El diagnóstico de la fiebre del dengue requiere la integración de manifestaciones clínicas, antecedentes epidemiológicos y resultados de pruebas de laboratorio. Durante el proceso diagnóstico, el médico primero realiza una evaluación detallada de los síntomas y su cronología, y confirma si el paciente ha estado expuesto en áreas de riesgo. Las pruebas de laboratorio son evidencia clave que pueden detectar la presencia de antígenos o anticuerpos del virus, confirmando así el diagnóstico.
El diagnóstico temprano es crucial para prevenir complicaciones graves. Cuando el paciente presenta fiebre alta, dolor en la piel o erupción cutánea, se debe realizar una evaluación sistémica inmediata. El proceso diagnóstico generalmente se divide en una fase de tamizaje preliminar y una de confirmación, combinando diferentes herramientas de prueba para aumentar la precisión.
Al realizar una evaluación clínica, el médico observa principalmente la cronología y la gravedad de los síntomas. Los síntomas típicos de la fiebre del dengue incluyen fiebre aguda (39-40°C), cefalea, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y articular (conocido como "fiebre de los huesos rotos"), y erupciones en el cuello o en la parte superior del pecho y espalda. El médico presta especial atención a la tendencia a sangrar durante la "fase de descenso de la fiebre", lo cual puede indicar un empeoramiento del estado.
La recopilación de antecedentes epidemiológicos es fundamental. Es necesario preguntar detalladamente sobre las actividades del paciente en las últimas dos semanas, incluyendo si ha estado en áreas de riesgo en el sur de Asia, Sudeste Asiático o América Central y del Sur, o si ha tenido contacto con casos confirmados. Si el paciente vive en zonas tropicales o ha participado en actividades al aire libre recientemente, el riesgo de infección aumenta significativamente.
En el examen físico, el médico observará la forma y distribución de las erupciones cutáneas, así como signos de sangrado como hemorragias en las encías, aumento del flujo menstrual o petequias. Los cambios en los valores de hematocrito y plaquetas ayudan a determinar si el paciente entra en la "fase de shock", lo cual es especialmente importante para la clasificación del tipo de dengue.
El diagnóstico de laboratorio se divide en fases aguda y de recuperación. Dentro de los primeros cinco días de fiebre, se puede detectar el antígeno NS1 en suero, que permite obtener resultados rápidos en 24-48 horas después de la aparición de los síntomas. Si el resultado es positivo, se debe iniciar inmediatamente el aislamiento y el tratamiento de soporte.
Las pruebas serológicas son otra herramienta central. La IgM alcanza su pico entre 5 y 7 días después de la fiebre y puede persistir durante varias semanas; la IgG aumenta en meses posteriores a la infección. El médico realiza pruebas de "suero en doble muestra" (suero en fase de convalecencia), comparando las concentraciones de anticuerpos en la fase aguda y en la recuperación para confirmar la secuencia de la infección.
Las pruebas de detección de ácido nucleico viral (como RT-PCR) pueden detectar directamente el ARN del virus, siendo útiles en los primeros 3-5 días de fiebre. Aunque son altamente sensibles, requieren equipos especializados y son costosas, por lo que generalmente se usan para confirmar casos sospechosos de gravedad o complicados. La elevación de la velocidad de sedimentación globular y de la proteína C-reactiva (PCR) puede reflejar de manera indirecta la respuesta inflamatoria sistémica provocada por el virus.
Los kits de diagnóstico rápido son herramientas importantes en atención primaria, capaces de detectar simultáneamente el antígeno NS1 y los anticuerpos IgM/IgG en 15 minutos. Son adecuados para regiones con recursos limitados, aunque a veces se requiere combinarlos con otras pruebas para descartar resultados falsos positivos.
Las plataformas electrónicas de evaluación se están utilizando cada vez más en tamizajes masivos. Algunos sistemas médicos emplean software de mensajería instantánea para integrar cuestionarios de síntomas y geolocalización GPS, permitiendo identificar rápidamente casos con alto riesgo. Estas herramientas digitales aumentan la eficiencia del tamizaje, pero deben ser interpretadas por profesionales médicos.
Las pruebas de imagen, aunque no son herramientas diagnósticas principales, pueden ayudar a descartar complicaciones como neumonía mediante radiografías de tórax, o evaluar presencia de líquido en el abdomen o agrandamiento de órganos mediante ultrasonido. Estas pruebas complementarias proporcionan información multidimensional en casos complejos.
El dengue debe diferenciarse de la gripe, la infección por el virus del chikungunya, la fiebre hemorrágica del dengue (FHD) y el síndrome de shock del dengue (SSD). Los pacientes con gripe generalmente no presentan una caída significativa en las plaquetas, mientras que el dolor en las articulaciones en chikungunya suele ser más intenso y duradero.
Al realizar el diagnóstico diferencial, es importante distinguir las formas severas: los pacientes con fiebre hemorrágica del dengue presentan sangrado en mucosas o aumento de la presión de los hematocritos >20%, mientras que en el síndrome de shock del dengue se acompaña de hipotensión y fallo en la circulación periférica. Estas diferencias clínicas son clave para la clasificación del tipo de dengue.
Otras enfermedades que deben descartarse incluyen la fiebre amarilla, la infección por el virus Zika y la malaria. Por ejemplo, la malaria suele presentar fiebre periódica y parásitos en la sangre periférica, mientras que la fiebre amarilla puede mostrar alteraciones en las pruebas de función hepática. El médico debe cruzar datos de laboratorio para confirmar el diagnóstico.
La detección temprana puede reducir efectivamente la mortalidad, ya que la fase crítica de gravedad generalmente ocurre entre el tercer y séptimo día de fiebre. Confirmar el diagnóstico a tiempo permite al equipo médico monitorear de cerca la presión arterial, el hematocrito y la diuresis, y administrar soporte oportuno.
A nivel de salud pública, el diagnóstico precoz ayuda a rastrear los focos de epidemia. Mediante sistemas de notificación en tiempo real, las autoridades sanitarias pueden activar rápidamente medidas de control de vectores, rompiendo la cadena de transmisión del virus. Esto es vital para controlar infecciones en conglomerados.
La educación del paciente también es parte del diagnóstico temprano. La sensibilización comunitaria sobre los signos de "fiebre + dolor en las articulaciones y músculos" puede promover que los pacientes acudan a atención médica en etapas tempranas. Este modelo de colaboración médico-paciente puede reducir los retrasos en el diagnóstico y mejorar los resultados del tratamiento.
El análisis de sangre es la principal forma de diagnóstico del dengue, pero el médico generalmente combina los síntomas clínicos (como fiebre alta, cefalea, dolor muscular) y antecedentes epidemiológicos (como viajes recientes a zonas de riesgo) para una evaluación integral. Durante la fase aguda, los análisis de conteo sanguíneo y detección de anticuerpos son especialmente importantes, aunque el diagnóstico definitivo requiere detectar cambios en el virus mediante pruebas de ácido nucleico o anticuerpos.
¿Por qué algunos pacientes pueden tener resultados negativos en las pruebas serológicas en las primeras etapas?En las primeras 72 horas de la enfermedad, los anticuerpos del virus aún no se han producido, lo que puede dar resultados negativos en las pruebas serológicas. Se recomienda repetir la prueba entre los días 3 y 5 si los síntomas persisten, para mejorar la precisión. Además, una carga viral baja o un momento inadecuado para la extracción de sangre también pueden afectar los resultados.
¿Es seguro que los pacientes con sospecha de dengue se queden en casa y reduzcan la fiebre por sí mismos?No se recomienda el uso de aspirina u otros antiinflamatorios no esteroideos (como ibuprofeno) por cuenta propia, ya que pueden aumentar el riesgo de sangrado. Se aconseja enfriar la fiebre con métodos físicos (como compresas frías y rehidratación) y acudir rápidamente al hospital para descartar complicaciones graves. Se debe tener especial precaución si la fiebre dura más de 3 días o si hay signos de sangrado.
¿La reinfección por dengue es más difícil de diagnosticar?En casos de reinfección, los anticuerpos existentes pueden interactuar con el nuevo virus mediante un fenómeno conocido como "potenciación dependiente de anticuerpos", lo que puede causar síntomas más severos. En estos casos, las pruebas serológicas deben distinguir entre las respuestas de anticuerpos antiguos y nuevos, y el diagnóstico puede requerir pruebas de ácido nucleico o comparación de muestras en diferentes momentos.
¿Por qué en algunas regiones se requiere hospitalización para casos sospechosos?Los síntomas iniciales del dengue son similares a los de un resfriado común, pero el riesgo de complicaciones graves es alto. La hospitalización permite monitorear de cerca la cuenta de plaquetas, la viscosidad sanguínea y otros indicadores, evitando perder la ventana de tratamiento para la fiebre hemorrágica o el shock. Durante brotes epidémicos, esta medida ayuda a reducir la mortalidad de manera efectiva.