Knee replacement

Resumen del tratamiento

La cirugía de reemplazo de rodilla es un procedimiento ortopédico que consiste en remover huesos y cartílagos dañados y colocar componentes artificiales para restaurar la función articular. Se utiliza principalmente en casos de osteoartritis severa, artritis traumática o deformidades articulares, y puede mejorar significativamente la movilidad y la calidad de vida. Tras una operación exitosa, se puede aliviar el dolor crónico y prolongar la vida útil de la articulación.

Este tratamiento generalmente se recomienda cuando los tratamientos conservadores (como medicamentos y fisioterapia) no han sido efectivos. Los tipos de cirugía incluyen reemplazo total de rodilla y reemplazo parcial de rodilla. Es necesario realizar rehabilitación postoperatoria para recuperar la movilidad y la fuerza muscular de la articulación.

Tipos y mecanismos de tratamiento

El reemplazo total de rodilla reemplaza toda la estructura de la articulación, incluyendo los cóndilos femorales, la plataforma tibial y la rótula. Los materiales del implante suelen ser aleaciones de bióxido de aluminio y polietileno de alta densidad, que imitan el movimiento y la carga de una articulación normal. El reemplazo parcial se realiza en casos de daño en una sola compartimentación, conservando tejidos sanos para reducir el tiempo de recuperación.

El mecanismo consiste en eliminar espolones óseos y tejidos desgastados y reconstruir la estructura anatómica con materiales metálicos y plásticos. La nueva articulación reduce la fricción y restaura la distribución correcta de las fuerzas. Después de la cirugía, es fundamental realizar fisioterapia para restablecer la propiocepción de la articulación y la coordinación muscular.

Indicaciones

Las principales indicaciones incluyen:

  • Osteoartritis severa que dificulta las actividades diarias
  • Deformidad o fusión ósea causada por artritis
  • Secuelas de lesiones traumáticas que afectan la función articular
  • Ascitis articular crónica y inflamación recurrente

El médico evaluará la idoneidad mediante radiografías que muestren la pérdida del espacio articular y la puntuación de dolor del paciente. Si el dolor afecta gravemente el sueño, subir y bajar escaleras o caminar por largos períodos, y los medicamentos no alivian los síntomas, la cirugía será la opción estándar.

Modo de uso y dosis

La cirugía se realiza bajo anestesia general o epidural, con una duración de aproximadamente 2-3 horas. Los pasos incluyen:

  • Incisión en la parte frontal de la rodilla para exponer la zona dañada
  • Preparación de los extremos femorales y tibiales, y colocación de componentes metálicos
  • Inserción de un cojín de polietileno y ajuste de la movilidad
  • Sutura de la incisión y vendaje compresivo postoperatorio

Se requiere hospitalización de 5 a 7 días, durante los cuales se colocará un drenaje para eliminar líquidos inflamatorios. La dosis de anestesia y la precisión de la cirugía se ajustan según el peso, la densidad ósea y la deformidad articular del paciente, y deben ser planificadas por un cirujano ortopédico especializado.

Beneficios y ventajas

Los principales beneficios incluyen:

  • Alivio del dolor en más del 90% de los casos
  • Mejora del rango de movimiento y la distancia al caminar en promedio entre un 40% y un 60%
  • La vida útil promedio del implante es de 15 a 20 años

Comparado con tratamientos conservadores, la cirugía puede mejorar significativamente la capacidad de acción diaria del paciente. Estudios muestran que la calidad de vida (medida por el índice SF-36) aumenta en promedio un 35% un año después de la operación. Las nuevas tecnologías de superficie mejoran la integración del implante con el hueso, reduciendo el riesgo de aflojamiento.

Riesgos y efectos secundarios

Las complicaciones potenciales incluyen:

  • Infección postoperatoria, con una tasa de aproximadamente 1-2%, prevenible con antibióticos
  • Formación de trombosis venosa profunda, prevenible con medias de compresión
  • Aflojamiento o desgaste del implante (con tasas de aproximadamente 0.5% a 5 años y 2% a 10 años)
  • Daño nervioso o vascular, con una probabilidad de 1-3%, la mayoría de los cuales se recuperan espontáneamente

Complicaciones de emergencia incluyen embolia pulmonar y infecciones severas, que requieren atención médica inmediata. Algunos pacientes pueden experimentar rigidez articular permanente o sensación de cuerpo extraño, que puede mejorar con fisioterapia.

Precauciones y contraindicaciones

Las contraindicaciones incluyen:

  • Diabetes no controlada o trastornos de la coagulación
  • Insuficiencia cardiopulmonar severa que impide la cirugía
  • Infección en tejidos circundantes que no está controlada

Tras la cirugía, es importante seguir estrictamente las indicaciones de cuidado, incluyendo:

  • Evitar flexionar la rodilla más allá de 90 grados durante 6 semanas
  • Seguimiento regular de la función articular y radiografías
  • Mantener un peso adecuado para reducir la carga en la articulación

Interacciones con otros tratamientos

Es recomendable realizar fisioterapia preoperatoria durante 6 semanas para fortalecer los músculos, y en algunos casos, usar inyecciones de esteroides para aliviar temporalmente el dolor. Después de la cirugía, se suelen usar analgésicos no esteroideos para controlar el dolor agudo, aunque se debe tener cuidado con los efectos adversos gastrointestinales.

En comparación con la fijación con cemento óseo, los implantes biológicos requieren evitar carga temprana y ajustar la actividad según las indicaciones médicas. Los pacientes con diabetes deben controlar su glucemia con un HbA1c menor al 8% para reducir el riesgo de infección.

Resultados y evidencia clínica

Según estadísticas de la Sociedad Americana de Cirugía Ortopédica, el 95% de los pacientes puede retomar actividades leves un año después de la cirugía, y la tasa de supervivencia del implante a 10 años supera el 90%. Estudios controlados aleatorios muestran que, en pacientes con artritis severa, el reemplazo total de rodilla proporciona un alivio del dolor superior al de la cirugía de conservación de la rodilla.

Investigaciones a largo plazo indican que los pacientes con actividad moderada pueden usar sus implantes por más de 20 años. La tecnología de impresión 3D para personalizar los implantes mejora aún más el éxito en casos complejos.

Alternativas

Las opciones no quirúrgicas incluyen:

  • Osteotomía subpatelar (solo en deformidades específicas)
  • Inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico en dosis altas
  • Artroscopia para limpieza y reparación en etapas tempranas

El tratamiento farmacológico incluye AINEs y analgésicos opioides suaves, aunque su uso prolongado puede causar daño en la mucosa gástrica y disfunción hepática o renal. La elección de la alternativa debe basarse en la gravedad del daño articular y el estado general de salud del paciente.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué preparativos son necesarios antes de la cirugía para aumentar las probabilidades de éxito en el reemplazo de rodilla?

El médico generalmente recomienda que el paciente controle su peso, mejore su control glucémico o presión arterial, y realice fisioterapia para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla. Además, se deben realizar análisis de sangre, radiografías y evaluaciones de la función cardiopulmonar para garantizar la seguridad del procedimiento. Dejar de fumar y ajustar los medicamentos anticoagulantes en uso también son pasos importantes.

¿Cómo manejar la hinchazón y el dolor comunes después de la cirugía?

En las primeras semanas postoperatorias, se puede aplicar hielo para reducir la hinchazón y tomar analgésicos según indicaciones médicas. Los fisioterapeutas diseñan programas de rehabilitación que incluyen entrenamiento de fuerza y ejercicios de movilidad articular, ayudando a aliviar el dolor y recuperar la función. Si el dolor persiste o empeora, o si hay fiebre, se debe consultar al médico de inmediato.

¿Cuál es la duración de la vida útil de la articulación artificial y cómo mantenerla?

Las articulaciones de rodilla artificial modernas suelen durar entre 15 y 20 años, dependiendo del peso, las actividades y la técnica quirúrgica. Es recomendable evitar deportes de alto impacto, mantener un peso saludable y realizar revisiones periódicas para prolongar su uso.

¿Es posible caminar o subir escaleras normalmente después de la recuperación?

Durante las primeras semanas, se requiere ayuda de muletas o andadores, pero la mayoría de los pacientes puede volver a caminar y subir escaleras en 6 a 8 semanas. Los fisioterapeutas ajustarán la intensidad del entrenamiento según la recuperación, y se recomienda evitar cargas excesivas o movimientos bruscos en etapas tempranas.

¿Es necesario tomar anticoagulantes a largo plazo después de la cirugía?

Se administran anticoagulantes en dosis bajas durante las primeras semanas para prevenir coágulos. En casos de antecedentes de enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares, el médico ajustará la medicación y realizará controles periódicos para evaluar el riesgo de sangrado.