La laringectomía (Laringectomía) es una intervención quirúrgica que consiste en la extirpación parcial o total de los tejidos de la laringe, principalmente utilizada para tratar cáncer de laringe, lesiones graves o ciertas enfermedades congénitas. Esta operación crea una traqueostomía permanente en el cuello, permitiendo a los pacientes comunicarse mediante una voz artificial o lenguaje de señas. El objetivo de la cirugía es eliminar la lesión cancerosa y mantener la función respiratoria, siendo un método clave en el tratamiento de tumores de cabeza y cuello.
Según el alcance de la extirpación, se puede dividir en laringectomía total y laringectomía parcial. La laringectomía total implica la remoción de toda la laringe y las cuerdas vocales, requiriendo una respiración permanente a través de la traqueostomía. La laringectomía parcial conserva parte de las cuerdas vocales, permitiendo a algunos pacientes recuperar una capacidad limitada de habla. Los mecanismos quirúrgicos incluyen: 1) extirpación del tejido lesionado para bloquear la diseminación de las células cancerosas, 2) creación de una traqueostomía para la vía respiratoria, 3) reparación de los tejidos circundantes para mantener la función de deglución.
Las principales indicaciones incluyen: 1) cáncer de laringe en etapa avanzada que no responde a quimioterapia, 2) lesiones graves en la laringe que causan obstrucción de la vía aérea, 3) infecciones recurrentes o tumores benignos que comprimen la vía aérea. Casos especiales como bebés con desarrollo congénito incompleto de la laringe también pueden ser considerados. Es necesario confirmar la extensión de la lesión mediante estudios de imagen y biopsias, y la evaluación debe realizarla un otorrinolaringólogo para determinar la idoneidad del tratamiento.
Este tratamiento se realiza bajo anestesia general mediante una cirugía abierta, con una duración aproximada de 4 a 8 horas. Después de la operación, se requiere entrenamiento con un terapeuta del lenguaje para adaptarse a la voz artificial. No hay problemas de dosificación de medicamentos, pero es fundamental seguir estrictamente las indicaciones postoperatorias, incluyendo la frecuencia de limpieza de la traqueostomía y el plan de rehabilitación de los músculos respiratorios.
Los principales beneficios incluyen: 1) eliminación completa del tumor maligno para prolongar la supervivencia, 2) prevención de metástasis en los ganglios linfáticos, 3) mantener la vía aérea despejada. Los beneficios a largo plazo comprenden: mejorar la calidad de vida, reducir la necesidad de cirugías secundarias y mejorar los trastornos de la deglución. Algunos pacientes pueden recuperar habilidades básicas de comunicación mediante la utilización de una laringe electrónica artificial.
Antes de la cirugía, se deben considerar: 1) que la función cardiopulmonar sea clasificada como ASA grado II o inferior, 2) mantener la hemoglobina por encima de 10 g/dL. Las contraindicaciones incluyen: diabetes no controlada (glucosa en sangre > 250 mg/dL), tiempo de coagulación prolongado más de 1.5 veces el valor normal, y infecciones respiratorias graves no resueltas.
Cuando se combina con quimioterapia, la cirugía debe retrasarse hasta dos semanas después de la última dosis de quimioterapia. Para la radioterapia, es necesario evaluar previamente el grado de fibrosis inducida por la radiación. Se debe prestar especial atención al uso de anticoagulantes, recomendándose suspender la aspirina y similares 7 días antes de la cirugía.
Según estadísticas del Anuario de Cirugía de Cabeza y Cuello 2020, los pacientes con cáncer de laringe en etapa avanzada que se someten a laringectomía total tienen una tasa de control local del 85% a los 5 años, un aumento del 30% en comparación con tratamientos conservadores. Tras la rehabilitación de la voz, el 75% de los pacientes puede recuperar la capacidad de diálogo diario. Sin embargo, la tasa de recuperación completa de la función de deglución es solo del 60%, requiriendo entrenamiento prolongado con terapeutas del lenguaje.
Las alternativas incluyen: 1) cirugías que conservan la función de la laringe (extirpación parcial de las cuerdas vocales), 2) combinación de quimioterapia y radioterapia de alta dosis, 3) traqueotomía acompañada de tratamiento conservador. La elección de la opción adecuada debe basarse en el estadio del tumor, el estado general del paciente y sus necesidades de comunicación, siendo una decisión que requiere evaluación multidisciplinaria.
Antes de la operación, se deben realizar estudios de imagen del cuello y cabeza (como tomografía computarizada o resonancia magnética) para evaluar la extensión del tumor, además de una evaluación del funcionamiento de la deglución y el habla por parte de un terapeuta del lenguaje. También, es recomendable realizar simulaciones de cuidado de la traqueostomía, aprender técnicas básicas de respiración y limpieza, y recibir asesoramiento psicológico para aliviar la ansiedad preoperatoria.
¿Qué cuidados especiales se deben tener en la higiene diaria de la traqueostomía?Es importante limpiar diariamente la piel alrededor de la traqueostomía con solución salina fisiológica, cambiar las almohadillas anti-reflujo alrededor del tubo traqueal para evitar obstrucciones por secreciones. Mantener la humedad ambiental por encima del 50%, y en días fríos, usar mascarillas o cobertores húmedos para reducir la irritación por aire frío. En caso de dificultad respiratoria o enrojecimiento e inflamación alrededor de la traqueostomía, se debe acudir inmediatamente al médico.
¿Cómo mejorar la alimentación y la deglución tras la cirugía?Se recomienda optar por alimentos semisólidos o en puré con consistencia moderada, evitando comidas demasiado calientes, frías o irritantes. Mantener una postura erguida de 45 grados durante la ingesta, y realizar ejercicios de deglución para fortalecer los músculos de la garganta. Si hay tos frecuente, puede ser necesario el uso temporal de una sonda nasogástrica, y un plan de alimentación personalizado debe ser elaborado por un terapeuta.
¿Qué métodos existen para recuperar la función del habla postoperatoria?Los pacientes pueden utilizar dispositivos electrónicos de voz o entrenamiento en la fonación esofágica para recuperar la comunicación. La fonación esofágica requiere practicar la retención de aire y emitir sonidos, inicialmente con la guía de un terapeuta del lenguaje. Algunos pacientes optan por conservar las cuerdas vocales o implantar una válvula de fonación durante la cirugía, y posteriormente, realizar rehabilitación profesional para mejorar la claridad de la voz.
¿Qué impactos a largo plazo puede tener la calidad de vida tras la cirugía y cómo afrontarlos?La traqueostomía puede afectar el olfato y la regulación de la temperatura corporal, por lo que se recomienda evitar ambientes con polvo y suciedad. Desde el aspecto psicológico, puede surgir una crisis de identidad, por lo que se sugiere unirse a grupos de apoyo para pacientes. Es importante realizar seguimientos semestrales de la recuperación de cabeza y cuello, y continuar con la terapia física para mantener la función corporal y la participación social.