La terapia de infusión intravenosa (IV) es un procedimiento médico que consiste en administrar líquidos directamente a través de los vasos sanguíneos, principalmente para reponer líquidos, electrolitos o transportar medicamentos por todo el cuerpo. Este método puede mejorar rápidamente condiciones de emergencia como deshidratación, shock o pérdida de líquidos durante cirugías, siendo una medida fundamental en medicina de emergencia y cuidados intensivos.
En comparación con la administración oral o subcutánea, la infusión intravenosa puede aumentar inmediatamente el volumen sanguíneo y controlar con precisión los componentes y la velocidad de infusión. Es común en pacientes con traumatismos, vómitos severos, cetoacidosis diabética, y también se utiliza para soporte fisiológico durante cirugías.
La infusión intravenosa se divide principalmente en tres categorías:
En cuanto a su mecanismo, una vez que el líquido entra en circulación, puede aumentar inmediatamente la presión arterial y restaurar el equilibrio de líquidos extracelulares. Las soluciones coloidales también mantienen la presión osmótica intravascular, evitando edema tisular. Cuando se administran medicamentos por esta vía, la eficacia es de 3 a 5 veces más rápida que por vía oral.
Este tratamiento es adecuado para las siguientes condiciones:
Casos especiales incluyen:
Generalmente, el tratamiento se realiza en hospitales o salas de emergencia por personal de enfermería. Primero se selecciona un sitio de punción adecuado (como vena del antebrazo o vena yugular), insertando el catéter con técnica aséptica. La velocidad de infusión se ajusta según el peso y condición del paciente; en adultos, la tasa básica es de aproximadamente 50-100 ml/h, pudiendo aumentar hasta 150 ml/kg/h en casos de deshidratación severa.
El cálculo de la dosis considera:
Las principales ventajas incluyen:
El beneficio clínico es especialmente notable en el tratamiento del shock, donde estudios muestran que una infusión moderada puede reducir la mortalidad en un 40%. Para pacientes que no pueden tomar por vía oral, esta es una forma clave de mantener signos vitales.
Las complicaciones posibles incluyen:
Los riesgos graves incluyen: flebitis tromboflebítica, infección del flujo sanguíneo relacionada con el catéter (CR-BSI), con mayor riesgo en pacientes ancianos o inmunodeprimidos. Se han reportado casos de sobrecarga cardíaca por velocidad de infusión excesiva, por lo que es esencial monitorear la presión arterial y la presión venosa central.
Las contraindicaciones incluyen:
Al realizar el procedimiento, se debe tener en cuenta:
Las interacciones con medicamentos incluyen:
Comparación con otras formas de rehidratación:
En el tratamiento del shock, la infusión temprana y adecuada puede aumentar la tasa de supervivencia en más del 30%. La guía internacional de medicina de emergencia 2019 recomienda administrar 20 ml/kg de solución cristalina en la primera hora para pacientes con shock hemorrágico. En casos de hiperNa, el uso de solución hipertónica al 3% puede corregir rápidamente los desequilibrios electrolíticos.
Los datos de monitoreo a largo plazo muestran que un esquema de infusión estandarizado puede reducir la duración de la hospitalización en 2-3 días. Sin embargo, una sobreinfusión puede aumentar el riesgo de daño renal agudo, por lo que se debe ajustar dinámicamente según la "curva de respuesta a la infusión".
Las alternativas incluyen:
Sin embargo, estos métodos tienen efectos limitados en casos de deshidratación severa o pacientes inconscientes. La terapia oral tarda entre 2 y 4 horas en hacer efecto, mientras que la terapia intravenosa puede mejorar la presión arterial en 5-10 minutos. Por lo tanto, en escenarios de emergencia, sigue siendo la opción preferida.
Antes del tratamiento, el paciente debe informar al personal médico sobre alergias, medicamentos en uso y antecedentes de enfermedades crónicas. Si la infusión será prolongada, se evaluará la condición vascular, se elegirá un sitio de punción adecuado y se explicarán los posibles riesgos. Se recomienda usar ropa holgada para facilitar la operación y vaciar la vejiga antes del procedimiento.
¿Qué debo hacer si siento hinchazón o frío en la mano durante la infusión?Si durante la infusión aparece hinchazón o sensación de frío en la zona, puede ser por una velocidad de infusión demasiado rápida o irritación vascular. Se debe informar inmediatamente al personal para ajustar la velocidad o realizar una nueva punción. Si hay enrojecimiento, dolor o fiebre, puede tratarse de una reacción inflamatoria, y se debe revisar si hay flebitis o infección.
¿Es necesario ajustar la dieta o la ingesta de líquidos durante el tratamiento?Durante el tratamiento, se deben seguir las indicaciones médicas para ajustar la dieta, por ejemplo, limitar la ingesta de sal en hipertensos o seguir las recomendaciones del médico para reponer líquidos en deshidratados. Si se usan diuréticos, el médico indicará el monitoreo diario de peso para evaluar el balance hídrico.
¿Qué cuidados debe tener en cuenta después de retirar la aguja en el sitio de punción?Tras retirar la aguja, se debe presionar el sitio de punción durante al menos 5-10 minutos y evitar quitar prematuramente el apósito de compresión. En las 24 horas siguientes, se debe evitar levantar peso o tomar la presión arterial en ese miembro. Si hay hinchazón persistente, sangrado o fiebre en el sitio, se debe acudir a consulta médica, ya que puede requerir tratamiento para trombosis o infección.
¿La eficacia de la infusión intravenosa varía entre personas? ¿Cómo se evalúa el éxito del tratamiento?La eficacia depende de la edad del paciente, condiciones subyacentes y la formulación de la infusión. Por ejemplo, en deshidratados, la presión arterial suele mejorar en 6-8 horas. El personal médico evalúa mediante la monitorización del volumen sanguíneo, diuresis y signos vitales, y en casos complejos, mediante análisis de sangre para confirmar la respuesta al tratamiento.