La gammagrafía de perfusión pulmonar (Lung Perfusion Scan) es una prueba de imágenes nucleares que se utiliza principalmente para evaluar la perfusión sanguínea en los pulmones. Tras la inyección de un radiofármaco, se emplea una cámara gamma para rastrear su distribución en los vasos pulmonares, lo que ayuda a diagnosticar embolia pulmonar, evaluar el grado de obstrucción vascular pulmonar o realizar una evaluación funcional previa a una cirugía pulmonar.
Esta prueba, combinada con la gammagrafía de ventilación (V/Q Scan), tiene una mayor precisión. Su valor principal radica en proporcionar información dinámica sobre el flujo sanguíneo pulmonar de manera no invasiva, siendo especialmente útil cuando se sospecha de embolia pulmonar pero otros resultados de pruebas no son concluyentes.
La gammagrafía de perfusión pulmonar se divide en dos tipos principales: la Tomografía por Emisión de Fotones Únicos (SPECT) y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET). En la prueba, se utilizan radionúclidos marcados con isótopos como Tecnecio-99m (99mTc) en forma de colloide macrocíclico como marcador, que se inyecta por vía intravenosa y se desplaza con el flujo sanguíneo.
La distribución de las partículas radiactivas en los vasos pulmonares es detectada por el escáner, generando imágenes tridimensionales. Las áreas de obstrucción aparecerán como déficits de perfusión, con menor concentración de radiación, denominados "defectos de perfusión". Este fenómeno es un indicador clave para el diagnóstico de embolia pulmonar. La duración total de la prueba es de aproximadamente 30 a 90 minutos, ajustándose la cantidad de escaneos según la localización de las lesiones.
Se recomienda principalmente para pacientes con sospecha de embolia pulmonar que tengan resultados normales en D-dímero o que no puedan realizar una angiografía pulmonar por tomografía computarizada (TC). También se usa para evaluar la función vascular en hipertensión pulmonar, antes y después de trasplantes pulmonares, o para determinar la compensación de flujo en enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.
En ciertos casos, como alergia a los medios de contraste yodados o insuficiencia renal que impide realizar una TC, la gammagrafía de perfusión pulmonar se convierte en la herramienta de evaluación preferida. Además, en pacientes con sospecha de embolia pulmonar y riesgo moderado según la escala de Wells, esta prueba puede evitar procedimientos diagnósticos invasivos innecesarios.
El paciente debe retirar objetos metálicos antes de la prueba y puede realizar una gammagrafía de ventilación previa (inhalación de gas radiactivo). La dosis de radionúclido es aproximadamente de 740 a 1850 MBq, ajustándose según peso corporal y requerimientos de la exploración.
Tras la inyección, se recomienda permanecer en reposo durante 15 a 30 minutos para permitir una distribución uniforme del marcador. Durante el escaneo, el paciente debe estar acostado y evitar moverse. La prueba no requiere anestesia, y el marcador se elimina principalmente en 24 horas a través de la orina, por lo que se recomienda beber abundantes líquidos para facilitar su metabolismo.
Las principales ventajas incluyen:
Comparada con la angiografía pulmonar, presenta menor invasividad y una precisión del 85-95%. En la evaluación de embolias múltiples pequeñas o hipertensión pulmonar crónica tromboembólica, proporciona información dinámica del flujo sanguíneo, complementando otros estudios diagnósticos.
Los principales riesgos incluyen:
Riesgos graves: Mujeres embarazadas pueden exponer al feto, por lo que está estrictamente contraindicado. Algunos pacientes pueden experimentar hinchazón en el sitio de inyección o vasculitis, por lo que se recomienda observar durante 30 minutos después de la prueba.
Las contraindicaciones incluyen:
Antes de la prueba, se debe informar al médico sobre: exposiciones recientes a otros estudios con radiación, insuficiencia renal, enfermedades tiroideas o posible embarazo. Los pacientes diabéticos deben suspender temporalmente medicamentos con yodo para evitar interferencias en la imagen.
Al combinarse con anticoagulantes, se debe tener precaución por el riesgo de hemorragia, aunque los medicamentos en sí no afectan los resultados. Si el paciente está en evaluación renal, se recomienda esperar al menos 48 horas para evitar interferencias por radiación.
En comparación con la angiografía por tomografía computarizada (CTPA), esta prueba tiene mayor precisión en detectar lesiones en zonas periféricas del pulmón, aunque es menos sensible a obstrucciones en vasos centrales, por lo que la elección debe basarse en la situación clínica.
Numerosos estudios muestran que la gammagrafía de perfusión pulmonar tiene una sensibilidad del 97% y una especificidad de aproximadamente 85% para excluir embolia pulmonar. Cuando se combina con la gammagrafía de ventilación, la precisión diagnóstica supera el 95%, siendo una herramienta clave en el diagnóstico en etapas agudas.
En pacientes con hipertensión arterial pulmonar crónica, la gammagrafía de perfusión puede localizar con precisión las áreas de obstrucción vascular, con una correlación de 0.87 respecto a la cateterización cardíaca derecha. Las guías internacionales de neumología la consideran una segunda línea en el diagnóstico.
Las principales alternativas incluyen:
La CTPA es más directa para detectar obstrucciones en la arteria pulmonar central, pero en pacientes con insuficiencia renal se prefiere la gammagrafía de perfusión. La prueba de D-dímero en sangre puede usarse como filtro, aunque no reemplaza la evidencia de imagen.
El paciente debe informar al equipo médico sobre antecedentes de alergias, posibilidad de embarazo o problemas renales. El día de la prueba, debe llevar informes médicos relevantes y seguir instrucciones de ayuno de 4 a 6 horas, evitando ciertos medicamentos (como yodados). Si tiene marcapasos o implantes metálicos, debe informarlo previamente.
¿Qué molestias pueden presentarse después de la prueba y cómo actuar?Algunos pacientes pueden experimentar dolor en el sitio de inyección o mareo leve tras la administración del radiofármaco, que generalmente desaparecen en unas horas. En caso de reacciones alérgicas graves (como dificultad para respirar o erupción cutánea), se debe notificar inmediatamente al personal médico y recibir tratamiento antialérgico. Tras la prueba, se puede comer normalmente, pero se recomienda observar durante 24 horas por posibles síntomas anómalos.
¿Es necesario ajustar actividades diarias o medicación después de la prueba?En general, se puede reanudar la vida cotidiana inmediatamente, aunque se recomienda evitar ejercicio intenso durante 24 horas para reducir el riesgo en el sitio de inyección. Los pacientes en tratamiento con anticoagulantes u otros medicamentos deben seguir las indicaciones médicas; no es necesario modificar la medicación específicamente por la prueba, a menos que se indique lo contrario.
¿Qué significan resultados anómalos y cuáles son los pasos siguientes?Los resultados anómalos pueden indicar embolia pulmonar o bloqueo vascular. El médico puede solicitar una angiografía pulmonar por tomografía, análisis de D-dímero o gammagrafía de ventilación y perfusión combinadas para evaluar. El tratamiento puede incluir anticoagulación, cirugía o trombolisis, según la localización y gravedad de la lesión.
¿Qué factores afectan la precisión de la prueba y cómo garantizar resultados confiables?La precisión puede verse afectada por la posición del paciente, la velocidad de metabolismo del radiofármaco o la función cardiopulmonar. Para mejorar la fiabilidad, es importante mantener la inmovilidad durante la exploración y correlacionar los resultados con síntomas clínicos, otras imágenes y datos de laboratorio. El médico evaluará todo el contexto para evitar diagnósticos erróneos.