La terapia de inyección articular es una modalidad de tratamiento local que consiste en administrar medicamentos o materiales biológicos directamente en la articulación afectada, principalmente para aliviar la artritis, lesiones o dolor crónico. Este método permite actuar de manera precisa en la zona lesionada, reduciendo los efectos secundarios de los medicamentos sistémicos. Los inyectables comunes incluyen corticosteroides, ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas (PRP) y células madre, entre otros. Su objetivo principal es reducir la inflamación, reparar el daño tisular y restaurar la función articular.
Este tratamiento es adecuado para pacientes en los que los tratamientos conservadores (como medicamentos o fisioterapia) no han sido efectivos, y puede ayudar a retrasar la necesidad de cirugía. El plan de tratamiento se personaliza según la edad del paciente, el tipo de articulación y la gravedad de la enfermedad.
Inyecciones de corticosteroides: Compuestos principalmente por dexametasona o betametasona, que inhiben la liberación de sustancias inflamatorias (como prostaglandinas y citocinas), reduciendo rápidamente enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor. La eficacia suele durar varias semanas a meses.
Inyecciones de ácido hialurónico: Imitan los componentes del líquido sinovial, aumentando la viscosidad del líquido articular, reduciendo la fricción en el cartílago y siendo común en el tratamiento de la osteoartritis. Su efecto es más lento pero duradero, requiriendo varias inyecciones espaciadas en el tiempo.
PRP y terapia con células madre: Utilizan sangre autóloga o células madre para promover la reparación tisular, siendo útiles en lesiones de ligamentos o en procesos degenerativos crónicos, estimulando la producción de colágeno y la angiogénesis.
Se emplea principalmente en las siguientes condiciones:
En casos específicos, como manejo del dolor antes y después de cirugías, o cuando el paciente no puede someterse a cirugía, esta terapia puede ser una alternativa. Debe ser evaluada y realizada por un ortopedista o un especialista en rehabilitación.
El tratamiento generalmente se realiza en consulta, incluyendo:
Tras la inyección, se recomienda aplicar hielo y limitar la movilidad de la articulación durante 24 horas. Algunos pacientes pueden experimentar hinchazón temporal, que generalmente desaparece en 3 días.
Las principales ventajas incluyen:
Comparado con la cirugía, este método tiene menor costo y riesgo, siendo adecuado para pacientes en etapas tempranas o moderadas. La terapia con PRP y células madre también favorece la reparación tisular, retrasando la necesidad de reemplazo articular.
Los efectos adversos a corto plazo más comunes son:
Los riesgos graves incluyen infección articular (aproximadamente 0.1%), daño en el cartílago o ligamentos, y osteoporosis por inyecciones repetidas de corticosteroides. Es importante monitorear los efectos acumulativos de las inyecciones repetidas.
Las contraindicaciones incluyen:
Los pacientes diabéticos deben monitorear sus niveles de glucosa tras la administración de corticosteroides, y aquellos con inmunodeficiencia deben evaluar cuidadosamente. Antes del tratamiento, se debe informar al médico sobre todas las enfermedades crónicas y medicamentos en uso.
El uso combinado con corticosteroides orales puede aumentar la variabilidad de la glucosa en sangre, por lo que se recomienda ajustar la dosis de antidiabéticos. La combinación con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) puede potenciar el efecto analgésico, pero se debe tener cuidado con el riesgo de irritación gastrointestinal.
Frecuentemente se combina con fisioterapia, como ejercicios de rehabilitación tras la inyección para recuperar la movilidad articular. Se debe evitar la repetición de otras terapias de inyección en la misma articulación en un corto período.
Numerosos ensayos controlados aleatorios muestran que las inyecciones de corticosteroides mejoran significativamente los índices de dolor en pacientes con osteoartritis durante al menos 6 semanas. Estudios a largo plazo (2 años) de ácido hialurónico en la rodilla indican que el 50% de los pacientes experimentan una reducción del dolor superior al 30%.
La terapia con PRP en lesiones de tendones (como tendinitis rotuliana) ha mostrado en ensayos clínicos una tasa de reparación tisular un 40% superior a la de placebo. Sin embargo, los efectos a largo plazo de las células madre aún requieren más investigación.
Medicamentos: antiinflamatorios no esteroideos o parches analgésicos tópicos, aunque pueden tener riesgos gastrointestinales o renales.
Cirugía: como artroscopia de limpieza o reemplazo total de articulación, que requiere un período de recuperación más largo y presenta riesgo de infección.
Fisioterapia: aplicación de calor, ultrasonido, entre otros, que puede aliviar dolores leves, pero tiene efectos limitados en inflamaciones severas o daños estructurales.
¿Qué preparaciones debo hacer antes de recibir una inyección articular?
Se recomienda ayunar de 4 a 6 horas antes del procedimiento y evitar medicamentos anticoagulantes o suplementos (como aceite de pescado, vitamina E). Es importante informar al médico sobre antecedentes médicos, medicamentos y alergias. El médico puede realizar estudios de imagen o examen físico para confirmar la ubicación exacta de la inyección y reducir riesgos de complicaciones.
¿Cómo aliviar el dolor o la hinchazón después de la inyección?
Es normal experimentar molestias temporales. Se recomienda aplicar hielo en el sitio de la inyección durante 15-20 minutos para reducir la hinchazón y evitar actividades excesivas. Si el dolor persiste más de 48 horas o se acompaña de fiebre, se debe contactar al médico de inmediato. El médico puede recetar antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para aliviar los síntomas, siguiendo siempre sus indicaciones.
¿Es necesario modificar las actividades diarias durante el tratamiento?
Se recomienda evitar ejercicios intensos o levantar objetos pesados durante las 24 horas posteriores al tratamiento. Sin embargo, la movilidad articular ligera ayuda a mejorar la circulación. Se aconseja usar muletas o rodilleras para reducir la carga en la articulación y evitar mantener posturas prolongadas. El médico ajustará las recomendaciones según la recuperación y el seguimiento periódico.
¿Cómo se programan los intervalos y la cantidad de inyecciones?
El número y la frecuencia de las inyecciones dependen de la gravedad de la condición. En general, los corticosteroides se administran cada 3-6 meses, y el ácido hialurónico requiere varias sesiones con intervalos de meses. El médico evaluará la respuesta, los resultados de las imágenes y la calidad de vida para planificar futuras sesiones, evitando excesos que puedan dañar los tejidos.
¿Cómo se evalúa la eficacia y el pronóstico de la terapia?
Los efectos suelen aparecer entre 2 y 4 semanas después de la inyección. El médico puede usar escalas visuales analógicas (VAS) para evaluar la reducción del dolor, y pruebas de función como subir escaleras para valorar la calidad de vida. Aproximadamente el 60-80% de los pacientes experimentan alivio a corto y mediano plazo, aunque varía según cada individuo. Algunas personas pueden requerir fisioterapia u otros tratamientos complementarios para prolongar los beneficios.