Pelvic X-ray

Resumen del tratamiento

La radiografía de pelvis es una técnica de imagen no invasiva utilizada principalmente para evaluar anomalías en la estructura ósea y tejidos relacionados dentro de la pelvis. A través de imágenes generadas por rayos X que atraviesan el cuerpo, los médicos pueden observar la forma y disposición de los huesos pélvicos, caderas, articulaciones sacroilíacas y otras áreas. Las aplicaciones comunes incluyen diagnóstico de fracturas, evaluación de artritis y detección de tumores. Este examen es rápido y de bajo costo, generalmente utilizado como una herramienta de cribado inicial, complementándose posteriormente con MRI o tomografía computarizada para análisis detallados.

Tipos de tratamiento y mecanismos

La radiografía utiliza las diferencias en absorción de ondas electromagnéticas por diferentes tejidos para crear contraste en la imagen: los huesos, debido a su alto contenido de calcio, aparecen blancos, mientras que los tejidos blandos se muestran en tonos de gris oscuro a negro. Durante el examen, el paciente debe mantener una postura específica (como decúbito supino o lateral), y el técnico tomará varias imágenes desde diferentes ángulos, incluyendo frontal, lateral o en oblicuo. Los dispositivos digitales permiten obtener imágenes en tiempo real, facilitando una rápida interpretación por parte del médico sobre la localización y gravedad de las lesiones.

Indicaciones

Principalmente se emplea para diagnosticar fracturas pélvicas tras traumatismos, mostrando con precisión fracturas, desplazamientos o fracturas conminutas. En enfermedades articulares, se usa para evaluar el estrechamiento del espacio articular y formación de osteofitos en osteoartritis, así como para observar la destrucción articular en artritis reumatoide. También tiene valor clínico en el cribado preliminar de infecciones óseas como osteomielitis o tumores óseos.

Modo de uso y dosis

El proceso dura aproximadamente 10-15 minutos. El paciente debe quitar objetos metálicos y usar ropa protectora. El técnico seleccionará ángulos específicos, como vista anteroposterior (AP) o vista de entrada (inlet). La dosis de radiación en una sola exploración es de aproximadamente 0.1-0.3 milisieverts, inferior a la radiación ambiental anual natural (alrededor de 3 milisieverts), pero se debe evaluar la necesidad de repetir el examen para minimizar la exposición.

Beneficios y ventajas

  • Proporciona imágenes bidimensionales inmediatas de la anatomía ósea, facilitando diagnósticos rápidos en traumatismos
  • Coste menor comparado con MRI o CT, adecuado para cribados masivos
  • No requiere inyección de contraste, reduciendo riesgos de reacciones alérgicas

Riesgos y efectos secundarios

El principal riesgo es la exposición a radiación ionizante, aunque la dosis en una sola exploración es muy baja y generalmente no tiene efectos significativos en los pacientes. Se debe tener precaución: las mujeres embarazadas deben evitar el examen, y si es necesario, usar protección abdominal. Algunos pacientes pueden experimentar imágenes borrosas por mala postura, requiriendo repetir la toma y aumentando la exposición a la radiación.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen embarazo avanzado y presencia de implantes metálicos en la pelvis (como prótesis de cadera), que pueden interferir con la interpretación de la imagen. Antes del examen, se deben retirar joyas metálicas o cinturones metálicos. Las mujeres deben informar si existe posibilidad de embarazo. Pacientes con agitación severa pueden requerir sedación para garantizar la claridad de la imagen.

Interacciones con otros tratamientos

La radiografía en sí no interactúa con medicamentos o cirugías, pero si el paciente recibe tratamiento con radioisótopos, debe informar al personal médico para evitar interferencias en la imagen. Frecuentemente se combina con ultrasonido, por ejemplo, para evaluar fracturas con lesiones ligamentarias, o con CT para análisis de fracturas complejas.

Efectividad y evidencia clínica

En la detección de fracturas, la sensibilidad para fracturas evidentes (como fisuras o desplazamientos) alcanza hasta el 95%, aunque puede ser insuficiente para fracturas pequeñas o lesiones de tejidos blandos. Estudios muestran que la combinación de vistas anteroposterior y lateral aumenta la precisión en el diagnóstico de artritis a más del 85%, convirtiéndose en un procedimiento estándar en urgencias ortopédicas. Seguimientos a largo plazo indican que el monitoreo periódico con radiografías ayuda a controlar la densidad ósea en pacientes con osteoporosis.

Alternativas

La resonancia magnética (MRI) puede detectar lesiones en tejidos blandos y ligamentos, aunque es más costosa y lleva más tiempo. La tomografía computarizada (CT) ofrece reconstrucciones tridimensionales, útil en fracturas complejas, pero con mayor dosis de radiación. La ecografía no usa radiación y puede ser auxiliar, aunque limitada en la resolución de estructuras óseas profundas. La gammagrafía ósea puede detectar metástasis óseas tempranas, pero requiere de 6-8 horas para la absorción del radiofármaco.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparaciones son necesarias antes del examen? ¿Es necesario ayunar o cambiarse de ropa?

Antes de la radiografía de pelvis, generalmente basta con retirar objetos metálicos como joyas, cinturones o ropa con componentes metálicos para evitar interferencias en la imagen. Si el paciente está tomando medicamentos con componentes metálicos o tiene implantes médicos (como tornillos), debe informar al personal con anticipación. Normalmente no se requiere ayuno, pero si se realiza junto con otras pruebas (como radiografía abdominal), puede ser necesario seguir instrucciones específicas, según indicaciones del hospital.

¿El proceso causa dolor o incomodidad? ¿Es necesario anestesia?

La radiografía de pelvis es un procedimiento no invasivo, indoloro y sin necesidad de anestesia. El paciente debe adoptar la posición indicada por el personal, que puede requerir mantener una postura fija por breves momentos (como acostado o de lado). Algunas personas pueden sentir incomodidad por la postura, pero generalmente es breve (unos 5-10 minutos). En casos de trauma o dolor intenso, el personal ajustará la posición para reducir molestias.

¿Es necesario descansar después del examen? ¿Afecta las actividades diarias?

Tras el examen, el paciente puede retomar sus actividades normales de inmediato, sin restricciones especiales. Si el examen es para seguimiento de fracturas o después de cirugía, el médico puede recomendar evitar esfuerzos o movimientos que afecten la pelvis por un tiempo. La radiografía no causa daño, pero si hay sospecha de embarazo, se debe informar previamente para evaluar alternativas y reducir riesgos para el embrión.

¿Cuánto tiempo tarda en conocerse el resultado? ¿Cómo se interpretan los informes?

Las imágenes de la radiografía de pelvis se pueden obtener inmediatamente, pero el informe detallado debe ser analizado por un radiólogo, generalmente en 1-3 días hábiles. El informe será entregado por el médico en consulta o a través del sistema en línea del hospital, explicando el significado clínico de las anomalías. En casos de urgencia, como traumatismos graves, el informe se prioriza y los resultados pueden estar disponibles el mismo día.

¿Por qué a veces es necesario repetir la radiografía de pelvis?

Las repeticiones se realizan para seguir la evolución del tratamiento, como la cicatrización de fracturas o ajustes en dispositivos de fijación postquirúrgica. También puede ser necesario repetir si las imágenes iniciales no son claras (por ejemplo, por sobrepeso o limitaciones en la postura). El médico evaluará la necesidad en función del progreso y sopesará los riesgos de exposición a la radiación.