Strength training

Resumen del tratamiento

El entrenamiento de fuerza muscular es una modalidad de ejercicio cuyo objetivo principal es aumentar la fuerza muscular, mejorar la resistencia muscular y potenciar la función corporal. A través de prácticas sistemáticas con cargas o dispositivos de resistencia, se promueve el crecimiento de fibras musculares, el fortalecimiento de la densidad ósea y la mejora del metabolismo. Este tratamiento se aplica comúnmente en rehabilitación médica, prevención de lesiones deportivas y manejo de enfermedades crónicas. Su principio central consiste en estimular una lesión muscular moderada para activar mecanismos de reparación, lo que conduce a un engrosamiento de las fibras musculares y a una mejor coordinación neuromuscular.

Tipos y mecanismos de tratamiento

El entrenamiento de fuerza muscular se divide en dos grandes categorías: «entrenamiento de máxima fuerza muscular» y «entrenamiento de resistencia muscular». La primera utiliza cargas más pesadas y movimientos de menor repetición (como sentadillas y levantamiento de pesas), estimulando principalmente fibras rápidas. La segunda, con cargas moderadas a bajas y mayor número de repeticiones (como curls con mancuernas), fortalece las fibras de contracción lenta para mejorar su resistencia. Sus mecanismos fisiológicos incluyen:

  • Estimulación de la secreción de hormona del crecimiento, induciendo la síntesis de proteínas musculares
  • Aumento del área transversal de las fibras musculares
  • Mejora de la adaptación de tendones, ligamentos y huesos

Indicaciones

Aplicable en las siguientes condiciones médicas:

  • Rehabilitación de lesiones deportivas (como fortalecimiento muscular tras desgarros de ligamentos)
  • Prevención secundaria de osteoporosis
  • Regulación del riesgo del síndrome metabólico
  • Entrenamiento para reducir el riesgo de caídas en personas mayores

Modo de uso y dosis

El principio básico es realizar de 2 a 4 veces por semana, cada sesión de 60 a 90 minutos, alternando grupos musculares. La intensidad de carga recomendada es del 60-80% de 1-RM (una repetición máxima). Los principiantes pueden comenzar con entrenamiento con peso corporal. Entrenamientos avanzados pueden incluir:

  • Ciclos de sobrecompensación: aumentar la carga en un 5-10% cada 4 semanas
  • Priorizar movimientos compuestos (como sentadillas y peso muerto)
  • Priorizar la técnica correcta sobre la carga

Beneficios y ventajas

Los principales efectos terapéuticos incluyen:

  • Incremento del metabolismo basal en un 10-15%
  • Aumento de la densidad ósea en un 1.5-3% (según estándares de la OMS)
  • Reducción de la hemoglobina glucosilada en un 0.5-1.0%

Estudios clínicos muestran que un entrenamiento continuo de 6 meses puede reducir en un 40% el riesgo de caídas y mejorar significativamente el dolor en pacientes con dolor lumbar crónico. Además, su efecto en la mejora de la sensibilidad a la insulina ha sido confirmado en múltiples investigaciones, siendo una opción no farmacológica para pacientes en prediabetes.

Riesgos y efectos secundarios

Los riesgos potenciales principales incluyen:

  • Lesiones por sobreuso en articulaciones (como lesiones en el hombro)
  • Riesgo de acidosis metabólica en personas que realizan entrenamientos de alta intensidad
  • Incremento transitorio de la presión arterial (puede superar los 180/100 mmHg durante el ejercicio)

Atención especial: La postura incorrecta puede causar hernias discales, por lo que se recomienda la supervisión de un entrenador profesional. Los hipertensos deben evitar técnicas de respiración valsalva durante el entrenamiento para reducir riesgos cardiovasculares.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen:

  • Infarto agudo de miocardio en los últimos 3 meses
  • Hipertensión no controlada (presión sistólica >180 mmHg)
  • Mujeres en el tercer trimestre de embarazo

Grupos especiales que requieren ajustes en el programa:

  • Personas mayores de 65 años deben reducir la carga a un 40-50% de 1-RM
  • Pacientes con diabetes deben realizar el entrenamiento una hora después de las comidas
  • Pacientes con enfermedades cardíacas deben monitorear la frecuencia cardíaca (objetivo HR=60-70% de la máxima)

Interacciones con otros tratamientos

Las interacciones con medicamentos incluyen:

  • Incrementar la ingesta de proteínas durante el uso de corticosteroides
  • Los betabloqueantes pueden afectar las respuestas metabólicas durante el ejercicio
  • Los AINEs pueden retrasar la recuperación muscular post-entrenamiento

Se recomienda integrar con terapias físicas:

  • El entrenamiento con estimulación eléctrica puede mejorar la adaptación neuromuscular
  • Combinar con ejercicios aeróbicos en agua para reducir el impacto en las articulaciones
  • Complementar con planes nutricionales para potenciar los resultados

Eficacia y evidencia

Según revisiones Cochrane, el entrenamiento de fuerza puede aumentar la densidad ósea en un 2.3% en 6 meses (IC 95% 1.8-2.8%). En pacientes con diabetes tipo 2, un programa de 12 semanas puede reducir en promedio el HbA1c en 0.6%. La Organización Mundial de la Salud recomienda que las personas mayores de 65 años realicen al menos 2 sesiones de entrenamiento de resistencia por semana.

Ensayos clínicos confirman que programas combinados con entrenamiento central pueden reducir en un 40% la necesidad de medicación en pacientes con dolor lumbar crónico. Estudios de fisiología del ejercicio indican que el entrenamiento progresivo puede aumentar la masa magra en 2.5-4 kg y mejorar los perfiles lipídicos (reducción del 15-20% en la relación LDL/HDL).

Alternativas

Si no es posible realizar entrenamiento de fuerza tradicional, se pueden considerar las siguientes alternativas:

  • Entrenamiento de fuerza en agua: utiliza la resistencia del agua para reducir la carga en las articulaciones
  • Entrenamiento con bandas elásticas: sistema portátil de resistencia
  • Ejercicios con peso corporal (como flexiones y sentadillas)

Opciones complementarias incluyen:

  • Máquinas de estimulación muscular eléctrica
  • Entrenamiento funcional (como uso de balanzas de equilibrio con carga)
  • Movimientos resistidos en Qigong o Tai Chi

Estas alternativas deben ajustarse según la condición física del paciente, por ejemplo, quienes tienen baja capacidad cardiorrespiratoria pueden preferir ejercicios en agua, y quienes tienen artritis deben optar por sistemas de resistencia de bajo impacto.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparaciones físicas son necesarias antes de realizar entrenamiento de fuerza?

Antes de comenzar, se recomienda una evaluación de movimientos por un entrenador profesional para verificar la flexibilidad articular y el equilibrio muscular. Realizar un calentamiento de al menos 10 minutos, incluyendo estiramientos dinámicos y ejercicios aeróbicos suaves, para elevar la temperatura muscular y reducir el riesgo de lesiones. En caso de antecedentes de enfermedades crónicas, consultar al médico y ajustar la intensidad del entrenamiento.

¿Es necesario detenerse si se presenta dolor muscular después del entrenamiento?

Un dolor muscular leve (DOMS) es normal y suele desaparecer en 24-72 horas tras el ejercicio, sin necesidad de suspender la actividad. Sin embargo, si el dolor se acompaña de hinchazón, dolor intenso o molestias en las articulaciones, se debe detener inmediatamente y consultar a un profesional para descartar lesiones musculares o ligamentarias.

¿Cómo mejorar los resultados del entrenamiento mediante la alimentación?

Consumir proteínas de alta calidad (como yogur o pechuga de pollo) y carbohidratos complejos (como avena o cereales integrales) dentro de los 30 minutos posteriores al ejercicio favorece la reparación y crecimiento muscular. La ingesta diaria recomendada de proteínas es de 1.2-2 g por kilogramo de peso corporal, además de asegurar suficiente vitamina D y calcio para mantener la salud ósea y muscular.

¿Cómo organizar el tiempo entre entrenamiento de fuerza y entrenamiento cardiovascular?

Se recomienda realizar el entrenamiento de fuerza y el cardiovascular en días separados para evitar la fatiga excesiva. Si se realiza en el mismo día, hacer primero el entrenamiento de fuerza, descansar 30 minutos y luego realizar ejercicio aeróbico. Planificar entrenamientos en días alternos para diferentes grupos musculares y asegurarse de tener al menos un día completo de descanso semanal para facilitar la recuperación.

¿Cuáles son los riesgos y precauciones para personas mayores que realizan entrenamiento de fuerza?

Las personas mayores deben optar por métodos de entrenamiento de bajo impacto (como bandas elásticas y peso libre), comenzar con cargas bajas y aumentar progresivamente. Se recomienda realizarlo 2-3 veces por semana, enfocándose en la resistencia muscular en lugar de la fuerza máxima. Monitorear cambios en la presión arterial durante el ejercicio y, en caso de enfermedades cardíacas o osteoporosis, consultar previamente con un médico y ajustar los movimientos según sea necesario.