Myofascial release

Resumen del tratamiento

La terapia de liberación miofascial (Myofascial Release) es una técnica de fisioterapia manual que se centra en aliviar la tensión y adherencias en los tejidos musculares y fasciales. A través de presión sostenida y movimientos de estiramiento, ayuda a aliviar el dolor, rigidez y disfunciones causadas por la tensión muscular. Su principio fundamental consiste en modificar las propiedades mecánicas de la fascia, promoviendo la elasticidad tisular y la circulación sanguínea, siendo comúnmente utilizada en el manejo del dolor crónico, rehabilitación de lesiones deportivas y mejora de la postura.

A diferencia de los masajes tradicionales o la acupuntura, la terapia de liberación miofascial enfatiza la "eficacia a largo plazo" y la "adaptación tisular". El terapeuta ajusta la dirección y la intensidad de la fuerza según la constitución del paciente. Esta técnica ha sido desarrollada en el campo de la fisioterapia por más de medio siglo, convirtiéndose en una opción importante no farmacológica para las enfermedades del sistema musculoesquelético.

Tipos y mecanismos de tratamiento

La terapia de liberación miofascial se divide principalmente en dos categorías:

  • Método de fuerza directa: aplica presión más intensa en puntos gatillo específicos para descomponer rápidamente los nudos de fibras fasciales.
  • Método de amortiguamiento indirecto: realiza movimientos suaves para estirar los tejidos, aprovechando la elasticidad viscoelástica de la fascia para liberar tensiones progresivamente.
Los mecanismos de acción incluyen:

1. Mejorar la alineación de las fibras fasciales, reduciendo contracciones anómalas 2. Promover la circulación sanguínea y linfática local, acelerando la eliminación de residuos metabólicos 3. Ajustar la retroalimentación neuromuscular, reduciendo la sensibilidad al dolor

Indicaciones

Este método es especialmente útil en las siguientes condiciones:

  • Síndrome de dolor miofascial crónico
  • Dolores de cabeza posturales, dolor en cuello y hombros
  • Rigidez y dolor muscular post-ejercicio
  • Adhesiones tisulares y limitaciones en la movilidad articular tras cirugías
Particularmente efectivo en casos de cambios cervicales o dolor lumbar causados por sedentarismo prolongado o mala postura.

En la práctica clínica, también se combina con ejercicios de rehabilitación:

  • Síndrome de atrapamiento del nervio periférico (como el síndrome del túnel carpiano)
  • Rehabilitación postquirúrgica ortopédica
  • Síntomas de compresión nerviosa (como ciática)

Modo de uso y dosis

El tratamiento generalmente lo realiza un fisioterapeuta, con sesiones de aproximadamente 30-60 minutos. Durante la sesión, el paciente debe exponer la zona a tratar, y el terapeuta aplicará presión con las palmas de las manos o herramientas especiales, ajustando la fuerza y el ángulo según la respuesta del tejido. Se recomienda una frecuencia inicial de 2-3 veces por semana, durante 4-6 semanas como un ciclo completo.

La dosis debe ajustarse considerando la tolerancia al dolor del paciente:

  • En fases agudas de inflamación, predominan movimientos suaves
  • En dolor crónico, se puede incrementar gradualmente la profundidad de la fuerza
  • Niños y personas mayores requieren reducir la intensidad de la fuerza
Se sugiere complementar con aplicaciones de calor y estiramientos para potenciar los resultados.

Beneficios y ventajas

Las principales ventajas de esta técnica son:

  • Tratamiento no invasivo, sin riesgo de dependencia de medicamentos
  • Capacidad de tratar estructuras fasciales profundas
  • Mejora simultánea de la movilidad muscular y articular
Los estudios clínicos muestran que después de 6 semanas de tratamiento, la intensidad del dolor disminuye en promedio entre un 40% y un 60%.

Además, su carácter no invasivo la convierte en una opción adecuada para embarazadas o personas con alergia a medicamentos. La investigación indica que, en comparación con solo usar medicamentos, los pacientes que combinan la terapia de liberación miofascial tienen una tasa de recurrencia reducida en más del 30%.

Riesgos y efectos secundarios

Los efectos adversos a corto plazo pueden incluir:

  • Sensación de ardor o incomodidad en la zona tratada
  • Enrojecimiento o hematomas leves
  • Dolor muscular que puede durar de 24 a 48 horas
Estos efectos generalmente desaparecen en 48 horas.

Riesgos graves incluyen:

  • Fracturas o daño óseo en pacientes con osteoporosis
  • Ejercicio intenso inmediatamente después del tratamiento, que puede inducir lesiones musculares
  • Prohibido aplicar directamente en heridas abiertas
El tratamiento debe ser realizado por un profesional tras una evaluación adecuada.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen:

  • Trastornos de la coagulación
  • Tratamiento anticoagulante reciente
  • Metástasis ósea por cáncer
  • Enfermedad cardíaca grave
Se requiere proporcionar un historial clínico completo, incluyendo cirugías y medicación.

Para grupos especiales, se deben ajustar las técnicas:

  • Embarazadas solo con movimientos no invasivos
  • Diabéticos, con mayor vigilancia en la piel
  • Pacientes con inestabilidad articular, evitando estiramientos excesivos
Está estrictamente prohibido realizar técnicas de tejidos profundos en lesiones agudas sin evaluación previa.

Interacción con otros tratamientos

Puede combinarse de forma segura con:

  • Ultrasonido en fisioterapia
  • Acupuntura seca (con intervalo de al menos 6 horas)
  • Aplicaciones de calor o estimulación eléctrica
Pero debe evitarse la combinación con:

Combinaciones prohibidas:

  • Masajes intensos en fase aguda de inflamación
  • Presión profunda en uso de anticoagulantes
  • Estiramientos excesivos en casos de compresión nerviosa
Antes del tratamiento, es necesario consultar con el médico sobre medicamentos y antecedentes quirúrgicos.

Eficacia y evidencia

Un estudio de revisión sistemática de 2020 mostró que la terapia de liberación miofascial mejora en promedio un 37% el dolor (VAS) en pacientes con patologías cervicales y aumenta la movilidad articular en un 22%. En pacientes con capsulitis adhesiva, la recuperación funcional fue un 40% más rápida en comparación con solo estiramientos.

Investigaciones con MRI en NeuroImage revelaron que, tras el tratamiento, el valor T2 en los tejidos fasciales aumentó un 15%, indicando mejoría en el metabolismo del agua tisular. La Asociación Americana de Fisioterapia (APTA) la recomienda como segunda línea en el tratamiento del dolor musculoesquelético crónico.

Alternativas

Para quienes no puedan recibir terapia manual, se consideran opciones como:

  • Acupuntura seca
  • Ultrasonido terapéutico
  • Rodillo de fascia (ejercicios con foam roller)
Es importante entender las diferencias en indicaciones de cada método.

En farmacología, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) alivian el dolor agudo, pero no modifican la estructura tisular. Al elegir una alternativa, se debe evaluar la tolerancia del paciente y el costo económico.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparaciones son necesarias antes de recibir la liberación miofascial?

Se recomienda vestir ropa holgada y cómoda para facilitar el acceso del terapeuta a los músculos objetivo. Además, evitar comer o ayunar en las 2 horas previas para reducir molestias relacionadas con cambios posturales durante la sesión. Si tiene antecedentes especiales (como trastornos de coagulación) o está tomando medicamentos específicos, informe al terapeuta con anticipación.

¿Cómo puedo mejorar los resultados de la terapia de liberación miofascial?

Realizar compresas calientes suaves o estiramientos lentos (como yoga) en las 24-48 horas posteriores puede ayudar a relajar los músculos y prolongar los efectos. Evite ejercicios de alta intensidad inmediatamente después y mantenga una postura correcta, especialmente si trabaja sentado muchas horas, levantándose cada hora por 5-10 minutos.

¿Es normal experimentar dolor muscular después de la terapia?

Algunos pacientes pueden experimentar molestias leves o sensibilidad en 2-3 días tras la sesión, lo cual es una reacción normal a la manipulación de la fascia. Si el dolor persiste más de 72 horas o presenta enrojecimiento, hinchazón o fiebre, consulte al terapeuta para evaluar la necesidad de ajustar el tratamiento.

¿Se puede combinar la terapia con otros tratamientos físicos?

Se recomienda hacerlo bajo evaluación profesional, con terapias de baja intensidad como calor o estimulación eléctrica. Evite masajes profundos o estiramientos intensos inmediatamente después de la liberación miofascial para no sobreestimular los tejidos. La secuencia de tratamientos debe planificarse en conjunto con el equipo terapéutico.

¿La efectividad de la terapia varía entre personas?

Sí, la respuesta depende del grado de tensión fascial, la duración del dolor y los patrones de actividad diaria. Pacientes con tensión crónica pueden requerir de 4 a 6 sesiones para notar mejoras significativas, mientras que los síntomas agudos pueden responder en 2-3 sesiones. El terapeuta ajustará el plan según el progreso, y es importante realizar seguimiento periódico.