La dermatitis atópica es una inflamación cutánea crónica común cuyo objetivo de tratamiento es aliviar la picazón, reducir el enrojecimiento e hinchazón de la piel, reparar la barrera cutánea y prevenir recaídas. El plan de tratamiento debe ajustarse de manera personalizada según la edad del paciente, la gravedad de los síntomas y la etapa de la enfermedad; la gestión a largo plazo es clave para controlar la enfermedad.
Las estrategias de tratamiento generalmente combinan medicamentos y métodos no farmacológicos, enfatizando la educación del paciente y el cuidado diario. La comunidad médica recomienda un enfoque escalonado, ajustando progresivamente la intensidad del tratamiento según la gravedad, y monitoreando los efectos secundarios y la eficacia.
Investigaciones recientes muestran que la terapia combinada que regula el sistema inmunológico y repara la barrera cutánea puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. A continuación, se detallan los principios, métodos de uso y precauciones de las diferentes opciones de tratamiento.
El tratamiento de la dermatitis atópica se divide en dos fases principales: fase aguda y fase de mantenimiento crónico. La fase aguda busca aliviar rápidamente los síntomas, posiblemente con dosis altas de medicamentos; la fase crónica se centra en el control a largo plazo y la prevención. Los principales modelos de tratamiento incluyen:
La elección del tratamiento debe considerar la edad del paciente, por ejemplo, en bebés se debe evitar el uso de corticosteroides potentes, mientras que en adolescentes y adultos se puede emplear una combinación más flexible. Los médicos diseñan planes de tratamiento escalonados basados en el área afectada, la intensidad de la picazón y el riesgo de complicaciones.
Los corticosteroides tópicos son actualmente los medicamentos de primera línea más comunes, clasificados en siete niveles de potencia, desde el hidrocortisona al 1% de baja potencia hasta el fluocinolona acetonida de alta potencia. Los síntomas leves pueden tratarse con medicamentos de baja potencia en áreas faciales y pliegues, mientras que las áreas con enrojecimiento severo requieren medicamentos de potencia media a alta por cortos períodos.
El uso correcto incluye aplicar una capa fina 1-2 veces al día en la zona afectada, sin exceder de 2 semanas en la fase aguda, y en la fase crónica, usar medicamentos de menor potencia para mantener. Es importante tener en cuenta que el uso prolongado puede causar atrofia cutánea o foliculitis, por lo que debe hacerse bajo supervisión médica y ajustando la dosis.
El tacrolimus y pimecrolimus, no corticosteroides, se usan en pacientes que no responden bien a los corticosteroides o que requieren tratamiento a largo plazo. Estos medicamentos inhiben la activación de linfocitos T y reducen la inflamación. Son adecuados para áreas sensibles como la cara y las axilas, aunque pueden causar sensación de ardor o picazón en la etapa inicial.
Los nuevos biológicos, como los inhibidores de IL-4/13, han sido aprobados para dermatitis moderada a grave, bloqueando ciertos mediadores inflamatorios y reduciendo significativamente los síntomas. Estos medicamentos se administran mediante inyección subcutánea o intravenosa y son adecuados para adultos que no responden a tratamientos tradicionales.
Los antihistamínicos orales (como cetirizina) ayudan a aliviar la picazón nocturna, con menos efectos secundarios en la segunda generación. Si hay infección por Staphylococcus aureus, se deben usar antibióticos tópicos u orales para evitar que las lesiones supurativas empeoren.
La fototerapia con UVB de banda estrecha o PUVA puede inhibir la proliferación de células epidérmicas y mediadores inflamatorios, siendo adecuada para adultos con grandes áreas afectadas. Los tratamientos suelen realizarse 2-3 veces por semana en centros especializados para evitar riesgos de sobreexposición a la radiación ultravioleta.
La terapia con luz de 308 nm, que apunta específicamente a las lesiones, reduce el daño en la piel sana y es adecuada para lesiones faciales o en las extremidades.
El método de envoltura húmeda (Wet Wrap Therapy), que cubre las lesiones con apósitos húmedos con medicación, aumenta la absorción del fármaco y mantiene la piel hidratada. Se usa especialmente en niños con picazón o enrojecimiento severo, controlando la temperatura del apósito para evitar irritación.
Las compresas frías o bolsas de hielo pueden aliviar rápidamente la picazón, pero deben evitarse contactos directos con la piel por más de 15 minutos para prevenir congelación. Después de la terapia fría, aplicar inmediatamente un hidratante mejora los resultados.
La terapia conductual incluye técnicas para manejar la picazón, como compresas frías y el uso de guantes de algodón, ayudando a evitar rascarse. La asesoría psicológica puede mejorar la ansiedad o depresión relacionadas con problemas cutáneos crónicos, especialmente en adolescentes con preocupaciones estéticas.
Aplicar al menos dos veces al día emolientes sin fragancia, preferiblemente justo después del baño (en los primeros 3 minutos), ayuda a mantener la piel hidratada. Productos con ceramidas o urea ayudan a reparar la barrera cutánea.
Evitar baños con agua caliente, manteniendo la temperatura por debajo de 38°C, y limitar la duración a 10 minutos. La rutina de hidratación después del baño debe ser constante para reducir la recurrencia de síntomas.
Mantener la humedad interior entre 40-60%, usando deshumidificadores o purificadores de aire para reducir ácaros y alérgenos. La ropa y la ropa de cama deben ser de algodón 100%, lavados a más de 60°C semanalmente para eliminar ácaros y bacterias que puedan causar alergias.
Algunos pacientes pueden experimentar desencadenantes alimentarios, por lo que se recomienda llevar un diario de alimentos para identificar posibles factores. La suplementación con ácidos grasos omega-3 y vitamina D puede ayudar a regular la respuesta inmunitaria, pero debe ser evaluada por un médico.
El manejo del estrés es fundamental para prevenir recaídas; técnicas como la meditación mindfulness y el ejercicio regular pueden reducir los niveles de cortisol y la inflamación. Se recomienda establecer una rutina diaria de 15 minutos de relajación.
La terapia génica y la inmunoterapia contra alérgenos están en fase de ensayos clínicos, con nuevos medicamentos orales dirigidos a receptores IL-31 o vías JAK-STAT, que podrían reducir la dependencia de corticosteroides a largo plazo. Tecnologías mínimamente invasivas, como microagujas para introducir ingredientes humectantes, están en desarrollo para fortalecer la reparación de la barrera cutánea.
Los sistemas de diagnóstico asistido por inteligencia artificial pueden analizar imágenes de la piel en tiempo real para ayudar a los médicos a ajustar los planes de tratamiento. La medicina personalizada, combinada con pruebas genéticas, podría en el futuro diseñar planes de tratamiento más precisos según la expresión de genes como IL-4Rα en cada paciente.
Debe acudir a un especialista en dermatología si presenta: síntomas que no mejoran en 72 horas, aparición de costras amarillas o pus, fiebre con aumento de enrojecimiento e hinchazón de la piel. Si el rascado persistente causa daño en la dermis, signos de infección o resistencia a los medicamentos tradicionales, se debe remitir a un dermatólogo para evaluación.
En niños, si la picazón afecta el sueño o las actividades, o si los síntomas impactan su estado psicológico, se recomienda una consulta especializada. El médico puede sugerir pruebas de alergia, ajustar dosis de medicamentos o realizar fototerapia adicional.
Los pacientes pueden elegir cosméticos hipoalergénicos y sin fragancia, pero deben evitar productos con conservantes (como MIT, CI), fragancias o alcohol. Se recomienda realizar una prueba en una pequeña área de piel para verificar posibles reacciones. Es preferible optar por productos etiquetados como «hipoalergénicos» o «apropiados para piel sensible».
¿Qué métodos no farmacológicos pueden ayudar a aliviar los síntomas de la dermatitis atópica en la vida diaria?Mantener la piel hidratada es fundamental; usar lociones o ungüentos sin fragancia varias veces al día para sellar la humedad. Evitar rascarse ayuda a prevenir daños en la piel; cortar las uñas y usar ropa de algodón reduce la fricción. En el control ambiental, usar humidificadores para mantener la humedad en 40-60% y limpiar regularmente la ropa de cama para reducir los ácaros.
¿Qué medidas tomar en invierno cuando la piel se seca y los síntomas empeoran?En invierno, el uso de calefacción puede resecar aún más la piel. Se recomienda limitar la temperatura del agua del baño a menos de 32°C y reducir el tiempo a 5 minutos. Después del baño, aplicar inmediatamente ungüentos o cremas gruesas (como vaselina) para sellar la humedad. También se pueden usar productos hidratantes con urea o ácido láctico para restaurar la función de barrera cutánea.
¿El uso de corticosteroides puede causar adelgazamiento de la piel o resistencia a los medicamentos? ¿Cómo usarlos correctamente?El uso a corto plazo según indicaciones generalmente es seguro, pero el uso prolongado y en altas concentraciones puede causar adelgazamiento de la piel o dilatación de los vasos sanguíneos. Se recomienda seguir las instrucciones del médico, aplicando en áreas específicas: en el tronco, se puede usar un corticosteroide de mayor potencia, en la cara o pliegues, uno de menor potencia. Tras la mejoría, reducir gradualmente la dosis y centrarse en la hidratación.
¿Los pacientes con dermatitis atópica pueden vacunarse? ¿Existen precauciones especiales?Los pacientes pueden vacunarse normalmente, pero deben evitar las áreas con eccema activo. Si están en inmunosupresores (como ciclosporina), deben informar a su médico para evaluar la respuesta a la vacuna. Si hay enrojecimiento, puede ser una reacción normal, pero si hay pus o picazón intensa, se debe acudir inmediatamente a evaluar el riesgo de infección.