con un espacio suficiente para las sesiones de adaptación.
¿Cómo aliviar la incomodidad cutánea causada por el uso prolongado de ortesis?Se puede aplicar crema hidratante sin fragancia para prevenir sequedad, inspeccionar regularmente la piel para evitar fricciones excesivas. Si aparecen enrojecimiento o úlceras, se debe ajustar la posición de la ortesis o suspender su uso y consultar al terapeuta. Usar fundas ventiladas o almohadillas puede reducir la irritación.
¿Es posible participar en deportes o trabajar normalmente durante el uso de la ortesis?Al principio, se recomienda evitar ejercicios intensos o actividades que impliquen cargas prolongadas para no afectar la fijación. Actividades leves como caminar pueden hacerse progresivamente según indicaciones. Para trabajos que requieran estar sentado o de pie por largos períodos, se deben ajustar las posturas y revisar la comodidad de la ortesis regularmente. Antes de realizar movimientos complejos, consultar con el equipo de rehabilitación.
¿Cuánto dura un tratamiento completo con ortesis?La duración depende del objetivo terapéutico, generalmente en fases de 4 a 8 semanas. En las primeras fases, se puede usar entre 12 y 23 horas diarias, reduciendo progresivamente. El terapeuta ajusta el diseño y las reglas de uso según el progreso, y el ciclo total puede durar varios meses hasta un año.
¿Cómo se evalúa la eficacia del entrenamiento con ortesis?El terapeuta evalúa mediante imágenes, medición de la movilidad articular y retroalimentación del paciente. Para corrección postural, se comparan radiografías antes y después del tratamiento; para fuerza muscular, se evalúa la mejora en la fuerza y función diaria. Las revisiones cada 4 a 6 semanas permiten ajustar el plan terapéutico según los datos recopilados.