La gripe estacional es una enfermedad infecciosa respiratoria aguda causada por el virus de la influenza, cuyos síntomas suelen aparecer de forma repentina y progresar rápidamente. Los pacientes pueden presentar síntomas evidentes entre 1 y 4 días después del contacto con el virus, con una gravedad que varía de una persona a otra. Conocer las características de los síntomas ayuda a realizar un diagnóstico temprano y a reducir el riesgo de complicaciones.
La manifestación de los síntomas varía según la edad, la fortaleza del sistema inmunológico y la cepa del virus. Los niños pueden presentar principalmente fiebre y dolores musculares, mientras que los adultos mayores o pacientes con enfermedades crónicas pueden experimentar problemas respiratorios más graves. Reconocer los cambios en los síntomas y observar su gravedad son criterios importantes para determinar si se requiere atención médica.
Los síntomas iniciales de la gripe suelen incluir malestar general y síntomas respiratorios locales. Los pacientes a menudo sienten una fatiga repentina, conocida como «síntomas previos a la enfermedad», que puede aparecer 12 a 24 horas antes de la fiebre. Además, síntomas de la parte superior del tracto respiratorio como garganta seca, congestión nasal leve o estornudos son signos evidentes de que el virus comienza a infectar la mucosa respiratoria.
Es importante notar que algunos pacientes pueden confundir inicialmente estos síntomas con un resfriado común, pero la gripe generalmente se agrava rápidamente en 24 horas, lo cual difiere claramente del desarrollo progresivo de un resfriado.
Los síntomas típicos alcanzan su punto máximo entre el segundo y tercer día de la enfermedad, dividiéndose en síntomas sistémicos y respiratorios locales. Los síntomas sistémicos como fiebre alta (a menudo superior a 38.5°C) persisten durante varios días, acompañados de dolores musculares intensos, especialmente en las piernas y la espalda. Los síntomas respiratorios incluyen tos seca, sensación de opresión en el pecho y dificultad para respirar, que en casos severos pueden afectar las actividades diarias.
Algunos pacientes también experimentan síntomas gastrointestinales como pérdida de apetito, diarrea o náuseas, que son más comunes en niños. La combinación de estos síntomas sistémicos y locales contrasta claramente con los síntomas del resfriado común, que se limitan principalmente a la parte superior del tracto respiratorio.
Los síntomas generalmente alcanzan su pico entre 3 y 7 días después de la aparición y luego disminuyen gradualmente. Sin embargo, si los síntomas no mejoran después del quinto día o si hay fiebre recurrente, puede indicar una infección bacteriana secundaria o neumonía viral. La tos puede persistir más de dos semanas, relacionada con la residualidad viral o la reparación del daño en las vías respiratorias.
Entre el tercer y cuarto día de la enfermedad, los pacientes pueden presentar fiebre persistente, confusión o dificultad respiratoria, que son signos de emergencia. En este momento, es crucial monitorear la saturación de oxígeno en sangre y la producción de orina para evaluar la deshidratación y la carga en los órganos. Algunos pacientes pueden experimentar náuseas o vómitos debido a alteraciones metabólicas.
La resolución de los síntomas generalmente se acompaña de una disminución de la fiebre y una reducción en la frecuencia de la tos, aunque algunos pacientes pueden experimentar fiebre baja recurrente durante la recuperación, relacionada con la reparación tras la eliminación del virus por parte del sistema inmunológico.
Se debe acudir inmediatamente a un centro médico si se presentan cualquiera de las siguientes condiciones: fiebre superior a 39°C que dura más de 48 horas, confusión o alteración del estado de conciencia, dificultad respiratoria que cause cianosis en los labios. Estos síntomas pueden indicar complicaciones graves como neumonía, encefalitis o acidosis metabólica secundaria a la gripe.
Las personas mayores de 65 años, embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas que presenten síntomas leves que empeoran, como un control de glucosa alterado en diabéticos o un aumento en la gravedad del dolor en el pecho en pacientes con cardiopatías, deben considerarse emergencias. En niños, la presencia de convulsiones, incapacidad para alimentarse o piel con patrón marmóreo (piel de mármol) puede indicar deshidratación severa o crisis metabólica.
Incluso si los síntomas parecen leves, si ha habido contacto con un paciente confirmado y se presentan síntomas similares a la gripe, se recomienda realizar pruebas rápidas o PCR para bloquear la cadena de transmisión. Los medicamentos antivirales disponibles en los centros de salud, si se administran dentro de las 48 horas posteriores al inicio de los síntomas, pueden reducir significativamente la duración de la enfermedad y disminuir el riesgo de complicaciones.
Los síntomas de la gripe suelen ser más repentinos y graves, incluyendo fiebre alta (más de 39°C), dolores musculares generalizados y fatiga extrema, mientras que el resfriado común se caracteriza por congestión nasal, rinorrea y molestias leves en la garganta. Si se presenta dolor de cabeza intenso o tos persistente, se recomienda acudir rápidamente al médico para confirmar si se trata de gripe.
¿Por qué puedo contraer la gripe a pesar de haber sido vacunado?La efectividad de la vacuna depende de la coincidencia con las cepas del virus y de la respuesta inmunitaria individual. Cada año, la vacuna se formula según las predicciones de las cepas predominantes del año anterior. Si las cepas circulantes sufren mutaciones, la protección puede disminuir. Sin embargo, incluso si se infecta, la vacunación puede reducir la gravedad de los síntomas y el riesgo de complicaciones.
¿Por qué no se deben usar antipiréticos en exceso durante la fiebre?El uso excesivo de antipiréticos puede sobrecargar el hígado y los riñones, además de enmascarar la progresión real de la enfermedad. Se recomienda seguir las indicaciones médicas para controlar la dosis y priorizar métodos físicos de reducción de fiebre, como baños con agua tibia. La fiebre es una respuesta natural del cuerpo para combatir el virus y no debe suprimirse de forma agresiva en las primeras horas.
¿Es normal que persista la tos durante la recuperación de la gripe? ¿Cómo manejarlo?La tos seca o con flema durante la recuperación es común, ya que el virus puede dañar la mucosa respiratoria. La recuperación puede tomar de 1 a 2 semanas. Se recomienda consumir líquidos tibios como jugo de pera o agua con miel para aliviar la garganta, y evitar irritantes como humo o productos químicos. Si hay hemoptisis o fiebre recurrente, se debe acudir inmediatamente al médico.
¿Se puede tomar medicina china y occidental al mismo tiempo durante el tratamiento de la gripe?Es recomendable consultar con un médico antes de combinar medicamentos, ya que algunos ingredientes de la medicina tradicional china pueden interactuar con los antivirales (como oseltamivir), afectando su eficacia o aumentando los efectos secundarios. La automedicación puede sobrecargar el hígado, por lo que se debe seguir siempre la orientación profesional médica.